Narra Mary
--Entonces tu madre sigue sin querer ver a mi hermano ni en pintura-le comento a Lucía. Caminamos fuera de clase, rodeadas de gente que casi sale disparada, deseosos de volver a casa después de un largo y duro día de clases.Su respuesta es una negativa con la cabeza, acompañada de un suspiro. Agarra con algo más de fuerza la mochila, como si así aliviara la tensión, o quizás los nervios. No añade nada más. Decido que no merece la pena insistir en decirla que mi hermano la ama con locura, a ella y solo a ella, y que por ninguna razón del mundo se le ocurriría engañarla con otra mientras está de gira, porque eso ella ya lo sabe. Tampoco pierdo el tiempo en decirla que puede llamarle desde mi móvil cuando quiera, que puede venir a mi casa con Zayn y llamarle desde ahí, o incluso quedar con él allí, y así tener una excusa si su madre pregunta, porque eso ella también lo sabe. Ni que decir tiene que no le comento la posibilidad de pasarse las órdenes de su madre por el Arco de Triunfo, ya que al fin y al cabo, le ha impuesto una prohibición estúpida y sin fundamento, de eso ella está más que segura. Pero por alguna razón, no quiere intentarlo, no quiere desobedecer a su madre, pese a que yo ya esté al tanto de los encuentros en el jardín.
--Hoy no ha venido-murmura una vez hemos traspasado las puertas del instituto.
Me giro para mirarla algo confusa, pero ella mantiene la cabeza gacha, como si siguiera sin querer hablar del tema. Decido no preguntar, ya que tanto su tono de voz como su aspecto me indican una clara derrota.
Se está rindiendo. Se está dejando llevar por su madre, y ésta, va a acabar por conseguir lo que quiere: que rompa con Louis. Ni siquiera han roto y ya se encuentra desganada, más pálida que de costumbre, casi podría decir que más delgada. Hay una oscura sombra bajo sus ojos que me indica que no ha dormido bien en bastante tiempo, y por la rojez de sus ojos (en el escaso momento que he podido verlos) diría que lo que hace es llorar en vez de dormir. Y si tanto la duele, si tanto teme perder a Louis, si tanto le quiere...¿por qué no es capaz de hacer algo? ¿Por qué no se va ahora mismo a verle? Es muy fácil inventarse excusas: "Me han dejado castigada", "Nos han puesto un examen a última hora y era larguísimo", "No-sé-quién me ha invitado a comer a su casa", "Me he torcido un tobillo de vuelta a casa y no pasaba ningún autobús", "A una señora le ha dado un paro cardíaco en medio de la calle y le he salvado la vida" ¡Hay muchas excusas! ¡Hay un mundo entero de excusas! Pero teme demasiado a su madre. La respeta tanto que le da miedo mentirla, desobedecerla, por mucho que la pobre esté sufriendo, por mucho que la vaya a doler tener que romper con Louis en cualquier momento.
--Ayer me dijo que volvería por la mañana, pero...hoy no estaba-continúa en su murmullo.
Por alguna razón, eso de verse a escondidas no cuenta como engañar ni mentir a su madre. Que nadie me pregunte cómo o por qué, porque ni siquiera yo lo entiendo. Hace tiempo que he dejado de entender a esta pareja de locos.
--Tal vez se haya quedado dormido-le quito importancia, encogiéndome de hombros.
--Ya.
Ninguna de las dos dice nada el resto del camino. Cuando llegamos al punto en el que tenemos que separarnos para ir cada una a su casa, ella susurra un "Hasta mañana" al que yo le respondo con un "Si le quieres, no te rindas", pero Lucía ni siquiera se gira al escuchar esas palabras. Continúa su camino como si no me hubiera escuchado, con la cabeza gacha y una mano apretando la correa de su mochila. Por mi parte, bufo de frustración antes de darme media vuelta y continuar con mi camino de vuelta a casa.
No me gusta meterme donde no me llaman, mucho menos en una pareja, y menos aún si la mitad de esa pareja es mi hermano, pero es que me repateaesa estúpida prohibición no hace más que distanciarles y que hacer daño a Lucía.
Cuando cenamos con mis padres y el resto de mis hermanas, Louis no parecía ni mínimamente afectado: estaba tan sonriente como de costumbre, con sus bromas estúpida que te hacen reír, jugando con las niñas, hablando con mis padres... Parece que él no se da cuenta de lo cercana que hay una ruptura de él, pero está claro que no voy a ser yo la que se lo diga. No soy yo la que tiene que decírselo, por mucho que sea mi hermano mayor y no quiera que nadie le haga daño, y todas esas cosas que no se suelen decir los hermanos porque sería extraño, como que le quiero y que no me gusta verle mal. De todas manera, hablaré con él, le daré a entender que Lucía está un poco desanimada, que deben de encontrar una solución, hablar con su madre como personas civilizadas o algo así, no sé...
Por otro lado y volviendo a la cena, está el tema de Malcom. Hasta el día de hoy no he tenido una explicación clara de lo que le pasa a M. Cuando Liam se fue, fui capaz de escuchar cosas como que podía saber lo que iba a ocurrir en un fufuto, cosas que no le pasarían a Liam ni a Matt, porque...bueno...aparentemente ya no tienen futuro. Pero está claro que eso no me preocupa (no lo de Liam, eso sí que me preocupa, lo que no me preocupa tanto es eso de no haber tenido una explicación) , sino que de repente, Malcom entrara en uno de esos trances, shocks, como se quieran llamar, y para cuando volviera de él, dijera que Liam volvía a tener futuro...pero que Matt no.
De primeras no pareció afectarles mucho; es más, pensé que se armaría un gran revuelo justo antes de la cena, pero no. Ambos se mantuvieron con aspecto tranquilo, aunque callados, hasta que toda la familia se fue. Incluso después, lo único que hicieron fue dormir, y casi me sentí estúpida por ser yo la que no podía pegar ojo, por no poder saber dónde o cómo estarán Liam y su hijo, por ser yo la que le diera vueltas una y otra vez...a todo, mientras ellos parecían dormir a pierna suelta. Aunque sé que no fuera así. Cuando me levanté (me debí de dormir a las cinco o cosa así), Zayn ya estaba en pie, haciéndome el desayuno, con una cara de cansancio terrible, como si efectivamente no hubiera dormido nada. Quise preguntar, pero no parecía con ánimos de darme una clase magistral acerca de sus teorías o de lo que sabe de M que yo no sé, por lo que simplemente le agradecí que me hiciera el desayuno, desayuné, me arreglé, le di un último beso corto en los labios y salí disparada a clase, con la idea de despejar un poco mi cabeza con clases estúpidas que no me van a servir para nada.
Ahora que me encuentro en la puerta de casa otra vez, no sé con lo que me voy a encontrar al otro lado: o bien puede haber ocurrido un cataclismo dentro en mi ausencia, o bien han seguido con sus vidas como si nada hubiera pasado. Al abrir la puerta no parece haber señales de que haya pasado un tornado por aquí, aunque tampoco se escucha una televisión encendida ni una conversación entre ellos. Confundida, dejo la mochila en el suelo de la entrada y me muevo con lentitud hasta el salón, donde me encuentro...con prácticamente una escena de cualquier serie de televisión policíaca.
Hay una gran pizarra (que yo estoy segura, segurísima de que no estaba antes) con un mapa de Europa pegado en la mitad izquierda; uno más ampliado de la zona norte: se ve un pico de Inglaterra, lo que creo que es Dinamarca, esos pequeños países que debería saber sus nombres, pero que no tengo ni idea y Noruega, Suecia y Finlandia. Han puesto chinchetas sobre él, un montón de ellas. También hay un par de dibujos en la parte derecha, hechos a lapicero y posiblemente hechos por Malcom. Aún sin entrar al salón, desde la puerta, veo como padre e hijo están rodeados por más mapas, guías telefónicas, papeles y más papeles que no sé ni de dónde han salido, y pañuelos de papel, arrugados y más que seguro que usados, por todas partes. Hay más papel en esta sala que en la biblioteca de mi instituto.
Ninguno de los dos levanta la cabeza de su tarea. El mayor buscando en una guía de teléfono y el pequeño mirando un gran mapa (también de Europa) en el suelo.
--Eh...¿hola?-pregunto algo confundida, ganándome de inmediato la atención de ambos.
Es entonces cuando me doy cuenta de que los pañuelos de papel han sido usados para secar lágrimas. Los dos están pálidos, ojerosos y con un aspecto de cansancio increíble, no tanto como el de Lucía, que eso es más que preocupante, pero sí que se nota como lo de Liam les ha afectado más de lo que parecía ayer. Por un momento me planteo que debería llamar a Louis, ya no solo para preguntarle que cómo está, ni para hablar con él del tema de Lucía, sino para que esté al tanto de que...bueno, no sabemos si Liam sigue vivo o qué.
--Hola, cariño.
--Hola, mami.
Los dos me responden, antes de volver a su tarea...sea cual sea. Camino lentamente, entre papeles, sin querer pisar ni estropear nada.
--¿Estáis...jugando a algo nuevo?-de nuevo pregunto confusa y de nuevo ellos salen de su trabajo para mirarme a mí, sin expresión alguna.
Me miran. Se miran entre ellos. Parece que se dicen algo y Malcom continúa mirando en el mapa, contando con sus pequeños deditos algo. Zayn se levanta del sofá, dejando la guía telefónica a un lado, y se acerca a mí. Veo como hace un intento de sonreír cuando me abraza con cuidado, rodeándome por completo. Le devuelvo el abrazo todavía confundida.
--¿Estáis bien?-le pregunto en medio del abrazo.
Zayn suspira mientras se separa lentamente, manteniendo sus manos en mi cintura. Por un momento aparta la mirada de mí y ya no sé si es vergüenza, costumbre o que realmente pasa algo.
--Zayn...
--M...ha visto algo-admite en voz baja, mordiendo su labio. Veo como éste está ya casi despellejado, debe de haberse estado mordiendo el labio desde hace horas. Lo paso por alto para centrarme en su respuesta.
--¿Qué ha visto?
---Liam-responde sin más. De nuevo deja salir un suspiro. No añade más información.
--Liam...¿Liam qué? ¿Qué estaba haciendo? ¿Dónde estaba? ¿Estaba con Matt?
Niega de manera casi imperceptible la cabeza, mirando al suelo. En ese mismo momento se escucha un pequeño sollozo, que de inmediato sé que viene de Malcom, pero éste no se mueve de su posición, todavía intentando...encontrar algo en ese mapa. De inmediato me separo del moreno para acercarme hasta el pequeño.
--Zayn, ¿qué coño está pasando?-siseo mientras cargo a M en sus brazos. El niño se abraza a mí de inmediato, con fuerza, escondiendo su cara en mi cuello.
Su padre no dice palabra, solo se mantiene con la mirada en el suelo, mordiendo su labio. Se rodea el cuerpo con los brazos, y puedo apreciar como las lágrimas empiezan a rodar por sus mejillas. ¿Qué mierdas está pasando aquí? Pienso en pedirle a Zayn de nuevo una explicación, pero de repente llega a mí una especie de explosión de información. Ante mis ojos puedo ver imágenes a cámara algo rápida, pero a la velocidad suficiente como para que pueda entender lo que ha pasado. Dibujos. Liam en los dibujos. Dificultad para realizarlos. Liam frente a Alejandra. Frío. Nada de Matt. Y de nuevo, sin previo aviso, vuelvo a la normalidad. Tengo que agarrarme al borde del sofá y acto seguido sentarme, para no caerme.
--¿Qué...? ¿Cómo...?-balbuceo perdida-¿Qué ha sido eso?
--Es lo que ha pasado-susurra con voz entrecortada M. Llevo mis ojos a él, sintiéndome algo mareada.
--¿Has...has sido tú? ¿Lo has hecho...tú?-pregunto con una mezcla de asombro, miedo y duda. Él asiente con la cabeza, con su rostro aún bañado en lágrimas. Se las aparta con las manos y acto seguido se levanta de mis piernas para caminar hasta esa pizarra. Me señala los dibujos, supongo que para que me fije en ellos.
Por mi cabeza solo pasan una y otra vez las imágenes, tan vívidas, como si yo hubiera estado en ese momento con ellos... Ve el futuro, escucha la mente, es capaz de ver lo que pasa en otro lado del mundo, es capaz de mostrarme imágenes de lo que ha ocurrido hace horas...Cada vez me creo menos que M sea humano.
Escucho cómo él ríe bajito, entre dientes, todavía de pie frente a los dibujos, esperando a que vaya a verlos. Tal vez debería de tener más cuidado con lo que pienso, porque a la vista está que cualquier cosa que piense, él puede saberlo... Ay Dios, ¿nos habrá visto a su padre y a mí en pleno...en fin...acto se amor?
Veo cómo las mejillas del niño se llenan de color y cómo niega con la cabeza, con el ceño fruncido.
No hace falta que escuche ni vea lo que pasa. No tengo un sueño tan pesado...
Pego un chillido, mirando a mis espaldas al escuchar su voz tan cerca de mí. El niño se mantiene en su sitio, mientras explota en carcajadas.
--Malcom Malik...¿qué trastada le estás haciendo a tu madre?-escucho una voz rasgada y algo divertida a mis espaldas.
Me giro para ver a su padre y percatarme de que, en efecto, está sonriendo aunque sus mejillas brillen débilmente por las anteriores lágrimas y su rostro esté pálido y cansado.
--¿Tú sabes...sabes lo que acaba de hacer?
--Casi puedo imaginármelo-responde con cierta diversión mientras se acerca a mí de nuevo, sentándose a mi lado en el sofá.
--Zayn...él...él puede...
--Hablar sin hablar, lo sé-responde sonriente-Creo que se le llama telepatía.
--¿Lo sabías?-le pregunto totalmente alucinada. Él solo se encoge de hombros, con las mejillas algo coloradas mientras ríe entre dientes.
--Lo ha hecho conmigo...
--¿Y lo de...enseñarme lo que ha pasado?
Ante esa pregunta frunce débilmente el ceño, mirándome confuso antes de dirigirse a nuestro hijo, quien parece estar pasándoselo bomba con nosotros, ya que se limita a evitar soltar una carcajada más.
--M...-le dice con una mezcla de extrañeza y duda, incluso de advertencia-¿A que se está refiriendo Mary?
El pequeño pone cara inocente, todavía con una sonrisa divertida, como si no supiera nada.
Mi cabeza solo da una y otra vuelta sin ser capaz de ordenar mis pensamientos (que ya no son seguros) y entender lo que está pasando. Definitivamente Malcom se sale fuera de lo habitual y de la vida real. Este niño ha salido de un cómic o de una historia de ciencia ficción.
Me giro para ver a Zayn y así me percato de cómo él también tiene una cara de sorpresa, de alucinación, mientras boquea como un pez fuera del agua.
--¿Desde cuándo...desde cuándo puedes hacer eso?-le pregunta, todavía con cara de alucinado completo.
--Desde siempre-el niño se encoge de hombros como si tal cosa.
--Increíble...
--¿Increíble?-pregunto sin poder ocultar el asombro de mi voz-¿Solo te parece increíble? Yo...¡lo estoy flipando!-no puedo evitar exclamar. Tanto padre como hijo guardan silencio por un momento antes de romper a reír de nuevo-¡No le veo la gracia!
--Eso es porque no te estás viendo la cara, cielo-Zayn contesta divertido, negando con la cabeza.
--Dios. Vale. Dejad de reíros de mí y explicadme lo que estáis haciendo y lo que tiene que ver con Liam.
De inmediato la risa desaparece de la sala y es sustituida por la seriedad. De nuevo padre e hijo intercambian miradas antes de volver a dirigirlas a mí.
--Malcom tiene...un punto ciego ¿vale?-Zayn empieza a hablar con tono tranquilo, aunque en su rostro hay un ceño fruncido-No sabemos cómo, por qué o hasta donde llega, pero por alguna razón no le deja ver lo que está pasando con Liam.
--La mayoría del tiempo-comenta el pequeño.
--Exacto, la mayoría del tiempo.
--¿Y eso qué significa? ¿Hasta dónde se supone que puede...ver?-pregunto confundida.
--En teoría...podía ver...cosas que ni te imaginas, bastante más lejos de nuestro sistema solar, y no solo en tiempo presente...sino pasado y futuro. Pero ese no es el tema, el tema es que el único punto ciego que hay está sobre Liam, Matt y Cassandra y no sabemos hasta cuándo va a durar, ni cómo de grande es, ni mucho menos como evitarlo o eliminarlo.
--¿Q-que ese no es el tema?-pregunto en un hilo de voz, sin ser capaz de ordenar toda la puñetera información que me está llegando de golpe-Espera que me estoy mareando...-admito llevando una mano a mi frente.
--Está bien, no te preocupes-habla todavía con voz suave Zayn-olvida eso de momento, ya te lo explicaremos con tranquilidad ¿vale?-agarra mi mano con cariño, antes de dejar un beso en el dorso y acto seguido colocarla sobre su pierna-De alguna forma, el punto ciego se ha movido esta mañana, apenas unos segundos y...M ha podido ver eso-añade señalando los dibujos que están pegados en la pizarra. Desde aquí puedo diferenciar una figura masculina y otra femenina, una enfrente de la otra. La del hombre está de espaldas-Son Liam y Alejandra, pero...-su voz se quiebra y se detiene.
--¿Y Matt?-susurro.
Ninguno de los dos me responde, por no decir que ni siquiera me miran. Entonces comprendo lo que ocurrió ayer con mis padres, lo que significaban las palabras de M, sus lágrimas...y las de Zayn. En efecto, el que parece haber desaparecido del mapa es el bebé...
Clavo mi mirada en el dibujo, fijándome en cada detalles, en cada parte del dibujo, en lo que sea que pueda aclararnos algo más. Dónde están. Cómo están. Por qué están allí. Si...en efecto Matt....bueno, ya no está, por la razón que sea. Miro a mi alrededor: las guías de teléfono, los mapas...
--¿Estáis...intentando localizarles?
El pequeño asiente con la cabeza, restregando sus ojos con los puños, supongo que tratando de no ponerse a llorar otra vez.
--M no sabe si...es un hecho pasado, presente o...futuro, así que...queremos hablar con ellos. Ya no solo para...saber si están bien, sino para prevenirles en caso de que sea un hecho...futuro-Zayn explica con rapidez.
De nuevo ninguno de los tres decimos nada. Ya doy por perdida la posibilidad de entender todo en apenas segundos, por lo que solo dejo que las palabras y las ideas, los conceptos, vuelen por mi cabeza hasta que se asienten en algún sitio y entonces pueda pararme a razonar y entender de qué va todo eso que M puede hacer. Por otro lado, pienso en las probabilidades que tienen de encontrarles.
¿Cómo se puede encontrar a una persona que está perdida voluntariamente, que está...escondida? ¿Cómo saber el lugar exacto en el que se encuentra una persona, con lo grande que es este mundo? ¿Cómo tan siquiera han llegado a la conclusión de que están en Europa? ¿Porque llevan abrigos enormes? También podrían estar en Rusia, en Estados Unidos o en cualquiera de los dos polos, total, ya puestos a pensar en cosas imposibles... Esto no es una cosa que una familia pueda hacer, por muy listo que sea M. Nos faltan medios, nos faltan...rastreadores gps, un montón de cosas que solo podríamos encontrar robando una tienda de espionaje...
Espionaje...
Llevo mi mirada a Malcom, y él de repente abre los ojos como platos, parece que entendiendo de inmediato a lo que me estoy refiriendo. Él me devuelve la mirada, y esta vez es Zayn el que está observado por dos personas, y el que también nos mira confuso, sin saber qué es lo que ha pasado mientras él también estaba pensando a su rollo.
--¿Qué?-pregunta, con el ceño fruncido, pasando su mirada de M a mí y de mí a M.
--Tenemos que ir al hospital-respondo de inmediato.
--¿Por qué? ¿Para qué?-tanto su tono de voz como su rostro cambian de la confusión al miedo-¿Qué ha pasado?
--Hay que hablar con los de MI6.
Narra Ane
Suspiro con la mano en el pomo de la puerta. Rezo todo lo que me sé, hasta el Jesusuito de mi vida. Todo. Todo lo que se me ocurra, para que sea lo que sea que hay al otro lado de la puerta, se reduzca a que Harry no ha empeorado. Ya no pido que haya mejorado, sino...que no tengamos que volver al hospital. No pido más.Jesusito de mi vida eres niño como yo...
Giro el pomo de la puerta.
Por eso te quiero tanto y te doy mi corazón...
Apenas empujo la puerta, que se abre con facilidad, sin emitir ni siquiera un chirrido.
Tómalo tuyo es, mío...
Interrumpo mi rezo infantil en cuanto veo la situación que se encuentra ante mis ojos. Es...casi imposible.
Mi hermano pequeño llora, cosa que ya he asumido que es normal a estas alturas, pero no es eso lo que me asombra; desde que está así...sus lloros se han reducido a lágrimas silenciosas de las que nadie se percata (ni siquiera él) hasta pasado un buen rato. Y sin embargo...ya no hay nada de silencioso: solloza, respira con dificultad, murmura algo por lo bajo. Y por si eso no fuera poco, se restriega los ojos casi con brusquedad...con un ceño fruncido en su rostro.
En cuanto se percata de mi presencia, gira el rostro hacia mí. De verdad que lo hace. Reacciona a mí y a mi presencia. Continúa quitándose las lágrimas y agarra un pañuelo para sonarse la nariz.
Es...como si hubiera vuelto a ser él de un solo golpe.
Parpadeo confusa, sin poder apartar mis ojos de él. Cierro la puerta silenciosamente tras de mí, como si cualquier sonido fuera a causar que volviera a su triste estado anterior. Pero no, nada de eso, se mantiene llorando aunque baja el volumen de sus sollozos.
--¿Harry?-pregunto dudosa, con una mezcla de esperanza, dolor y preocupación anidar en mi pecho, alimentándose del nudo que me dificulta la respiración.
--Estoy bien. Estoy bien-responde negando con la cabeza-Ya...ya se me pasa. Es solo que...mierda-dice con tono...cabreado, agarrando un pañuelo para secarse las lágrimas-¿Tenía que ser tan brusco conmigo? Es decir, es él el que se mete en mi cama y el que se pone celoso, ¡fue él el que propuso que lo hiciéramos aquella vez! ¿Por qué se cabrea conmigo por preocuparme por él?
Algo tira de mí, y esta vez la que se pone a llorar soy yo. Es...está como siempre. Se está quejando, está reaccionando, está...cabreado con Louis... Está bien... ¿Es posible que lo que sea que le ha pasado realmente con Louis le haya sacado del trance? Tiene sentido ¿no? Es decir...estaba así por Marta y...ahora está preocupado por Louis, y posiblemente por lo que sienta por él. Un clavo saca a otro clavo. O al menos...una preocupación saca otra preocupación.
--Harry...-le llamo de nuevo, apenas susurrando con voz temblorosa.
--Estaba chillando mi nombre entre lágrimas mientras soñaba, ¿acaso no es normal que me preocupe?-tira el pañuelo que tenía en la mano al suelo, con cabreo-¿Y encima estoy confundido? ¿Yo? Colega, háztelo mirar porque al menos yo ya te he dejado claro que me atraes, eres tú el puto raro de mierda que primero me mete la lengua hasta la garganta y luego cuando quiero abrazarte me alejas y das a entender que doy asco. Mira tío, vete a la mierda. Aquí el único confundido eres tú, y no tienes ni el más mínimo derecho...
Antes de que acabe la frase (y antes de que me dé cuenta) me he tirado encima de él, rodeando su cuello con mis brazos y besando todo su rostro, sin poder evitar reír, sonreír y continuar llorando.
--Dios. Dios. Mis pelotas, me las has roto con la rodilla-es lo único que él dice, sin hacer el más mínimo intento de alejarme. Puedo sentir cómo hace una mueca de dolor mientras yo solo sigo riendo bajo en lo que le beso.
--Cállate. Has vuelto idiota, tus pelotas nunca se fueron y puedes sobrevivir sin ellas. Yo sin ti no-muerdo su mejilla.
Harry no dice nada. Se queda completamente callado mientras rodea mi cintura con sus brazos. Me tengo que apartar de él ligeramente, preocupada de que de nuevo y sin razón aparente, se haya vuelto a su estado de indiferencia y apatía. Pero no, en su rostro solo hay una mueca de sorpresa, mientras parpadea repetidas veces. Tarda unos segundos en posar su mirada en mí, todavía sorprendido.
--¿He vuelto?
--Sí, idiota-río en bajo antes de besar su mejilla sonoramente, haciendo que él me acompañe en la risa.
Reír. Está riendo de verdad. Está riendo después de tanto tiempo. Y ya casi se me había olvidado lo increíble que era escucharle reír. Sentir su sonrisa, y sus brazos rodearme, y la luz de sus ojos, y sus hoyuelos y su...todo...
--No...no me había dado cuenta-admite, con tono divertido, sin dejar de abrazarme. Aprovecho para colocar mi rostro en su cuello, y me permito llorar en silencio de pura alegría. Eso que dicen que no existe, que es solo una manera de aliviar tensión, de sacar los miedos gracias a una buena noticia. Bueno, pues para mí es llorar de felicidad, porque hacía que no me sentía así...desde que Niall me pidió matrimonio, desde que el mismo chico que ahora está sosteniéndome me miró por primera vez con ojos de hermano después de tanto tiempo.
--¿Cómo no puedes darte cuenta de eso?-pregunto contra él, sin querer apartarme lo más mínimo. No es que antes él no quisiera que le abrazara, es más, no sabía tan siquiera si quería que lo hiciera, por eso es por lo que no lo había hecho. Solo por si acaso, por no molestarle.
--Pues...porque supuse que tenía un momento de claridad y por ello podía pensar con más rapidez de la habitual. No me había dado cuenta de que realmente estaba hablando, como antes intentaba hacerlo y no salía nada...Pensaba que estaba pensado...
--Eso suena como un trabalenguas cutre-no puedo evitar sonar divertida, y él se une a mí, de nuevo riendo bajo-Te he echado de menos...
--Y yo a ti. No te haces una idea de cuánto te he echado de menos, a ti y a todos, y a...todo-responde sin dudar, estrechándome un poco más en sus brazos-¿Puedes hacerme un resumen de...lo que ha pasado en mi ausencia? No recuerdo muchas cosas...
Me separo un poco de él para mirarle a los ojos, y ver cómo éstos están llenos de vergüenza. Como si él hubiera podido hacer algo por evitarlo, como si él mismo lo hubiera causado... Llevo una mano a su mejilla, acariciando con suavidad, antes de besar su frente.
Le cuento con rapidez las pocas cosas que han pasado, ya que la verdad es que tampoco estoy muy al tanto del resto. Me he estado limitando a preocuparme por él, así que lo único que puedo contarle es que Andrew ha aparecido y desaparecido (otra vez), que Taylor y Ed se fueron y no han vuelto, al igual que Liam con su bebé y Cassandra, quien solo actúa como guardaespaldas. Trato de explicarle lo que sea que le pasó a Malcom, lo cual hace que él frunza el ceño, confuso, pero tampoco puedo explicarle más, ya que todos estamos así en cuanto a ese tema.
--Pues...habrá que llamar a Liam para ver dónde está y a Zayn para que me cuente eso de M-es su única respuesta en cuanto al resumen, encogiéndose de hombros-Por cierto, ¿cómo es que te has librado de Niall para venir?-su tono es divertido, pero rápidamente cambia.
Entonces soy yo la que vuelve a la realidad de un solo golpe. A la realidad de Louis completamente ido. Al tema que ha hecho que se encuentre así...y que Harry se cure, al parecer. Al lío de la cocina. A Niall intentado calmarle. Al miedo de Louis porque habláramos con él.
Al ver su cara, ahora seria y preocupada, doy por hecho que la mía propia ha sido demasiado obvia reflejando mis pensamientos.
--¿Qué pasa? ¿Ha pasado algo con Niall? ¿Habéis...discutido de nuevo?-pregunta con tono calmo, dulce. Pasa un mechón de pelo por detrás de mi oreja, y tengo que reunir toda mi fuerza de voluntad para no dejarme llevar y sonreír como una tonta ante su caricia, ya que el tema no es como para reírse.
--No-niego con la cabeza ligeramente-Ha...ha venido conmigo, está abajo-explico en voz baja.
--¿Entonces por qué esa cara pálida de repente?-frunce una ceja, sin llegar a comprender toda la situación.
Aparto mis ojos de los suyos dejando salir un resoplo, antes de volver a hablar, en voz baja.
--Necesito que me cuentes...lo que te ha pasado con Louis.
Su respuesta no verbal es ponerse algo tenso. Puedo sentirlo bajo mis manos, que están colocadas en sus hombros. En sus mejillas aparece un ligero rubor, supongo que producto de la vergüenza.
--¿Cuánto has escuchado cuando has entrado?-pregunta sin mirarme a la cara, abochornado.
--Harry-respondo con tono contundente, aunque trato de suavizarlo-No me importa lo que hagas con Louis en la intimidad, ni en la calle, ni en ningún sitio. Me da igual, eso no cambia...nada ¿vale?-sus mejillas cogen más y más color a cada palabra que digo. Él asiente con la cabeza gacha-No te avergüences, tonto-añado mientras beso su mejilla, más que caliente por el enrojecimiento.
--Lo sé, pero...es...esto...un poco...complicado-balbucea todavía con la mirada lejos de mí.
--No quiero quitarte reconocimiento a tu valentía por admitir algo que te da tanta vergüenza, pero...de verdad que necesito que me cuentes lo que ha pasado con él...
--¿Por qué?-puedo ver que frunce el ceño de nuevo, confuso.
No me da tiempo a pensar demasiado en mis palabras. Toda mi mente es un barullo de felicidad por Harry y preocupación hacia Louis, incluso hacia Niall, ya que está ahí solo con él y...bueno...hay cuchillos y cosas punzantes en esta casa, y ni yo, ni nadie, sabemos hasta donde es capaz de llegar el castaño ojiazul.
--Verás...a Louis...se le ha ido un poco la cabeza-comienzo a decir, tratando de mantener un tono calmado-y creemos que es porque...bueno...por algo que habéis hecho.
El ceño de mi hermano se frunce aún más y de nuevo me mira a los ojos, más que extrañado. Todavía hay vergüenza pintada en su cara, pero la preocupación de sus ojos está muy por encima a su salida improvisada del armario.
--¿Cómo que se le ha ido la cabeza?
--Parece el conejo chiflado de Alicia en el País de las Maravillas-suelto sin pensar-Y la cocina...pues casi la misma que en la versión de Tim Burton, ya sabes, cuando está en el palacio de la Reina Blanca.
--¿Qué?-apenas susurra-¿Por qué?
--Ya te lo he dicho...no lo sabemos. Él solo...se ha puesto a decir que no habláramos contigo, porque...te ibas a inventar tu versión, que la suya es la real y que...bueno, casi te ha acusado de acoso y de besarle a la fuerza. Así resumiendo...
Abre los ojos de par en par, mirándome con total asombro. Ya sabía yo que Louis estaba exagerando las cosas, que Harry no sería capaz de hacerle algo así a nadie, mucho menos a Louis.
--Yo...yo no le he besado a la fuerza-es lo único que responde, todavía estupefacto-No pasó así. ¿Cómo voy...a besarle contra su voluntad?
--Eso pensaba yo...-admito en voz baja.
Me cuenta con rapidez y con todo lujo de detalles (cosa que Louis no ha hecho) lo que realmente pasó. Desde que Louis admitiera que estaba celoso hasta el beso de la cocina, que ni de lejos fue obligado, sino mutuo...más que mutuo, el más mayor fue el que le echó verdaderas ganas al asunto, ya que Harry todavía estaba débil y atolondrado por su situación. También aprovecha para contarme, con menos valentía y más vergüenza, lo que hicieron hace años, también propuesto por Louis. Y acaba por narrarme lo acontecido esta mañana en la cocina, antes de que a Louis se le fuera la cabeza por completo, mucho antes de que nosotros llegáramos.
--Louis siempre ha sido muy...cariñoso conmigo. Nunca le ha molestado-comenta con un tono bajo, nuevamente dolido-Pero esta mañana...ha sido como si le quemara mi simple roce. Solo quería asegurarme de que..estaba bien. Le iba a dar un abrazo, eso es todo. Y huyó de mí. Empezó a decirme que él no era como yo, que él era "normal"-hace las comillas con los dedos.
--Sí, eso también nos lo ha dicho a nosotros...-confirmo con un asentimiento de cabeza débil.
Ambos dos nos quedamos en silencio por un momento. Yo suspiro apoyando mi frente de nuevo en su hombro y él apoya su barbilla encima de mi cabeza, todavía rodeándome con sus brazos.
No se oye ni un ruido en toda la casa: ni los cacharros en la cocina, ni las voces de Niall o de Louis. Absolutamente nada. Es casi más escalofriante que el escuchar una discusión con cubiertos caer al suelo.
Para cuando voy a proponerle que bajemos a ver qué pasa, cómo están, a comprobar que Louis está más calmado y, con un poco de suerte, hablar con él como personas civilizadas, el timbre de la casa suena.
El nudo que ya había desaparecido por completo, vuelve a mí, y sé que no va a haber nada bueno tras esa puerta. Pueden ser malas noticias de cualquiera: de Lucía, de María, de Zayn, de Liam, incluso de Ed... No quiero ni pensar qué es lo que ha pasado ahora.
--Yo abro-escucho la profunda voz de Harry resonar en mi propio pecho.
--No, no te preocupes. Tú quédate aquí-beso su mejilla y me separo de él con cuidado-Descansa.
--Llevo en esta cama y descansando casi dos semanas-responde algo divertido, sin tener ese mismo mal presentimiento que yo, aunque es obvio que está preocupado por Louis y lo que se pueda encontrar en el piso de abajo.
Se levanta de la cama casi de un salto, cosa que todavía me parece chocante si se tiene en cuenta que la última vez que le vi apenas me miró y solo me dedicó un par de palabras seguidas.
Niego débilmente con la cabeza, sabiendo que ya no va a haber quien lo pare, otra vez. No puedo evitar sonreír pese a todo, contenta de verle de nuevo así. Se pone una camiseta cualquiera y me coge en brazos de improviso, haciendo que pegue un chillido divertido, ya que para nada me lo esperaba. De esta manera salimos de la habitación, pero el ambiente de tensión se siente desde aquí, por lo que él me baja al suelo y decidimos guardar sin silencio. Sin risas, sin bromas y sin discusiones tontas sobre que me baje al suelo.
Le miro algo preocupada, por el silencio, por Louis, por Niall, por el sonido del timbre que de nuevo se repite. Mi hermano comparte la preocupación conmigo. No dice nada, tan solo aprieta con cuidado mi mano antes de bajar las escaleras.
En cuanto llegamos al piso del abajo, decido asomarme a la cocina, viendo cómo está casi impecable de nuevo. Sacudo la cabeza confusa para asegurarme de que no estoy flipando, pero no...está limpia de nuevo. Harry ahora mismo debe de pensar que la paranoica chiflada soy yo. Antes de girarme hacia él y explicarle que eso antes estaba todo revuelto, aparece El chico de las apariciones, como no. Me llevo una mano a la boca para no gritar del susto.
--Soy todo un máquina limpiando ¿eh?-mueve sus cejas de arriba a bajo, sonriente-Y hola Harry, veo que te encuentras mejor.
--Un día me vas a matar del susto-es lo único que respondo, tratando de calmar mi corazón acelerado-Pensé que te habías ido...
--Hola Andy. Sigues siendo todo un caso, al parecer-mi hermano responde tratando de sonar divertido, pero sé que sospecha de este chico, no tanto como yo, pero sí bastante.
--Estaba buscando las cosas para limpiar-se encoge de hombros.
El timbre suena una tercera vez y decido que no merece la pena perder más el tiempo con esto. Paso de él y de su explicación y me dirijo hacia la puerta, con Harry detrás de mí, por supuesto. Abro la puerta de un golpe, antes de que vuelvan a llamar y eso cause que Louis aparezca (de donde sea que esté con Niall. Supongo que el rubio habrá conseguido que se duerma) montando otro escándalo que no entendemos.
Aunque al ver quien está detrás de la puerta, doy por hecho que el escándalo se va a armar de todas formas. El nudo de preocupación de mi estómago es sustituido por uno de rabia que hace que apriete mis manos en puños a ambos lados de mi cuerpo. Me quiero girar para ver a Harry, para ver su reacción, si está bien, si de nuevo...va a hacer alguna locura. Para saber si todo el esfuerzo por hacer que se encuentre bien, se ha ido al traste de nuevo por ella. Pero ese nudo de rabia, de enfado, de...ni siquiera puedo describir la impotencia que me causa, no me deja, y solo mantengo la mirada fija en ella.
--Justo ahora tenías que aparecer-siseo entre dientes apretados.
--Ane, no quiero discutir. Enserio. No es bueno para el bebé-su tono es calmado mientras pasa una mano con suavidad por su pequeña barriga. Las ganas de vomitar que me entran son reales.
--Tener una madre tan hija de puta tampoco debe serlo.
--Ane, basta-la voz de Harry suena a mis espaldas. No hay alegría, ni tristeza en su tono, tampoco enfado o molestia: es un tono completamente neutral, y ni siquiera quiero saber lo que eso significa-¿Qué quieres ahora, Marta?