Narra Niall.
No hace falta decir que la habitación se ha quedado completamente en silencio. Tampoco hace falta mencionar que no podemos enfadarnos con Louis por haber actuado así. Ni mucho menos hace falta decir que Harry de inmediato trata de levantarse para ir tras él y hablar las cosas, pero como todo esto, tampoco es necesario decir que ni Ane ni yo le dejamos que lo haga.
--¡Pero está enfadado conmigo!-se queja Harry en voz tan alta como su debilidad y los calmantes que recorren su sangre le permiten-¡No puedo simplemente dejar que se vaya!
--No puedes moverte de aquí, Harry-habla Ane en tono tranquilo mientras coloca las sábanas que su hermano se había apartado-Ahora vamos a hablar con él ¿vale?
--Per...-trata de añadir, pero le interrumpo.
--Tienes que quedarte en la cama para que te recuperes y así podamos patearte el culo por gilipollas-bromeo alborotando sus rizos un poco más.
--No quiero que nadie me patee nada-se queja en un bufido mientras deja caer su cabeza contra la almohada-Ni siquiera me pareció que estuviera haciendo algo tan horrible-añade alzando sus brazos hasta que sus manos llegan a su cabeza para acariciarse el pelo, frustrado-¿Tan mal estoy?
--No puedes moverte de aquí, Harry-habla Ane en tono tranquilo mientras coloca las sábanas que su hermano se había apartado-Ahora vamos a hablar con él ¿vale?
--Per...-trata de añadir, pero le interrumpo.
--Tienes que quedarte en la cama para que te recuperes y así podamos patearte el culo por gilipollas-bromeo alborotando sus rizos un poco más.
--No quiero que nadie me patee nada-se queja en un bufido mientras deja caer su cabeza contra la almohada-Ni siquiera me pareció que estuviera haciendo algo tan horrible-añade alzando sus brazos hasta que sus manos llegan a su cabeza para acariciarse el pelo, frustrado-¿Tan mal estoy?
Clava sus ojos verdes primero
en mí, pero yo solo puedo mantenerme callado, con el rostro ya sin aspecto de broma, devolviéndole la mirada pero sin responderle.
Está mucho más que mal. Está destrozado. Le falta piel de los brazos, piel que él solo se ha quitado. Toda su cara está rasguñada, y por lo que sé, esos arañazos bajan por su cuello hasta llegar a su pecho, sus costados, su estómago y la parte exterior de sus muslos.
Está claro que bien no está, y ya no hablando de manera física, sino mental.
Harry aprieta sus labios hasta que quedan en un línea, mirándome serio antes de girarse hacia su hermana para que le dé esa respuesta que yo no he podido darle.
Ane se aparta nuevas lágrimas que sus verdes ojos dejan caer. Trata de sonreír, pero de sus labios solo sale una mueca que expresa la preocupación y el miedo hacia su hermano.
en mí, pero yo solo puedo mantenerme callado, con el rostro ya sin aspecto de broma, devolviéndole la mirada pero sin responderle.
Está mucho más que mal. Está destrozado. Le falta piel de los brazos, piel que él solo se ha quitado. Toda su cara está rasguñada, y por lo que sé, esos arañazos bajan por su cuello hasta llegar a su pecho, sus costados, su estómago y la parte exterior de sus muslos.
Está claro que bien no está, y ya no hablando de manera física, sino mental.
Harry aprieta sus labios hasta que quedan en un línea, mirándome serio antes de girarse hacia su hermana para que le dé esa respuesta que yo no he podido darle.
Ane se aparta nuevas lágrimas que sus verdes ojos dejan caer. Trata de sonreír, pero de sus labios solo sale una mueca que expresa la preocupación y el miedo hacia su hermano.
--Te vas a poner bien-es lo único que ella es capaz de decir. Su voz apenas audible por el nudo en su garganta.
Harry asiente con la cabeza no muy convencido antes de apretar la mano de la chica que se la sujeta con fuerza y cariño.
--¿Por qué tanta venda?-pregunta él de nuevo, sonando curioso mientras lleva su mano libre a los vendajes que cubren su brazo derecho, el menos perjudicado, pero aún así perjudicado gravemente.
--No lo toques-Ane responde cogiendo la mano de éste con rapidez-Es para que se cure y no se infecte.
--Los arañazos no hace falta que se venden-se burla él con una ligera risa.
--No lo toques-Ane responde cogiendo la mano de éste con rapidez-Es para que se cure y no se infecte.
--Los arañazos no hace falta que se venden-se burla él con una ligera risa.
De nuevo, la sala se queda en silencio, salvando su débil risa que también acaba por apagarse.
El médico ya lo ha dicho: en el estado en el que se encontraba no era plenamente consciente de sus actos ni mucho menos del daño que él mismo se estaba causando. Y debo admitir, que eso me acojona bastante, ya que si ha llegado al punto de provocarse heridas, tales como para hacer que le ingresen en un hospital sin darse cuenta, no quiero saber todo a lo que podría llegar.
El médico ya lo ha dicho: en el estado en el que se encontraba no era plenamente consciente de sus actos ni mucho menos del daño que él mismo se estaba causando. Y debo admitir, que eso me acojona bastante, ya que si ha llegado al punto de provocarse heridas, tales como para hacer que le ingresen en un hospital sin darse cuenta, no quiero saber todo a lo que podría llegar.
--¿Qué pasa?-pregunta ciertamente extrañado mirando a su hermana, quien trata de frenar más lágrimas que se avecinan-¿Por qué el silencio?-esta vez sus verdes ojos llegan a mí, pero yo solo aparto su mirada sin saber qué responder.
--No son simples arañazos, Hazz-digo con la mirada puesta en la pared.
--¿Cómo que no?
--Te has hecho mucho daño-habla su hermana, con voz quebrada y ahogada.
--¿De qué me estás hablando?-la confusión tiñe su grave voz-No entiendo nada. Ni siquiera entiendo por qué estoy en el hospital. No me siento mal.
--No son simples arañazos, Hazz-digo con la mirada puesta en la pared.
--¿Cómo que no?
--Te has hecho mucho daño-habla su hermana, con voz quebrada y ahogada.
--¿De qué me estás hablando?-la confusión tiñe su grave voz-No entiendo nada. Ni siquiera entiendo por qué estoy en el hospital. No me siento mal.
Escucho como Ane suspira de manera entrecortada, haciendo que la mire para ver como ella acaricia con su pulgar por encima de la venda que cubre la muñeca izquierda de Harry.
Ella se mueve hasta que sus manos llegan al antebrazo, y tanto ella como yo sabemos que no debería estar haciendo lo que está haciendo, pero ni ella deja de hacerlo, ni yo hago intento de que pare, porque ambos sabemos que Harry tiene que ver lo que realmente se ha causado y no lo que cree recordar.
Mi triste y rota prometida desenrolla con cuidado la parte del codo hasta que se empieza a ver la carnicería en la que se ha convertido el brazo de Harry. Apenas quedan descubiertos tres dedos de distancia desde el codo, y ya se puede ver como ha sido necesario poner algunos puntos para que una de tantas heridas pueda cicatrizar, alrededor de esa gran herida que podemos ver, hay otras más pequeñas que siguen soltando algo de sangre. Toda la piel está rasguñada e irritada, rojiza por esos otros intentos de hacer más heridas, que por debilidad, espacio o tiempo no se llegaron a producir, junto con grandes y preocupantes cardenales de un color morado oscuro para nada saludable.
Retiro la mirada para dirigirla a Ane, que no puede dejar de mirar ese principio de la herida mientras que las lágrimas recorren sus mejillas de manera lenta pero constante hasta que su pierden al precipitarse contra la sábana de la cama. Y sé, que ella no va a poder soportar mucho más tiempo en esta habitación por mucho que quiera estar con su hermano para comprobar que está bien. Es precisamente por todo lo que le quiere que no va a poder soportar el verle así, con los brazos en un estado lamentable y para nada normal. En un estado que indica el nivel de desesperación al que ha llegado su querido hermano.
Me muevo con rapidez, del lado derecho hasta el izquierdo de la cama, con mis ojos solo puestos en ella y su manera de sollozar lo más bajo que puede. Hago que ella suelte tanto el vendaje como el brazo de Harry. Cojo sus manos temblorosas, dejo un beso sobre ellas y las dejo pegadas a mi pecho, junto con ella, quien finalmente deja salir su fuerte llanto contra mi pecho.
Ella se mueve hasta que sus manos llegan al antebrazo, y tanto ella como yo sabemos que no debería estar haciendo lo que está haciendo, pero ni ella deja de hacerlo, ni yo hago intento de que pare, porque ambos sabemos que Harry tiene que ver lo que realmente se ha causado y no lo que cree recordar.
Mi triste y rota prometida desenrolla con cuidado la parte del codo hasta que se empieza a ver la carnicería en la que se ha convertido el brazo de Harry. Apenas quedan descubiertos tres dedos de distancia desde el codo, y ya se puede ver como ha sido necesario poner algunos puntos para que una de tantas heridas pueda cicatrizar, alrededor de esa gran herida que podemos ver, hay otras más pequeñas que siguen soltando algo de sangre. Toda la piel está rasguñada e irritada, rojiza por esos otros intentos de hacer más heridas, que por debilidad, espacio o tiempo no se llegaron a producir, junto con grandes y preocupantes cardenales de un color morado oscuro para nada saludable.
Retiro la mirada para dirigirla a Ane, que no puede dejar de mirar ese principio de la herida mientras que las lágrimas recorren sus mejillas de manera lenta pero constante hasta que su pierden al precipitarse contra la sábana de la cama. Y sé, que ella no va a poder soportar mucho más tiempo en esta habitación por mucho que quiera estar con su hermano para comprobar que está bien. Es precisamente por todo lo que le quiere que no va a poder soportar el verle así, con los brazos en un estado lamentable y para nada normal. En un estado que indica el nivel de desesperación al que ha llegado su querido hermano.
Me muevo con rapidez, del lado derecho hasta el izquierdo de la cama, con mis ojos solo puestos en ella y su manera de sollozar lo más bajo que puede. Hago que ella suelte tanto el vendaje como el brazo de Harry. Cojo sus manos temblorosas, dejo un beso sobre ellas y las dejo pegadas a mi pecho, junto con ella, quien finalmente deja salir su fuerte llanto contra mi pecho.
--Creo que es hora de que otros le vean-murmuro con mis manos en la parte baja de su espalda, moviéndome con tranquilidad su cuerpo, como si fuera el de un bebé, para que se tranquilice.
Ella asiente con la cabeza, aún llorando de manera desastrosa. Se separa de mí con cuidado, dejándome ver sus grandes ojos verdes llenos de lágrimas saliendo de ellos, mostrándome todo el dolor y el sufrimiento, la desesperación y la frustración que hay dentro y que no tiene ni la mínima idea de como controlar.
Agacha la mirada mientras parece tratar de limpiarse las lágrimas y acto seguido se da media vuelta para poder despedirse de un más que atónito, asustado y dolido Harry.
Se acerca a él con lentitud y yo me alejo un poco para que tengan algo más de espacio e intimidad, pero eso no quita que pueda ver por el rabillo del ojo como se despiden.
Él dice en voz agitada e inestable que lo siente, que no quiere que llore, que él no sabía que estaba tan mal. Ella solo niega con la cabeza mientras trata de sonreír y le dice que no se preocupe, que lo único que realmente importa es que él esté bien, antes de ponerse a darle besos cortos pero llenos de cariño y dulzura por todas partes de su rasguñado rostro. Sus labios se pasean por las marcas rojizas con delicadeza. Por sus mejillas, por su barbilla, por su frente, por sus párpados, por sus labios. Y sí, mi sentido común me dice que haga algo, que diga algo, que les separe, que me cabree, pero rápido, me doy cuenta de que ese beso no significa más que otros besos en otras partes de su rostro, porque es eso, solo otro pequeño y dulce beso entre hermanos. Porque sí, porque vuelvo a confiar en ella, porque sé que no significa nada que no sea cariño de hermanos, porque ella ya no siente nada, porque ella me prometió que ya no había nada entre ellos.
Finalmente se separa de él con lentitud, recolocando las sábanas que hay sobre su hermano aunque no sea necesario hacerlo. Me mira momentáneamente, esperando a que yo me despida de él también para salir junto a ella, pero yo niego con la cabeza ligeramente, indicándole que me quiero quedar un segundo para hablar a solas con él. Ane comprende de inmediato, deja un corto beso en la comisura de mis labios, que me hace sentir algo violento al darme cuenta de que me ha besado justo después de haber besado a Harry, pero tampoco siento que sea exactamente igual, o al menos esa sensación me da.
La habitación se queda en silencio en cuanto ella sale. Siento como Harry trata de evitar que salga una lágrima de arrepentimiento, acariciando sus ojos cerca del lacrimal.
Me acerco a él hasta quedar donde estaba antes mi prometida, viendo como él no quiere encontrar mi mirada por vergüenza absoluta. Por arrepentimiento. Por pena.
Agacha la mirada mientras parece tratar de limpiarse las lágrimas y acto seguido se da media vuelta para poder despedirse de un más que atónito, asustado y dolido Harry.
Se acerca a él con lentitud y yo me alejo un poco para que tengan algo más de espacio e intimidad, pero eso no quita que pueda ver por el rabillo del ojo como se despiden.
Él dice en voz agitada e inestable que lo siente, que no quiere que llore, que él no sabía que estaba tan mal. Ella solo niega con la cabeza mientras trata de sonreír y le dice que no se preocupe, que lo único que realmente importa es que él esté bien, antes de ponerse a darle besos cortos pero llenos de cariño y dulzura por todas partes de su rasguñado rostro. Sus labios se pasean por las marcas rojizas con delicadeza. Por sus mejillas, por su barbilla, por su frente, por sus párpados, por sus labios. Y sí, mi sentido común me dice que haga algo, que diga algo, que les separe, que me cabree, pero rápido, me doy cuenta de que ese beso no significa más que otros besos en otras partes de su rostro, porque es eso, solo otro pequeño y dulce beso entre hermanos. Porque sí, porque vuelvo a confiar en ella, porque sé que no significa nada que no sea cariño de hermanos, porque ella ya no siente nada, porque ella me prometió que ya no había nada entre ellos.
Finalmente se separa de él con lentitud, recolocando las sábanas que hay sobre su hermano aunque no sea necesario hacerlo. Me mira momentáneamente, esperando a que yo me despida de él también para salir junto a ella, pero yo niego con la cabeza ligeramente, indicándole que me quiero quedar un segundo para hablar a solas con él. Ane comprende de inmediato, deja un corto beso en la comisura de mis labios, que me hace sentir algo violento al darme cuenta de que me ha besado justo después de haber besado a Harry, pero tampoco siento que sea exactamente igual, o al menos esa sensación me da.
La habitación se queda en silencio en cuanto ella sale. Siento como Harry trata de evitar que salga una lágrima de arrepentimiento, acariciando sus ojos cerca del lacrimal.
Me acerco a él hasta quedar donde estaba antes mi prometida, viendo como él no quiere encontrar mi mirada por vergüenza absoluta. Por arrepentimiento. Por pena.
--Incluso cuando está a miles de kilómetros hace que te descontroles-murmuro mientras llevo las manos a los vendajes para ponérselos de nuevo.
--Ni siquiera recuerdo que fuera tan grave-responde en voz baja. Su mirada en sus piernas.
--¿Podrías al menos intentar olvidarte de ella?-le pregunto con tono neutral, con la atención puesta en que sus heridas queden cubiertas.
--Lo llevo intentando desde que se fue.
--No pienses que soy imbécil, por favor-digo algo molesto, llevando mi mirada a él para ver como su cabeza sigue gacha-Sé que no lo has hecho, no lo niegues.
--Lo he hech...
--¡No lo has hecho Harry!-exclamo apartando mis manos de su brazo ya vendado-Lo único que has hecho ha sido...regodearte en tu dolor, cubrirte con ello, recordar una y otra vez lo que te hizo, ¿eres masoca o simplemente imbécil? Tienes que asumir que ella ya se ha ido y no va a volver-digo contundente.
--Ni siquiera recuerdo que fuera tan grave-responde en voz baja. Su mirada en sus piernas.
--¿Podrías al menos intentar olvidarte de ella?-le pregunto con tono neutral, con la atención puesta en que sus heridas queden cubiertas.
--Lo llevo intentando desde que se fue.
--No pienses que soy imbécil, por favor-digo algo molesto, llevando mi mirada a él para ver como su cabeza sigue gacha-Sé que no lo has hecho, no lo niegues.
--Lo he hech...
--¡No lo has hecho Harry!-exclamo apartando mis manos de su brazo ya vendado-Lo único que has hecho ha sido...regodearte en tu dolor, cubrirte con ello, recordar una y otra vez lo que te hizo, ¿eres masoca o simplemente imbécil? Tienes que asumir que ella ya se ha ido y no va a volver-digo contundente.
Y aunque sé que le duele, aunque sé que quizás no es lo más recomendable que podría decirle, sé que es lo que tiene que oír, porque si ha llegado al extremo de intentar matarse solo por hablar con ella por teléfono, es que ni siquiera ha intentado pasar de página, y eso es algo que no puede ser bueno, porque ella ya no siente nada por él. A ella le da igual él. Le da igual como o con quien esté. Simplemente le da igual.
--Lo sé, ¿vale?-responde tratando de sonar duro, pero solo se escucha una voz que trata de frenar un sollozo-Lo sé y lo entiendo, lo acepto y lo he superado. Ya no la quiero.
--Está claro que no la quieres-bufo señalando sus brazos-Harry, de verdad que tienes que olvidarla, no te está haciendo nada bien.
--Está claro que no la quieres-bufo señalando sus brazos-Harry, de verdad que tienes que olvidarla, no te está haciendo nada bien.
Esta vez asiente con la cabeza, supongo que sin fuerzas o ganas de hablar. Sus ojos todavía lejos de los míos.
Resoplo antes de abrazarle como puedo, sintiendo como trata de devolvérmelo, pero se queja con tan solo mover sus brazos, supongo que los calmantes empiezan a dejar de hacer efecto.
Resoplo antes de abrazarle como puedo, sintiendo como trata de devolvérmelo, pero se queja con tan solo mover sus brazos, supongo que los calmantes empiezan a dejar de hacer efecto.
--No hagas más estupideces, por favor-le pido antes de dejar un beso en su mejilla-Y abstente de ver porno-bromeo mientras me aparto de él, para ver una ceja fruncida por la confusión-¿Para qué verlo si no puedes mover los brazos?-pregunto antes de echarme a reír, provocando que él ría por lo bajo, con sus mejillas sonrojadas.
--Lo recordaré.
--Lo recordaré.
Y con una última y amable sonrisa salgo de la habitación, dejando dentro al destrozado de mi casi hermano.
En cuanto pongo un pie fuera de la habitación, todas las miradas se ponen en mí, desde las lloronas de Ane y Anne hasta las serias y preocupadas de Zayn y Liam.
En cuanto pongo un pie fuera de la habitación, todas las miradas se ponen en mí, desde las lloronas de Ane y Anne hasta las serias y preocupadas de Zayn y Liam.
--¿Qué ha pasado?-me pregunta con rapidez Ane mientras se acerca a mí con rapidez.
--Nada, solo hemos hablado-contesto con tranquilidad, llevando mis manos a su cintura para poder abrazarla.
--¿Pero está bien?-pregunta Des rápidamente.
--Está bien-respondo.
--¿Qué os ha dicho?-pregunta Liam.
--Nada, solo hemos hablado-contesto con tranquilidad, llevando mis manos a su cintura para poder abrazarla.
--¿Pero está bien?-pregunta Des rápidamente.
--Está bien-respondo.
--¿Qué os ha dicho?-pregunta Liam.
Abro la boca para hablar de ello, cuando veo como por el pasillo se acercan un pelirrojo colorado, una rubia a punto de ahogarse, y detrás de ellos, a una gran distancia, un castaño de ojos azules con el rostro serio.
--¿Cómo está?-pregunta Ed agitado.
--¿Podemos pasar a verle?-pregunta esta vez...Taylor, sí, es Taylor Swift, esforzándose por respirar, pero es ella, y por algún motivo, esta interesada en la salud de Harry.
--Niall y yo acabamos de salir-Ane habla en tono bajo, abrazando mi torso con sus brazos y escondiendo su cara en mi cuello-Creo que ahora deberíais entrar vosotros-añade mirando a sus padres.
--¿Podemos pasar a verle?-pregunta esta vez...Taylor, sí, es Taylor Swift, esforzándose por respirar, pero es ella, y por algún motivo, esta interesada en la salud de Harry.
--Niall y yo acabamos de salir-Ane habla en tono bajo, abrazando mi torso con sus brazos y escondiendo su cara en mi cuello-Creo que ahora deberíais entrar vosotros-añade mirando a sus padres.
Éstos asienten con la cabeza antes de entrar en la habitación para ver a su malherido hijo.
--Luego podríais entrar vosotros-comento, mirando sobre todo a la rubia-Sea cual sea vuestra relación...
--Le considero mi amigo-contesta ella al ver que la frase era básicamente para ella-No sé lo que él pensará que soy...-añade algo confusa.
--Le considero mi amigo-contesta ella al ver que la frase era básicamente para ella-No sé lo que él pensará que soy...-añade algo confusa.
-Moments-
Después de muchas discusiones acerca de quien va a ser el que se quede esta noche con Harry, Anne, Des y Louis ganan la discusión, y el resto nos vemos obligados a volver a nuestras casas, para descansar, cenar, ducharnos, dormir y volver mañana en cuanto podamos.
--Aún no me creo que se encuentre tan mal como para no poder volver a casa esta noche-Ane dice con un suspiro mientras entra en la habitación-Me parece...tan irreal...
--Estará bien-respondo con tranquilidad mientras camino hasta quedar tras ella-Es fuerte, superará todo esto-practicamente la prometo mientras dejo un beso en su hombro izquierdo con ternura.
--Lo sé...-murmura apoyando su cabeza en mí-Pero me preocupa.
--A mí también, pero no sirve de nada estar preocupados si ya no se puede hacer nada por evitarlo...Solo hará que te sientas peor...
--Estará bien-respondo con tranquilidad mientras camino hasta quedar tras ella-Es fuerte, superará todo esto-practicamente la prometo mientras dejo un beso en su hombro izquierdo con ternura.
--Lo sé...-murmura apoyando su cabeza en mí-Pero me preocupa.
--A mí también, pero no sirve de nada estar preocupados si ya no se puede hacer nada por evitarlo...Solo hará que te sientas peor...
Nos quedamos un hermoso momento en silencio, ella apoyada sobre mí, respirando con tranquilidad, con los ojos cerrados y aspecto sereno. Mis dedos acariciando con cuidado su vientre por debajo de su camiseta holgada, sintiendo como su piel se pone de gallina con mi dulce tacto. Y yo, sin poder evitarlo, también cierro los ojos, apoyándome en ella, sintiendo como su corazón palpita con tranquilidad pegado a mi pecho, con su respiración acompasada. La mezcla entre su champú y su aroma natural se cuela por mis fosas nasales.
Es uno de esos momentos que me gustaría poder guardar de alguna manera, para poder rememorarlo y vivirlo una y otra vez.
Es uno de esos momentos que me gustaría poder guardar de alguna manera, para poder rememorarlo y vivirlo una y otra vez.
--Niall...-susurra con tranquilidad.
--¿Si?
--No quiero sentirme peor...-dice en tono bajo mientras acaricia mis manos con las yemas de sus dedos.
--Entonces no pienses más en ello-contesto antes de dejar otro pequeño beso en su cuello, solo que un poco más abajo, en su clavícula izquierda.
--Quiero sentirme bien-añade ladeando su cuello, invitandome a repartir más besos por esa zona tan delicada.
--¿Si?
--No quiero sentirme peor...-dice en tono bajo mientras acaricia mis manos con las yemas de sus dedos.
--Entonces no pienses más en ello-contesto antes de dejar otro pequeño beso en su cuello, solo que un poco más abajo, en su clavícula izquierda.
--Quiero sentirme bien-añade ladeando su cuello, invitandome a repartir más besos por esa zona tan delicada.
Y entonces entiendo a qué se refiere con eso de "sentirse bien", y no puedo estar más aliviado y nervioso al mismo tiempo. Aliviado porque es otra manera de saber que la relación ha sido retomada y no ha sido un empezar de cero. Nervioso porque hace unos tres meses que esto no pasa, y después de todo lo ocurrido, siento como si realmente fuera nuestra primera vez.
Otra vez.
Otra vez.
--¿Puedo hacer algo para que te sientas bien?-murmuro con mis labios sobre su piel.
Su piel se eriza de nuevo. Sus manos cogen las mías y siento como hace que acaricien su estómago de manera más constante.
Se da media vuelta con cuidado, mis manos ahora se encuentran en la parte baja de su espalda.
Mis ojos se encuentran con los suyos, dejandome ver como su anterior preocupación se va escondiendo tras ese increíble y poderoso sentimiento que hace que ella se vea incluso más hermosa de lo que ya es: amor. Amor puro y real. Amor por mí. Amor absoluto por mí.
Se da media vuelta con cuidado, mis manos ahora se encuentran en la parte baja de su espalda.
Mis ojos se encuentran con los suyos, dejandome ver como su anterior preocupación se va escondiendo tras ese increíble y poderoso sentimiento que hace que ella se vea incluso más hermosa de lo que ya es: amor. Amor puro y real. Amor por mí. Amor absoluto por mí.
--Hazme el amor...-susurra sin separar sus ojos de los míos.
Trago saliva algo nervioso antes de asentir con la cabeza con lentitud. Ella sonríe mostrándome los dientes, deslumbrándome por completo, tal y como siempre hace.
Se acerca un poco más a mí, haciendo que sienta mi corazón acelerarse.
Sus labios se unen a los míos, primero con un sutil y ligero toque, pero lentamente se torna algo más salvaje y necesitado, bailando una danza sincronizada bajo un ritmo nunca marcado. Los "Te quiero" resbalan de nuestros labios cada pocos segundos. Nuestras manos acarician el cuerpo del otro con cuidado, intentando tocar cada trozo de piel expuesta que hay a nuestro alcance.
Caminamos con pasos torpes hasta llegar al borde de la cama. Hago que ella se tumbe quedando boca arriba, conmigo sobre ella. Mis rodillas apoyadas a ambos lados de su cadera mientras que mis manos se apoyan a la altura de su cabeza.
Siento como sus manos tantean con el borde de mi camiseta hasta que decide sacarla de mi cuerpo con suavidad, entre beso y beso.
Decido meter mi mano izquierda bajo su camiseta, acariciando con las yemas de mis dedos desde su caderas hasta que me topo con su sujetador, deteniendome por un momento, antes de deslizar mi mano por encima de éste, acariciando uno de sus senos con gentileza.
Ella gruñe bajo mi tacto antes de morder mi labio inferior de manera juguetona, provocando que yo sonría, bajando mi mano para poder quitar su camiseta de un movimiento rápido.
Sus manos pasan de arriba a bajo de mi torso, acompañado de sus labios, los cuales besan desde mi mandíbula hasta mi pecho, dejando alguna que otra ligera mordida en mi cuello.
Siento esos nervios histéricos de la primera vez que me besó de esta manera, de esa primera vez que me acarició con ese cariño, de esa primera vez que yo me atreví a hacerlo. Simplemente estoy nervioso como esa primera y estrepitosa vez.
Se acerca un poco más a mí, haciendo que sienta mi corazón acelerarse.
Sus labios se unen a los míos, primero con un sutil y ligero toque, pero lentamente se torna algo más salvaje y necesitado, bailando una danza sincronizada bajo un ritmo nunca marcado. Los "Te quiero" resbalan de nuestros labios cada pocos segundos. Nuestras manos acarician el cuerpo del otro con cuidado, intentando tocar cada trozo de piel expuesta que hay a nuestro alcance.
Caminamos con pasos torpes hasta llegar al borde de la cama. Hago que ella se tumbe quedando boca arriba, conmigo sobre ella. Mis rodillas apoyadas a ambos lados de su cadera mientras que mis manos se apoyan a la altura de su cabeza.
Siento como sus manos tantean con el borde de mi camiseta hasta que decide sacarla de mi cuerpo con suavidad, entre beso y beso.
Decido meter mi mano izquierda bajo su camiseta, acariciando con las yemas de mis dedos desde su caderas hasta que me topo con su sujetador, deteniendome por un momento, antes de deslizar mi mano por encima de éste, acariciando uno de sus senos con gentileza.
Ella gruñe bajo mi tacto antes de morder mi labio inferior de manera juguetona, provocando que yo sonría, bajando mi mano para poder quitar su camiseta de un movimiento rápido.
Sus manos pasan de arriba a bajo de mi torso, acompañado de sus labios, los cuales besan desde mi mandíbula hasta mi pecho, dejando alguna que otra ligera mordida en mi cuello.
Siento esos nervios histéricos de la primera vez que me besó de esta manera, de esa primera vez que me acarició con ese cariño, de esa primera vez que yo me atreví a hacerlo. Simplemente estoy nervioso como esa primera y estrepitosa vez.
--Eres tan...increíble-murmuro aprovechando un segundo de su despiste para ser yo el que bese con necesidad, también dejando alguna marca que demuestre mi amor hacia ella en estos momentos.
--Eres tan...perfecto-ella responde con un ligero jadeo, causado por mis besos.
--Eres tan...perfecto-ella responde con un ligero jadeo, causado por mis besos.
Mis labios continúan bajando por su torso, pasando por el centro de su sujetador hasta llegar a su ombligo, haciendo que en ese momento ella arquee su espalda, tratando de que mis besos prosigan. No puedo frenar una sonrisa sobre su piel. Mis manos llegan a sus caderas, acariciándolas con las palmas de mis manos, hasta que llego a sus pantalones de chándal. Los bajo con lentitud junto con mis besos, los cuales pasan por su ropa interior, haciendo que ella suelte un gemido, esta vez alzando sus caderas contra mi boca.
No detengo mis labios hasta que sus pantalones están fuera de sus piernas, besando cada centímetro de sus piernas hasta llegar a sus pies, sacando así del todo los pantalones.
Recuerdos llegan a mí de cuándo éramos jóvenes e inexpertos, es decir, de hace ocho meses. Esta vez no hay golpes, ni caídas, no hay vergüenza ni preguntas, no hay miedo ni mucho menos nervios. Tan solo hay roces y caricias, besos, toques y sobretodo, te quieros.
No detengo mis labios hasta que sus pantalones están fuera de sus piernas, besando cada centímetro de sus piernas hasta llegar a sus pies, sacando así del todo los pantalones.
Recuerdos llegan a mí de cuándo éramos jóvenes e inexpertos, es decir, de hace ocho meses. Esta vez no hay golpes, ni caídas, no hay vergüenza ni preguntas, no hay miedo ni mucho menos nervios. Tan solo hay roces y caricias, besos, toques y sobretodo, te quieros.
--Yo arriba-murmura en cuanto me coloco sobre ella.
De un giro más esperado que inesperado, acabo debajo de ella, riendo ligeramente puesto que la mitad de las veces (más de la mitad, más bien) hace eso, y acaba sobre mí. ¿Obsesiva del control dónde?
Ella sonríe de igual manera antes de inclinarse hasta llegar a mis labios y poder dejar un ligero beso en ellos.
Va bajando sus labios por mi torso, prácticamente recorriendo el mismo camino que yo he hecho por su cuerpo, solo que ella aprovecha para quitar toda mi ropa, mientras que ella sigue en la suya interior, cosa de lo que me voy a ocupar de aquí a unos segundos en los que voy a cambiar las cosas.
Ella sonríe de igual manera antes de inclinarse hasta llegar a mis labios y poder dejar un ligero beso en ellos.
Va bajando sus labios por mi torso, prácticamente recorriendo el mismo camino que yo he hecho por su cuerpo, solo que ella aprovecha para quitar toda mi ropa, mientras que ella sigue en la suya interior, cosa de lo que me voy a ocupar de aquí a unos segundos en los que voy a cambiar las cosas.
--Hoy no, cariño-digo con una sonrisa.
Ella me devuelve la sonrisa, pero con un gesto confuso. Para cuando se quiere dar cuenta, está debajo de nuevo.
Un gruñido felino sale de su garganta, claramente a disgusto porque haya cambiado las cosas. Pero eso parece que se le olvida cuando meto mi mano izquierda en su ropa interior, acariciando con cuidado su zona más delicada mientras me desprendo de lo que queda de ropa.
Un gemido resbala de sus labios antes de que éstos sean capturados por los míos en un beso cálido, de esos que te quitan el aire dada su magnitud.
Ella lleva sus dos manos a mi cuello, acariciándolo antes de bajar a mi pecho, dejando ahí las palmas y apretando. Me cuesta entender que lo que quiere es que deje de besarla por un momento.
Cuando me aparto de sus labios, ya rojos e hinchados de ser besados, ella jadea de manera exagerada, con la mirada puesta en el techo.
Un gruñido felino sale de su garganta, claramente a disgusto porque haya cambiado las cosas. Pero eso parece que se le olvida cuando meto mi mano izquierda en su ropa interior, acariciando con cuidado su zona más delicada mientras me desprendo de lo que queda de ropa.
Un gemido resbala de sus labios antes de que éstos sean capturados por los míos en un beso cálido, de esos que te quitan el aire dada su magnitud.
Ella lleva sus dos manos a mi cuello, acariciándolo antes de bajar a mi pecho, dejando ahí las palmas y apretando. Me cuesta entender que lo que quiere es que deje de besarla por un momento.
Cuando me aparto de sus labios, ya rojos e hinchados de ser besados, ella jadea de manera exagerada, con la mirada puesta en el techo.
--¿Qué pasa?-pregunto preocupado-¿Te encuentras mal?
--¿Cómo...cómo...-jadea tratando de controlar su respiración-cómo piensas que puedo...respirar...si me tocas...y me besas así?
--¿Cómo...cómo...-jadea tratando de controlar su respiración-cómo piensas que puedo...respirar...si me tocas...y me besas así?
Yo río entre dientes antes de inclinarme para besar su nariz.
--Tal vez sea que hemos perdido entrenamiento...sobre todo tú-digo con diversión.
Beso sus mejillas con ternura, pero una sonrisa en mi cara llena de diversión. Siento como un puño impacta en el centro de mi pecho de manera débil, lo cual hace que se me escape una carcajada.
--¿Yo? ¿Poco entrenada? ¿Me estás diciendo que estoy poco entrenada?-la falsa indignación en su voz.
--A la vista está-contesto antes de dejar un beso en su cuello.
--A la vista está-contesto antes de dejar un beso en su cuello.
Y digo uno, porque solo me da tiempo a darle uno, ya que sus labios atrapan los míos con violencia, mordiendo el inferior con insistencia.
Por unos minutos, nuestros besos son lo único que se escucha en toda la habitación, acompañados de algunos jadeos.
Y todo se siente tanto de libro de Nicholas Sparks. Todo es suave, y tranquilo después de toda la tormenta que pasa sobre nuestras vidas. El cuerpo del otro sirve como ese techado pequeño que te encuentras de repente cuando vas por la calle, lloviendo a cantaros y sin paraguas o algo con lo que cubrirte; ya estás mojado, tiritando, ya piensas que vas a constiparte y que no importa mojarse un poco más que un poco menos, pero sin embargo, siempre te detendrás en ese saliente, para apoyarte en la pared, ver como todo el mundo también corre de un lado para otro para librarse de la lluvia, y mientras tú, respiras tranquilo.
En este instante, ambos respiramos, sin importar nada que no sea cubrirse con el otro, refugiarse en el otro, sentir al otro.
De repente, Ane alarga un brazo, tocando la mesilla de noche con los dedos, moviéndola de un lado al otro, como si buscara algo de lo que ya tengo conciencia, pero sin embargo yo no paro de besarla por cada parte que puedo, con una mano apoyada en la cama y la otra sobre su pecho.
Por unos minutos, nuestros besos son lo único que se escucha en toda la habitación, acompañados de algunos jadeos.
Y todo se siente tanto de libro de Nicholas Sparks. Todo es suave, y tranquilo después de toda la tormenta que pasa sobre nuestras vidas. El cuerpo del otro sirve como ese techado pequeño que te encuentras de repente cuando vas por la calle, lloviendo a cantaros y sin paraguas o algo con lo que cubrirte; ya estás mojado, tiritando, ya piensas que vas a constiparte y que no importa mojarse un poco más que un poco menos, pero sin embargo, siempre te detendrás en ese saliente, para apoyarte en la pared, ver como todo el mundo también corre de un lado para otro para librarse de la lluvia, y mientras tú, respiras tranquilo.
En este instante, ambos respiramos, sin importar nada que no sea cubrirse con el otro, refugiarse en el otro, sentir al otro.
De repente, Ane alarga un brazo, tocando la mesilla de noche con los dedos, moviéndola de un lado al otro, como si buscara algo de lo que ya tengo conciencia, pero sin embargo yo no paro de besarla por cada parte que puedo, con una mano apoyada en la cama y la otra sobre su pecho.
--Niall...-se medio queja, medio gime.
--Ya lo sé-respondo interrumpiéndola, llevando los besos a su hombro.
--Pues entonces dame un poco de espacio o cogelo tú-dice con algo de diversión, aunque entre tantos jadeos, ya no sé ni en qué tono lo dice.
--Es que no sé si tengo...-murmuro mientras dejo su pecho y llevo mi mano a su espalda para desabrochar su sujetador-y quiero aprovechar antes de que me frenes-añado mientras lo saco con cuidado de su cuerpo.
--Ya lo sé-respondo interrumpiéndola, llevando los besos a su hombro.
--Pues entonces dame un poco de espacio o cogelo tú-dice con algo de diversión, aunque entre tantos jadeos, ya no sé ni en qué tono lo dice.
--Es que no sé si tengo...-murmuro mientras dejo su pecho y llevo mi mano a su espalda para desabrochar su sujetador-y quiero aprovechar antes de que me frenes-añado mientras lo saco con cuidado de su cuerpo.
Mis labios ahora cambian su rumbo hasta sus pechos. Y sé que va a decir algo, o más bien se va a quejar de algo, pero lo único que salen de ella son gemidos agudos al meter uno de sus pezones en mi boca.
--Eres un maldito hijo de tu santa madre-consigo entender entre el desastre de gemidos que es.
--No metas a mi madre en la conversación-digo con mis labios contra su piel-no creo que sea buena idea hablar de ello mientras hacemos estas cosas-añado con una sonrisa.
--No metas a mi madre en la conversación-digo con mis labios contra su piel-no creo que sea buena idea hablar de ello mientras hacemos estas cosas-añado con una sonrisa.
Decido seguir con la ronda de besos para llevarlos hasta su ombligo, repartiendo varios húmedos alrededor. Trato de seguir bajando, pero ella me interrumpe.
--Más te vale encontrar un condón si vas por ese camino, Horan-parece que me advierte.
--¿Por qué?-pregunto alzando la cabeza hasta que mis ojos encuentran los suyos-Eso no es justo.
--Sabes que así el único que llegas eres tú. Eso sí que no es justo-se queja aún con la respiración jadeante.
--¿Y un poquito solo?-pregunto con voz de niño bueno mientras me agacho de nuevo.
--Nop.
--¡Pero si te gusta!-exclamo a disgusto.
--Me gustan otras cosas más que tu lengua y para usarlas es necesario algo para evitar un embarazo no deseado.
--Pero Ane...-me quejo como un niño al que le han quitado un caramelo-Yo quiero seguir con esto...
--Y yo quiero...bueno, iba a decir una burrada, pero me voy a callar porque no estoy en condiciones de hablar-dice mientras se abanica con las manos.
--¿Por qué?-pregunto alzando la cabeza hasta que mis ojos encuentran los suyos-Eso no es justo.
--Sabes que así el único que llegas eres tú. Eso sí que no es justo-se queja aún con la respiración jadeante.
--¿Y un poquito solo?-pregunto con voz de niño bueno mientras me agacho de nuevo.
--Nop.
--¡Pero si te gusta!-exclamo a disgusto.
--Me gustan otras cosas más que tu lengua y para usarlas es necesario algo para evitar un embarazo no deseado.
--Pero Ane...-me quejo como un niño al que le han quitado un caramelo-Yo quiero seguir con esto...
--Y yo quiero...bueno, iba a decir una burrada, pero me voy a callar porque no estoy en condiciones de hablar-dice mientras se abanica con las manos.
Eso hace que yo alce ambas cejas con sorpresa y una sonrisa en mi cara.
Me muevo hasta quedar sobre ella de nuevo, encontrándome así con una pequeña sonrisa también cubriendo su rostro.
Me muevo hasta quedar sobre ella de nuevo, encontrándome así con una pequeña sonrisa también cubriendo su rostro.
--¿Vas a pensártelo mejor y ayudarme a buscar uno?-pregunta divertida.
Niego con la cabeza. Aún sonriente. Mis labios de nuevo casi rozando los suyos.
--Quiero saber lo que ibas a decir.
Eso hace que ella suelte una sonora carcajada que retumba en mi pecho gracias a la cercanía entre nuestros cuerpos.
--Creo que nos estamos desviando del tema-dice aún con diversión. Sus ojos fijos en los míos.
--Dímelo-la pido de nuevo antes de capturar sus labios en un corto pero hambriento beso-Por favor-añado de la misma manera.
--Niall-jadea con los ojos cerrados, esperando el siguiente beso que no tarda en llegar.
--Vamos...-susurro antes de bajar hasta su oído-Sé una niña buena solo por hoy-murmuro contra la piel de su oreja, sintiendo como mis labios rozan con gentileza su piel y con ello, que ésta se ponga de gallina.
--Ni-Niall, por favo-or-balbucea.
--Dímelo-la pido de nuevo antes de capturar sus labios en un corto pero hambriento beso-Por favor-añado de la misma manera.
--Niall-jadea con los ojos cerrados, esperando el siguiente beso que no tarda en llegar.
--Vamos...-susurro antes de bajar hasta su oído-Sé una niña buena solo por hoy-murmuro contra la piel de su oreja, sintiendo como mis labios rozan con gentileza su piel y con ello, que ésta se ponga de gallina.
--Ni-Niall, por favo-or-balbucea.
Parece realmente abrumada por las sensaciones que le provoco, aunque no haga nada en especial, pero supongo que la abstinencia también tiene algo que ver, ya que ella nunca me ha pedido de la manera en la que lo hace ahora.
Y debo admitir que no me disgusta, ya que por una vez, yo tengo el control de la situación.
Sonrío sobre su piel antes de hablar de nuevo.
Y debo admitir que no me disgusta, ya que por una vez, yo tengo el control de la situación.
Sonrío sobre su piel antes de hablar de nuevo.
--¿Qué ocurre?-pregunto en tono inocente. Mis labios aún apenas rozando su piel.
--Deja de hacer el idiota y busca un condón-parece que trata de ordenarme, pero no funciona, ya que su respiración sigue estando entrecortada y jadeante.
--Dime lo que ibas a decirme-insisto con ello, más por terquedad que por interés.
--Eres un imbécil-dice con el ceño fruncido.
--Deja de hacer el idiota y busca un condón-parece que trata de ordenarme, pero no funciona, ya que su respiración sigue estando entrecortada y jadeante.
--Dime lo que ibas a decirme-insisto con ello, más por terquedad que por interés.
--Eres un imbécil-dice con el ceño fruncido.
Al ver su "molestia" por lo que está pasando; que yo sea el que mande y el que tenga el control, y ella la que obedece, bajo mi lengua, desde el comienzo de su cuello hasta volver a sus senos, esta vez dando un breve momento de placer al contrario que mis movimientos anteriores insistentes sobre esa zona.
Ella deja salir otro gemido, aunque esta vez suena más a disgusto.
Ella deja salir otro gemido, aunque esta vez suena más a disgusto.
--Soy tu imbécil favorito-murmuro antes de dejar un beso en el centro de su pecho-Soy tu imbécil olvidadizo favorito-añado entre besos que suben desde el centro de su pecho hasta su cuello y finalmente llegando a sus labios.
--S-sí...-admite jadeando-pero haz algo...y haz algo ya.
Y yo como un buen chico, hago algo y hago algo ya. Sin previo aviso me meto en ella haciendo que suelte un largo gemido en el que yo la acompaño, pero rápidamente abre los ojos para mirarme asombrada. Yo sonrío con diversión, esperando que ella también lo haga, pero por el contrario me llevo otro golpe en el pecho.
--¡Apártate!
--Pero Ane...-me quejo fingiendo gimotear.
--¿Es que quieres un bebé? ¿Es lo que quieres? ¿Te apetece estar cuidado de un ser que solo llora, come y hace popo? ¿Quieres eso? ¿¡Lo quieres?!-me recrimina con cierto aire de histeria.
--No, no lo quiero...-murmuro besando sus labios con necesidad mientras salgo de ella para volver a entrar con algo de fuerza.
Se derrite en gemidos bajo mi cuerpo, aún quejándose, pero ya no tratando de frenarme, es más, solo me dice que siga y que ya nos preocuparemos cuando haya que preocuparse, y sí, estoy de acuerdo con ella, pero lo que tengo claro es que ahora no quiero un niño, por lo que le planteo otra cosa entre embestida y embestida.
--Voy a parar a tiempo. Te lo prometo-digo con un susurro ronco en su oído que solo provoca más gemidos agudos que buscan más y más.
Y aunque el término acordado ha sido "hacer el amor", lo que hacemos es bastante desastroso pero aún así placentero: nuestros labios se sienten descordinados y no atinan a los del otro en la mitad de las ocasiones. Siento más saliva fuera de mi boca que dentro de ella o de la suya. La calefacción, puesta indudablemente demasiado alta solo para ella, ya que siempre tiene frío, ahora provoca que estemos sudando lo que no hemos sudado en todo el año.
Y sin embargo nos da igual, no nos importa, solo nos dejamos llevar entre movimientos que se turnan entre suaves y precisos a rápidos y descontrolados, todos ellos acompañados de gemidos, gritos, jadeos y te quieros.
Quizás es lo bien que se siente que hace que no sea consciente del tiempo que pasa, puede que solo haya sido por la falta de hacerlo, o tal vez solo sea el hecho de que ella es lo más excitante con lo que me he podido encontrar en mucho tiempo, pero la cosa es que mucho antes de lo que espero o de lo que quiero, siento como ese dichosos cosquilleo comienza a recorrer cada centímetro de mi piel, quemando, devastando de una placentera manera, siempre comenzando desde mis extremos para acabar concentrándose en un único punto.
Me maldigo, me maldigo un millón de veces por no tener condones, maldigo al tiempo por haber pasado tan rápido y maldigo a mi cuerpo por querer acabar con esto ya. Maldeciría su cuerpo, al sentir que también está tan cerca de esto como yo, pero sin embargo no puedo, porque si lo hiciera sería un hipócrita.
Beso sus labios con insistencia, casi con agresividad mientras mis movimientos siguen produciéndose. Acaricio su cuerpo tanto como puedo, buscando que al menos ella acabe con esto.
--Amor-gruño entre beso y beso-date prisa, por Dios...
Ella trata de decir algo, pero no salen palabras con sentido de su boca, por lo que continúo besando, succionando su labio inferior, lamiendo la sensible piel de su cuello y marcándola de la manera más sutil que puedo mientras que mis manos viajan de sus senos a su caderas para agarrarlas y así poder hacer más profundos mis embestidas, incrementando así el volumen de sus gemidos y palabras incomprensibles.
Para cuando pienso que o acabamos teniendo un accidente y ninguno de los dos se queda sin su querido orgasmo, siento como ella aprieta sus dedos en mi espalda y acto seguido suelta un largo gemido que apuesto todo lo que tengo a que se ha oído en la casa de al lado.
Sus ojos se mantienen cerrados. Su cara está completamente sonrojada. Sus labios están hinchados de ser besados. Su pelo es todo un lío contra la almohada. Su pecho sube y baja, cansado, agitado, mientras hace todo lo posible para que llegue oxígeno a sus pulmones, lo cual provoca que ella jadee.
Gimoteo claramente a disgusto al no poder acabar, no dentro de ella, no con la excitante vista que tengo ante mis ojos, y con todo el dolor de mi corazón me veo obligado a apartarme de ella, lo cual hace que ella jadee de nuevo, esta vez por la pérdida de mi cuerpo.
Me coloco a su lado, aún con una dolorosa erección en mi cuerpo, mientras observo cómo ella se recupera.
Y pensar que nuestra primera vez fue lo más desastroso, nervioso e inexperto que haya podido pasar nunca, y que ahora simplemente surja y ocurra de la mejor manera que existe; es decir, a nuestra manera.
Pasados unos minutos siento como su respiración se torna más calmada y normal, y cómo gira su cabeza hacia mí para por fin abrir los ojos y mirarme con una gran sonrisa satisfecha, aunque esa sonrisa se amplía cuando baja la mirada por mi cuerpo.
Cómo no, ella tiene que ser la que mande, al menos por unos minutos. Se coloca de manera que yo estoy sobre mi espalda, y ella sobre mí. Esa amplia sonrisa aún en su rostro mientras besa mi torso con insistencia, ahora dudo que con mucho gusto, ya que estoy sudado, pero eso a ella no le parece dar igual, ya que continúa los besos hasta llegar a mi erección.
Dejo salir una especie de entre siseo y gruñido al sentir como solo deja besos superficiales, lo cual no ayuda mucho a liberarme.
--Cari...
Y mis palabras quedan olvidadas cuando siento como su lengua recorre mi longitud con habilidad. Las cosas cambian y soy yo el que se encuentra gimiendo y jadeando bajo su toque, aunque tampoco es que dure mucho, ya que sin previo aviso me dejo ir con un gemido gutural que también puedo asegurar que ha llegado hasta los vecinos.
Sé que no me encuentro en el Cielo, básicamente porque no me he muerto y porque dudo que un orgasmo se pueda comparar, pero me siento entre nubes, absolutamente entre nubes, en lo más alto y poco a poco descendiendo con suavidad hasta que vuelvo a la realidad de la situación, donde preveo que me van a regañar.
Abro los ojos aún jadeando para ver una imagen de mi prometida entre cómica y excitante: ojos cerrados con fuerza, nariz arrugada y boca abierta, pero no por un gemido o estar jadeando, no, su boca está abierta como señal de sorpresa. Ni que decir tiene que su cara está manchada, de lo que esté lo dejo a la imaginación de cada uno.
Trato de no reír, pero fallo en el intento, con lo que me gano un golpe en la pierna.
--Eres asqueroso-es lo único que dice ella mientras se limpia con las manos-Simplemente asqueroso.
--Y yo que pensé que la que tenía semen en la cara eras tú...-aún tengo el valor de vacilar, pero bueno, de nuevo me golpea y de nuevo río escandalosamente.
--La última vez. Juro que esta ha sido la última vez-confirma aún en un intento de dejar su cara limpia, no con mucho éxito.
--¿La última vez que lo hacemos, la última vez que lo hacemos sin condón o la última vez que me vas a dar un mamada?-pregunto todavía divertido mientras cojo la sábana para poder limpiar su rostro con cuidado.
--Las tres cosas-dice en un bufido mientras se deja limpiar por mí-Podrías al menos haber avisado.
--¿Te hubieras apartado?-pregunto extrañado.
--Posiblemente.
--Mentirosa.
--Verdadosa.
--Esa palabras no existe.
--¿Y a quién le importa? Te has corrido en mi cara, cerdo de mierda.
--Te ha encantado.
--Sí, ha sido mi mayor sueño por fin cumplido-la ironía rebosante en sus palabras mientras rueda los ojos, pero aún así, yo solo me mantengo frente a ella, a una pequeña distancia, con mi mano acariciando su mejilla derecha, ya limpia, todo hay que decirlo.
--Te quiero-digo en un susurro, mirando como sus ojos verdes muestran algo de enfado, pero al dejar salir esas dos palabras, parece esfumarse.
--Y yo a ti-contesta con una dulce sonrisa antes de dejar un corto beso en mis labios y apartarse de mí para poder dormir-aunque me des asco ahora mismo-añade cuando se está tumbando.
--No te doy asco-contesto divertido mientras me coloco tumbado tras ella, con su espalda pegada a mi pecho.
--Lo haces-contraataca ella, sin girarse si quiera para mirarme.
--No.
--Sí.
--No.
--Vale no-finalmente cede mientras se da media vuelta.
Su pecho algo más bajo que el mío, pero aún así pegado a mí, su rostro también algo más bajo, haciendo así que tenga que agachar mi cabeza para poder ver sus ojos y observar cómo éstos están fijos en mí. Sus brazos colocados bajo los míos, abrazando mi torso, al igual que yo abrazando el suyo con uno de mis brazos, mientras que con el otro trato de taparnos con una de las mantas que ahora están arrugadas en alguna parte de la cama o del suelo.
--Pero sí que eres asqueroso.
--Me vas a querer igual aunque lo sea-no puedo evitar decir con una gran sonrisa que rápidamente se contagia a ella.
--Sabes que sí.
--S-sí...-admite jadeando-pero haz algo...y haz algo ya.
Y yo como un buen chico, hago algo y hago algo ya. Sin previo aviso me meto en ella haciendo que suelte un largo gemido en el que yo la acompaño, pero rápidamente abre los ojos para mirarme asombrada. Yo sonrío con diversión, esperando que ella también lo haga, pero por el contrario me llevo otro golpe en el pecho.
--¡Apártate!
--Pero Ane...-me quejo fingiendo gimotear.
--¿Es que quieres un bebé? ¿Es lo que quieres? ¿Te apetece estar cuidado de un ser que solo llora, come y hace popo? ¿Quieres eso? ¿¡Lo quieres?!-me recrimina con cierto aire de histeria.
--No, no lo quiero...-murmuro besando sus labios con necesidad mientras salgo de ella para volver a entrar con algo de fuerza.
Se derrite en gemidos bajo mi cuerpo, aún quejándose, pero ya no tratando de frenarme, es más, solo me dice que siga y que ya nos preocuparemos cuando haya que preocuparse, y sí, estoy de acuerdo con ella, pero lo que tengo claro es que ahora no quiero un niño, por lo que le planteo otra cosa entre embestida y embestida.
--Voy a parar a tiempo. Te lo prometo-digo con un susurro ronco en su oído que solo provoca más gemidos agudos que buscan más y más.
Y aunque el término acordado ha sido "hacer el amor", lo que hacemos es bastante desastroso pero aún así placentero: nuestros labios se sienten descordinados y no atinan a los del otro en la mitad de las ocasiones. Siento más saliva fuera de mi boca que dentro de ella o de la suya. La calefacción, puesta indudablemente demasiado alta solo para ella, ya que siempre tiene frío, ahora provoca que estemos sudando lo que no hemos sudado en todo el año.
Y sin embargo nos da igual, no nos importa, solo nos dejamos llevar entre movimientos que se turnan entre suaves y precisos a rápidos y descontrolados, todos ellos acompañados de gemidos, gritos, jadeos y te quieros.
Quizás es lo bien que se siente que hace que no sea consciente del tiempo que pasa, puede que solo haya sido por la falta de hacerlo, o tal vez solo sea el hecho de que ella es lo más excitante con lo que me he podido encontrar en mucho tiempo, pero la cosa es que mucho antes de lo que espero o de lo que quiero, siento como ese dichosos cosquilleo comienza a recorrer cada centímetro de mi piel, quemando, devastando de una placentera manera, siempre comenzando desde mis extremos para acabar concentrándose en un único punto.
Me maldigo, me maldigo un millón de veces por no tener condones, maldigo al tiempo por haber pasado tan rápido y maldigo a mi cuerpo por querer acabar con esto ya. Maldeciría su cuerpo, al sentir que también está tan cerca de esto como yo, pero sin embargo no puedo, porque si lo hiciera sería un hipócrita.
Beso sus labios con insistencia, casi con agresividad mientras mis movimientos siguen produciéndose. Acaricio su cuerpo tanto como puedo, buscando que al menos ella acabe con esto.
--Amor-gruño entre beso y beso-date prisa, por Dios...
Ella trata de decir algo, pero no salen palabras con sentido de su boca, por lo que continúo besando, succionando su labio inferior, lamiendo la sensible piel de su cuello y marcándola de la manera más sutil que puedo mientras que mis manos viajan de sus senos a su caderas para agarrarlas y así poder hacer más profundos mis embestidas, incrementando así el volumen de sus gemidos y palabras incomprensibles.
Para cuando pienso que o acabamos teniendo un accidente y ninguno de los dos se queda sin su querido orgasmo, siento como ella aprieta sus dedos en mi espalda y acto seguido suelta un largo gemido que apuesto todo lo que tengo a que se ha oído en la casa de al lado.
Sus ojos se mantienen cerrados. Su cara está completamente sonrojada. Sus labios están hinchados de ser besados. Su pelo es todo un lío contra la almohada. Su pecho sube y baja, cansado, agitado, mientras hace todo lo posible para que llegue oxígeno a sus pulmones, lo cual provoca que ella jadee.
Gimoteo claramente a disgusto al no poder acabar, no dentro de ella, no con la excitante vista que tengo ante mis ojos, y con todo el dolor de mi corazón me veo obligado a apartarme de ella, lo cual hace que ella jadee de nuevo, esta vez por la pérdida de mi cuerpo.
Me coloco a su lado, aún con una dolorosa erección en mi cuerpo, mientras observo cómo ella se recupera.
Y pensar que nuestra primera vez fue lo más desastroso, nervioso e inexperto que haya podido pasar nunca, y que ahora simplemente surja y ocurra de la mejor manera que existe; es decir, a nuestra manera.
Pasados unos minutos siento como su respiración se torna más calmada y normal, y cómo gira su cabeza hacia mí para por fin abrir los ojos y mirarme con una gran sonrisa satisfecha, aunque esa sonrisa se amplía cuando baja la mirada por mi cuerpo.
Cómo no, ella tiene que ser la que mande, al menos por unos minutos. Se coloca de manera que yo estoy sobre mi espalda, y ella sobre mí. Esa amplia sonrisa aún en su rostro mientras besa mi torso con insistencia, ahora dudo que con mucho gusto, ya que estoy sudado, pero eso a ella no le parece dar igual, ya que continúa los besos hasta llegar a mi erección.
Dejo salir una especie de entre siseo y gruñido al sentir como solo deja besos superficiales, lo cual no ayuda mucho a liberarme.
--Cari...
Y mis palabras quedan olvidadas cuando siento como su lengua recorre mi longitud con habilidad. Las cosas cambian y soy yo el que se encuentra gimiendo y jadeando bajo su toque, aunque tampoco es que dure mucho, ya que sin previo aviso me dejo ir con un gemido gutural que también puedo asegurar que ha llegado hasta los vecinos.
Sé que no me encuentro en el Cielo, básicamente porque no me he muerto y porque dudo que un orgasmo se pueda comparar, pero me siento entre nubes, absolutamente entre nubes, en lo más alto y poco a poco descendiendo con suavidad hasta que vuelvo a la realidad de la situación, donde preveo que me van a regañar.
Abro los ojos aún jadeando para ver una imagen de mi prometida entre cómica y excitante: ojos cerrados con fuerza, nariz arrugada y boca abierta, pero no por un gemido o estar jadeando, no, su boca está abierta como señal de sorpresa. Ni que decir tiene que su cara está manchada, de lo que esté lo dejo a la imaginación de cada uno.
Trato de no reír, pero fallo en el intento, con lo que me gano un golpe en la pierna.
--Eres asqueroso-es lo único que dice ella mientras se limpia con las manos-Simplemente asqueroso.
--Y yo que pensé que la que tenía semen en la cara eras tú...-aún tengo el valor de vacilar, pero bueno, de nuevo me golpea y de nuevo río escandalosamente.
--La última vez. Juro que esta ha sido la última vez-confirma aún en un intento de dejar su cara limpia, no con mucho éxito.
--¿La última vez que lo hacemos, la última vez que lo hacemos sin condón o la última vez que me vas a dar un mamada?-pregunto todavía divertido mientras cojo la sábana para poder limpiar su rostro con cuidado.
--Las tres cosas-dice en un bufido mientras se deja limpiar por mí-Podrías al menos haber avisado.
--¿Te hubieras apartado?-pregunto extrañado.
--Posiblemente.
--Mentirosa.
--Verdadosa.
--Esa palabras no existe.
--¿Y a quién le importa? Te has corrido en mi cara, cerdo de mierda.
--Te ha encantado.
--Sí, ha sido mi mayor sueño por fin cumplido-la ironía rebosante en sus palabras mientras rueda los ojos, pero aún así, yo solo me mantengo frente a ella, a una pequeña distancia, con mi mano acariciando su mejilla derecha, ya limpia, todo hay que decirlo.
--Te quiero-digo en un susurro, mirando como sus ojos verdes muestran algo de enfado, pero al dejar salir esas dos palabras, parece esfumarse.
--Y yo a ti-contesta con una dulce sonrisa antes de dejar un corto beso en mis labios y apartarse de mí para poder dormir-aunque me des asco ahora mismo-añade cuando se está tumbando.
--No te doy asco-contesto divertido mientras me coloco tumbado tras ella, con su espalda pegada a mi pecho.
--Lo haces-contraataca ella, sin girarse si quiera para mirarme.
--No.
--Sí.
--No.
--Vale no-finalmente cede mientras se da media vuelta.
Su pecho algo más bajo que el mío, pero aún así pegado a mí, su rostro también algo más bajo, haciendo así que tenga que agachar mi cabeza para poder ver sus ojos y observar cómo éstos están fijos en mí. Sus brazos colocados bajo los míos, abrazando mi torso, al igual que yo abrazando el suyo con uno de mis brazos, mientras que con el otro trato de taparnos con una de las mantas que ahora están arrugadas en alguna parte de la cama o del suelo.
--Pero sí que eres asqueroso.
--Me vas a querer igual aunque lo sea-no puedo evitar decir con una gran sonrisa que rápidamente se contagia a ella.
--Sabes que sí.
Narra Lucía.
Creo que hace mucho que no lloraba de la manera en la que lo he hecho todo el día de hoy, o al menos desde que Louis me avisó de lo que había pasado con Harry.Le quiero como amigo, como familia, y puede que aún un poco (mucho, bastante, demasiado para no ser enfermizo) como ídolo. Y la verdad, es que duele demasiado saber cómo se siente respecto a él mismo.
Cuando no le conocía personalmente, creía -al igual que todas- lo que ellos creían o dejaban que creyéramos; que son de tal manera u otra, que les gusta un color, un animal o una clase de chica por encima de otra, pero ya está, no expresan mucho más al mundo, salvo la manera en la que actúan sobre el escenario o en una entrevista, que, por experiencia, ya sé que no siempre están tan alegres o tranquilos como siempre, sino que saben actuar bastante bien en ese aspecto. También sé desde que estoy con ellos, que es precisamente, cuando no se ven tan resplandecientes y tranquilos como siempre, es que algo grave les ocurre.
Puede que el tener esa idea preconcebida de Harry, de chico alegre y tranquilo, calmo y sereno, sin ninguna clase de problemas, es precisamente lo que más me ha hundido al saber el cómo y el porqué de su estancia en el hospital.
Ahogo otro sollozo contra la almohada, abrazándome a mí misma con fuerza. Simplemente este dolor me supera, y por encima de todo, la frustración dirigida a una única persona.
Cojo el teléfono móvil de la mesilla y marco de nuevo el número que me pasó Louis antes de que tuviera que irme -después de insistirle mucho- y espero a que alguien lo coja, sin esperanzas de ninguna clase, ya que Louis lleva llamando todo el día y ni siquiera daba señal por lo que me ha dicho. Para mi sorpresa a mí sí que me da que está llamando.
--¿Si?-esa voz aguda de niña buena que nunca ha roto un plato en su vida, se escucha al otro lado de la línea.
--Casi se mata por tu culpa y tú ni siquiera te has atrevido a hablar con Louis-reprocho de inmediato-Era tu todo y ahora es la última mierda, tanto, que si se muere hablando contigo por teléfono ni siquiera te molestas en saber si ha sobrevivido.
>>Si en algún momento de la vida lo quisiste como pareja, amigo o tan solo como una persona a la que admirar por su talento, que sepas que lo has hecho de puta pena.
>>¿A caso es que te da igual porque ya estás con otro? ¿O es simplemente que no tienes corazón? Porque nadie con el mínimo de sentimientos se atrevería a hacer lo que tú estás haciendo, así que piensate muy bien eso de si tu inteligencia supera tanto a la del resto que tu mente ha sobrepasado a tu corazón y lo único que puedes ver en tu vida son conocimientos y más conocimientos sin pararte a pensar ni cinco segundos en las personas que te rodean, que te rodeaban, o que en algún momento te quisieron.
--Las cosas no han sido así-tiene el valor de defenderse, y encima, de hacerlo con todo de cabreo.
--Me importa una puta mierda tu punto de vista, yo soy la que he estado con él, en el hospital, con sus extremidades vendadas y todo lleno de puntos y restos de sangre, así que no me vengas con que las cosas no son así ¡porque sé lo que he visto!
--¿¡ME LLAMAS DESPUÉS DE TODO ESTE TIEMPO PARA GRITARME GILIPOLLECES?! ¿¡QUIÉN COÑO TE CREES QUE ERES LUCÍA?!-me chilla cual histérica haciendo que la poca paciencia que conservaba.
--Casi se mata por tu culpa y tú ni siquiera te has atrevido a hablar con Louis-reprocho de inmediato-Era tu todo y ahora es la última mierda, tanto, que si se muere hablando contigo por teléfono ni siquiera te molestas en saber si ha sobrevivido.
>>Si en algún momento de la vida lo quisiste como pareja, amigo o tan solo como una persona a la que admirar por su talento, que sepas que lo has hecho de puta pena.
>>¿A caso es que te da igual porque ya estás con otro? ¿O es simplemente que no tienes corazón? Porque nadie con el mínimo de sentimientos se atrevería a hacer lo que tú estás haciendo, así que piensate muy bien eso de si tu inteligencia supera tanto a la del resto que tu mente ha sobrepasado a tu corazón y lo único que puedes ver en tu vida son conocimientos y más conocimientos sin pararte a pensar ni cinco segundos en las personas que te rodean, que te rodeaban, o que en algún momento te quisieron.
--Las cosas no han sido así-tiene el valor de defenderse, y encima, de hacerlo con todo de cabreo.
--Me importa una puta mierda tu punto de vista, yo soy la que he estado con él, en el hospital, con sus extremidades vendadas y todo lleno de puntos y restos de sangre, así que no me vengas con que las cosas no son así ¡porque sé lo que he visto!
--¿¡ME LLAMAS DESPUÉS DE TODO ESTE TIEMPO PARA GRITARME GILIPOLLECES?! ¿¡QUIÉN COÑO TE CREES QUE ERES LUCÍA?!-me chilla cual histérica haciendo que la poca paciencia que conservaba.
Me levanto de la cama hasta quedarme sentada en la cama. Me limpio las lágrimas con la mano libre mientras cojo aire para seguir con esta estúpida discusión con mi amiga, de la cual no sé nada desde hace cinco meses por lo menos.
Pero ni la distancia, ni el tiempo ni la amistad van a evitar que la reproche lo que ha hecho, porque no, no es su culpa la baja autoestima de Harry, tampoco es su culpa que Harry lo pague automutilandose, pero sí es su completa culpa el haberse ido, el haber dejado a Harry por una estúpida universidad que podría haberse financiado con una beca, tal como la que le dieron, pero en la ciudad, porque estoy segura de que se la habrían dado si la hubiera pedido, y sobre todo, es su culpa haber dicho que Harry arruinaba su vida, porque aunque Harry no hubiera visto el mensaje, eso no es algo que se dice de una persona que te quiso con toda su alma, su vida y su fuerza.
Pero ni la distancia, ni el tiempo ni la amistad van a evitar que la reproche lo que ha hecho, porque no, no es su culpa la baja autoestima de Harry, tampoco es su culpa que Harry lo pague automutilandose, pero sí es su completa culpa el haberse ido, el haber dejado a Harry por una estúpida universidad que podría haberse financiado con una beca, tal como la que le dieron, pero en la ciudad, porque estoy segura de que se la habrían dado si la hubiera pedido, y sobre todo, es su culpa haber dicho que Harry arruinaba su vida, porque aunque Harry no hubiera visto el mensaje, eso no es algo que se dice de una persona que te quiso con toda su alma, su vida y su fuerza.
--Te estás quejando de que estoy enfadada y te estoy gritando... Eres tú la que ha causado toda esta mierda...¿te das cuenta?-hablo lo más tranquila que puedo.
--He causado toda esta vida...-murmura bajando el tono hasta llegar al mío-No es mi culpa que él no haya sabido olvidarme. Lo hice por su bien y lo sabes.
--¿Qué bien?-pregunto con todo el sarcasmo propio de Louis-Que tú pienses que salir de su vida para que la fama no te afecte a ti, no significa que sea un bien necesario para él. Él preferiría que te hubieras quedado. Hubiera dejado su fama por ti. Hubiera dejado su sueño por ti. Y ¿tú qué haces? Te vas a la mínima ocasión posible. Eres una mierda de novia, Marta.
--He causado toda esta vida...-murmura bajando el tono hasta llegar al mío-No es mi culpa que él no haya sabido olvidarme. Lo hice por su bien y lo sabes.
--¿Qué bien?-pregunto con todo el sarcasmo propio de Louis-Que tú pienses que salir de su vida para que la fama no te afecte a ti, no significa que sea un bien necesario para él. Él preferiría que te hubieras quedado. Hubiera dejado su fama por ti. Hubiera dejado su sueño por ti. Y ¿tú qué haces? Te vas a la mínima ocasión posible. Eres una mierda de novia, Marta.
--Si me llamas para insultarme puedes irte un poco a la mierda.
--Entonces me voy bastante a la mierda.
--Entonces me voy bastante a la mierda.
Y eso es lo último que tanto ella como yo escuchamos de la conversación, puesto que cuelgo de golpe.
Lanzo el móvil al otro lado de la cama. Cojo mi almohada, la coloco sobre mis rodillas dobladas y dejo caer mi cabeza con fuerza antes de soltar un gran grito de frustración que queda ahogado contra la tela.
No me puedo creer que sea así. No me puedo creer que lo único que la moleste sea mi enfado. Ni siquiera me puedo creer que no le haya cogido las llamadas a Louis, cuando sabe perfectamente que éste le llama para informarle acerca de Harry, pero está más que claro, que para ella ninguno de nosotros somos ya importantes.
Parece que ella sola se está ganando el asco de la gente, incluido el mío, pese a que siempre la defendí y estuve de su lado, ¡incluso la llevé al aeropuerto! ¡siempre la apoyé! ¡y ahora se escandaliza porque me enfado!
Ane ya lo dijo, ya nos advirtió, y nadie la hicimos caso, nadie pensó que ella pudiera llegar a causar tanto dolor en Harry, pero la ojiverde sabía perfectamente lo que acabaría pasando.
Escucho unos pequeños toques en mi puerta, que hacen que levante la cabeza, acariciando mis mejillas con las manos para apartar las lágrimas. Veo como mi padre asoma la cabeza y me mira con clara preocupación, a lo que yo solo puedo contestar con una débil sonrisa, aún apartándome las lágrimas.
Lanzo el móvil al otro lado de la cama. Cojo mi almohada, la coloco sobre mis rodillas dobladas y dejo caer mi cabeza con fuerza antes de soltar un gran grito de frustración que queda ahogado contra la tela.
No me puedo creer que sea así. No me puedo creer que lo único que la moleste sea mi enfado. Ni siquiera me puedo creer que no le haya cogido las llamadas a Louis, cuando sabe perfectamente que éste le llama para informarle acerca de Harry, pero está más que claro, que para ella ninguno de nosotros somos ya importantes.
Parece que ella sola se está ganando el asco de la gente, incluido el mío, pese a que siempre la defendí y estuve de su lado, ¡incluso la llevé al aeropuerto! ¡siempre la apoyé! ¡y ahora se escandaliza porque me enfado!
Ane ya lo dijo, ya nos advirtió, y nadie la hicimos caso, nadie pensó que ella pudiera llegar a causar tanto dolor en Harry, pero la ojiverde sabía perfectamente lo que acabaría pasando.
Escucho unos pequeños toques en mi puerta, que hacen que levante la cabeza, acariciando mis mejillas con las manos para apartar las lágrimas. Veo como mi padre asoma la cabeza y me mira con clara preocupación, a lo que yo solo puedo contestar con una débil sonrisa, aún apartándome las lágrimas.
--¿Qué ocurre, cielo?-pregunta en un tono suave.
--Nada papá, no importa-contesto rápidamente, negando con la cabeza, tratando de parecer convincente, aunque sé perfectamente que no es así. Las cejas fruncidas de mi padre me lo confirman.
--¿Te ha pasado algo con Louis?-pregunta, y muy al contrario que otros padres podrían hacer, él no lo dice con enfado o con tono victorioso, como si mi dulce y atento novio hubiera tenido algo que ver, sino que se muestra confuso y puede que algo dolido, ya que Louis y él se llevan bastante bien.
--No papá, no me ha pasado nada con él-contesto en un suspiro.
--Está bien, cariño-contesta sin más, sabiendo que por muy buena que mi relación sea con él, no siempre le cuento todo-¿Puedo hacer algo por ti?
--No, gracias, pero no puedes hacer nada-contesto mientras trato de formar una sonrisa en mis labios para dejarle más tranquilo.
--Como quieras, cielo-dice con tono vencido, haciéndome saber que mi sonrisa no ha salido tan bien como planeaba-Tienes visita-añade sin más.
--¿Visita?-digo con clara confusión, ya que no esperaba visitas hoy. No un domingo a las once de la noche.
--Nada papá, no importa-contesto rápidamente, negando con la cabeza, tratando de parecer convincente, aunque sé perfectamente que no es así. Las cejas fruncidas de mi padre me lo confirman.
--¿Te ha pasado algo con Louis?-pregunta, y muy al contrario que otros padres podrían hacer, él no lo dice con enfado o con tono victorioso, como si mi dulce y atento novio hubiera tenido algo que ver, sino que se muestra confuso y puede que algo dolido, ya que Louis y él se llevan bastante bien.
--No papá, no me ha pasado nada con él-contesto en un suspiro.
--Está bien, cariño-contesta sin más, sabiendo que por muy buena que mi relación sea con él, no siempre le cuento todo-¿Puedo hacer algo por ti?
--No, gracias, pero no puedes hacer nada-contesto mientras trato de formar una sonrisa en mis labios para dejarle más tranquilo.
--Como quieras, cielo-dice con tono vencido, haciéndome saber que mi sonrisa no ha salido tan bien como planeaba-Tienes visita-añade sin más.
--¿Visita?-digo con clara confusión, ya que no esperaba visitas hoy. No un domingo a las once de la noche.
Él asiente con la cabeza y una sonrisa en la boca. Sale por la puerta sin decirme quien es mi extraña visita.
Por un momento pienso que tal vez mi padre solo esté gastándome una broma, pero la duda acaba por vencerme y la curiosidad hace que me levante de un salto de la cama.
Arreglo un poco el desastre que se ha organizado en mi cara por tanta lágrima, solo por si es una visita que merezca todo mi mejor aspecto, y decido bajar las escaleras con algo de rapidez.
En cuanto mis pies tocan el piso de abajo, puedo ver a esa pequeña y delgada figura que apenas unas horas atrás he visto, y que por tanto, no esperaba que volviera esta noche.
Su deslumbrante sonrisa ilumina la pálida piel, ahora con un tono algo preocupante, ya que no me había dado cuenta debida la rabia y la tristeza, pero está diluviando ahí afuera.
Su respingada nariz se encoge, parece que tratando de frenar un estornudo que acaba por salir sin evitarlo.
Sus pequeños ojos azules, hacen que el tiempo ahí afuera se vea mucho más oscuro y tétrico, pues la mirada del chico que hay delante de mí se ve tan calma y serena como un día de verano.
Su castaño pelo cae mojado por su frente, escurriendo por debajo de esa sudadera azul marino que por alguna razón, solo parece ponerse si llueve, aunque no sea impermeable ni le evite mojarse de alguna manera.
Por un momento pienso que tal vez mi padre solo esté gastándome una broma, pero la duda acaba por vencerme y la curiosidad hace que me levante de un salto de la cama.
Arreglo un poco el desastre que se ha organizado en mi cara por tanta lágrima, solo por si es una visita que merezca todo mi mejor aspecto, y decido bajar las escaleras con algo de rapidez.
En cuanto mis pies tocan el piso de abajo, puedo ver a esa pequeña y delgada figura que apenas unas horas atrás he visto, y que por tanto, no esperaba que volviera esta noche.
Su deslumbrante sonrisa ilumina la pálida piel, ahora con un tono algo preocupante, ya que no me había dado cuenta debida la rabia y la tristeza, pero está diluviando ahí afuera.
Su respingada nariz se encoge, parece que tratando de frenar un estornudo que acaba por salir sin evitarlo.
Sus pequeños ojos azules, hacen que el tiempo ahí afuera se vea mucho más oscuro y tétrico, pues la mirada del chico que hay delante de mí se ve tan calma y serena como un día de verano.
Su castaño pelo cae mojado por su frente, escurriendo por debajo de esa sudadera azul marino que por alguna razón, solo parece ponerse si llueve, aunque no sea impermeable ni le evite mojarse de alguna manera.
--Hola otra vez, Lulu-saluda con cierta diversión.
Yo tan solo dejo que un puchero se forme en mis labios y me lanzo a él. Éste, de manera extraña, parece apartarse con rapidez, mas no con brusquedad, aunque eso no quita que me duela el que haya rechazado mi abrazo.
Sus cejas se fruncen con preocupación y me mira entristecido. Coloca su mano derecha sobre mi mejilla y se queda muy cerca de mí, mientras que con la izquierda parece estar sujetándose el pecho, como si le doliera.
Sus cejas se fruncen con preocupación y me mira entristecido. Coloca su mano derecha sobre mi mejilla y se queda muy cerca de mí, mientras que con la izquierda parece estar sujetándose el pecho, como si le doliera.
--¿Qué te ocurre, pequeña?-pregunta con suavidad muy cerca de mí.
--Nada-contesto tratando de sonar convincente, pero mi voz no deja de ser gangosa y llena de lágrimas que Louis aparta con cuidado y ternura.
--Vamos, dime lo que te ocurre-insiste aún en un tono suave-Sabes que puedes contármelo todo-añade muy seguro.
--Lo sé-contesto aún sin entablar una conexión entre nuestras miradas-pero ahora no...
--Como quieras, enana-contesta antes de dejar un beso en mi frente que dura más de lo que dura uno normal.
--Nada-contesto tratando de sonar convincente, pero mi voz no deja de ser gangosa y llena de lágrimas que Louis aparta con cuidado y ternura.
--Vamos, dime lo que te ocurre-insiste aún en un tono suave-Sabes que puedes contármelo todo-añade muy seguro.
--Lo sé-contesto aún sin entablar una conexión entre nuestras miradas-pero ahora no...
--Como quieras, enana-contesta antes de dejar un beso en mi frente que dura más de lo que dura uno normal.
Louis nunca me presiona a hacer nada. Nunca insiste más de lo debido. Nunca da por supuesto que yo quiero que insista. Siempre sabe cuando debe y cuando no preguntar. Siempre sabe lo que decir o hacer cuando no me encuentro bien.
Es como si hubiera un manual escrito de cómo soy y como deben ser conmigo, y él lo llevara grabado a fuego en cada lugar que acaricia mi anatomía, con esa delicadeza tan suprema.
Trato de abrazarme a él de nuevo, pero otra vez se aparta. Mis ojos vuelan directamente a los suyos, esperando una explicación, pero él me da una gran sonrisa que no comprendo, ya que a mí no me está haciendo la mínima gracia que me esté rechazando los abrazos.
Es como si hubiera un manual escrito de cómo soy y como deben ser conmigo, y él lo llevara grabado a fuego en cada lugar que acaricia mi anatomía, con esa delicadeza tan suprema.
Trato de abrazarme a él de nuevo, pero otra vez se aparta. Mis ojos vuelan directamente a los suyos, esperando una explicación, pero él me da una gran sonrisa que no comprendo, ya que a mí no me está haciendo la mínima gracia que me esté rechazando los abrazos.
--¿Qué ocurre?-pregunto ciertamente asustada.
Aunque no lo parezca, él es realmente cariñoso y muy, muy mimoso con respecto a los abrazos. Le encantan los abrazos, desde esos pequeños, que ni siquiera sé si se cuentan como abrazos, cuando vamos caminando con los brazos rodeando la cintura del otro, a esos fuertes que algunas personas dan y que tienes la sensación de que piensas que te vas a quedar sin respiración. Pasando claramente por los abrazos con caricias en la cama, o los abrazos al acurrucarse en el sofá.
Parece que vive abrazando a la gente, abrazándome a mí, pero parece que algo pasa como para que no quiera hacerlo.
Parece que vive abrazando a la gente, abrazándome a mí, pero parece que algo pasa como para que no quiera hacerlo.
--¿Te acuerdas de que no pude regalarte nada por tu cumpleaños porque me dejaron encerrado en un armario?-pregunta de repente.
Esa gran sonrisa que muestra los dientes en su rostro, junto con la emoción y la ilusión llenando sus pequeños ojos.
--Sí-respondo con el celo fruncido por la confusión-Pero ya te dije que no me importaba. No tienes por qué regalarme nada-le recuerdo.
--Pero realmente quiero regalarte algo-dice mordiendo su labio con diversión.
--¿Y qué es lo que quieres regalarme?-pregunto algo curiosa.
--Pero realmente quiero regalarte algo-dice mordiendo su labio con diversión.
--¿Y qué es lo que quieres regalarme?-pregunto algo curiosa.
Eso solo hace que su sonrisa se ensanche más si cabe.
--¿Te acuerdas de que siempre me dices que me echas de menos cuando me voy de gira?-pregunta de nuevo, otra vez cambiando de tema de manera radical y por consiguiente, perdiéndome un poco más en la conversación.
--¿Si?-contesto ya sin saber si es la respuesta correcta.
--¿Si?-contesto ya sin saber si es la respuesta correcta.
Él coge una gran bocanada de aire. Su sonrisa ya imposible de definir, ya que parece que va a romper su cara de tanto que su piel se estira.
Yo no puedo evitar sentirme nerviosa por tantos preámbulos y tanta tensión que él mismo está provocando.
Yo no puedo evitar sentirme nerviosa por tantos preámbulos y tanta tensión que él mismo está provocando.
--Quiero regalarte un bebé.
-------------------------------------
¿Echábais de menos el sexo Aniall? Yo personalmente sí, porque siempre me resulta divertido de escribir. Siempre les pasa algo, nunca se lo toman en serio ni lo hacen así en plan película xD.
La verdad es que se me da bastante mal escribir esas escenas, porque no soy muy gráfica así que no sé si se sobreentiende lo que van haciendo y tal, no sé, darme una opinión acerca de eso y me decís si cambiaríais algo a la hora de escribir esas escenas ;3
¡No os volváis locas con Louis sin saber a qué se refiere!
Queeeestions!
En realidad no es que ahora odie a Zayn o algo de eso. Está claro que no puedo "ponerme de su parte" cuando le ha dicho algo así a Louis, cuando es obvio que Louis no estaba tratando de ofenderle a él, sino de picar a Naughty Boy, lo cual se tiene bastante merecido, ya que es una persona que no sé si tendrá algún talento, pero fama, lo que se dice fama, la está consiguiendo ahora mayormente, y no por el talento musical o lo que sea, sino por haber metido mierda dentro de One Direction y ahora andar con Zayn. Aparte, se supone que ahora las canciones de Zayn van a ser hechas por Naughty Boy o algo de eso, cosa que le va a dar mucha más fama con una sola canción que con todo el trabajo de su vida, así que me parece bastante lamentable que haya hecho lo que se suponga que haya hecho para que Zayn se vaya con él, o para convencerle simplemente de que lo haga, no sé.
De todas maneras la manera en la que Zayn contestó no me pareció que sonara muy a Zayn, porque él no es así, él no es de pelear por pelear, y mucho menos sabiendo que Louis no iba con esas intenciones, porque joder, han estado juntos por más de cuatro años, se conocen lo suficiente como para saber cuando uno busca ofender al otro, y realmente no creo que Louis pretendiera molestar a Zayn.
La verdad es que todo este tema me parece bastante extraño, no sé.
Yo no puedo asegurar 100% que un personaje vaya a volver, pero tened siempre en cuenta que a mí no me gusta eso de meter un personaje, que tenga importancia por cinco segundos y luego borrarle del mapa, no, si hay algún personaje del que ya he hablado y del que he sacado algo misterioso que adivinar de él, siempre va a volver a la historia :3.
¡PREGUNTA PARA VOSOTROS!
1. ¿Pareja de la fic favorita?
Creo que esta pregunta ya la hice en la otra parte de la historia, pero siempre está bien saber vuestra opinión :'3
(Con pareja me refiero a pareja de cualquier clase: pareja amorosa, pareja amistosa, pareja ship raro que queráis que ocurra...)
2. Personaje favorito de TODA LA HISTORIA, no solo de esta segunda parte.
(Si no habéis leído la primera parte, pues es obvio que no vais a saber más personajes que no sean estos x'D)
La verdad es que me molesta bastante hacer preguntas de estas masivas, pero como ahora la mayoría de la gente lee desde móvil, esas queridas "encuestas" que se podían poner, al igual que se ponen las fotos, pues son bastante ignoradas, así que las pongo por aquí.
3. ¿Cómo os habéis tomado y qué pensáis de todo lo que ha pasado con Naughty Boy, Zayn y Louis?
4. ¿Cómo van los exámenes de tercera evaluación/finales? :3
Yo creo que me va a quedar Historia (otra vez), pero bueno, no pasa nada xD.
¡Último dato importante!
No sé si lo habréis visto (me imagino que no) pero he cambiado la cuenta de twitter, así que ya no es la de @elizabeth_d_w que esa la he dejado de free follow y tal, solo por el hecho de que me daba penita borrarla, así que ahora si queréis contactar conmigo por cualquier cosa, para comentar algo de la fic, alguna pregunta que no queráis preguntar por aquí, que se os avise de cuando suba, si queréis usarme como pañuelo de mocos en el que llorar vuestra penas o si queréis contarme que tenéis un unicornio, podéis hacerlo por el tablón de Wattpad o los mensajes directos en mi cuenta @Elizabeth_Wardebroke o por mi nueva cuenta de twitter que se llama @horans_smile (sí, el genitivo sajón está mal y no tiene sentido el nombre, pero así se va a quedar porque soy diva). Pedid el follow back porque tampoco estoy muy atenta de si la gente me sigue porque sí, porque la sigo con la cuenta de free follow o porque quiere un follow back xD.
Yo creo que me va a quedar Historia (otra vez), pero bueno, no pasa nada xD.
¡Último dato importante!
No sé si lo habréis visto (me imagino que no) pero he cambiado la cuenta de twitter, así que ya no es la de @elizabeth_d_w que esa la he dejado de free follow y tal, solo por el hecho de que me daba penita borrarla, así que ahora si queréis contactar conmigo por cualquier cosa, para comentar algo de la fic, alguna pregunta que no queráis preguntar por aquí, que se os avise de cuando suba, si queréis usarme como pañuelo de mocos en el que llorar vuestra penas o si queréis contarme que tenéis un unicornio, podéis hacerlo por el tablón de Wattpad o los mensajes directos en mi cuenta @Elizabeth_Wardebroke o por mi nueva cuenta de twitter que se llama @horans_smile (sí, el genitivo sajón está mal y no tiene sentido el nombre, pero así se va a quedar porque soy diva). Pedid el follow back porque tampoco estoy muy atenta de si la gente me sigue porque sí, porque la sigo con la cuenta de free follow o porque quiere un follow back xD.