lunes, 26 de enero de 2015

Capítulo 39. Lugar divertido.

Narra Harry.
Y Louis sigue sin aparecer, sigue sin contestar a mis llamadas, a mis mensajes. Niall sigue ignorándome por lo que doy por perdido el hecho de que vaya a poder arreglarlo y evitar todo lo que estoy a punto de hacer, pero parece que es inevitable...y que voy a tener que afrontarme a ello solo.
Suspiro y entro en mi cuarto, viendo como está completamente vacío cuando no debería estarlo. Antes de que empiece a darme un ataque me apresuro a entrar al baño, sin llamar claramente haciendo que sienta como el aire empieza a faltarme al ver que la puerta está cerrada con pestillo.
Mierda. Mierda. Mierda.
Ella no debe de quedarse sola, no debe, no puede, podría ser peligroso.

--¡Ane!-chillo tratando de abrir la puerta como sea, sin éxito alguno, claramente-¡Ane! ¡Joder! ¡Ábreme!-la pido sintiendo que está a punto de darme un ataque por lo que la puede haber pasado.

Podría haberse caído en la ducha y haberse....abierto la cabeza, o...desmayado por no comer o... joder, no sé, se me ocurren demasiadas cosas y todas malas.
Sigo aporreando la puerta, sintiendo como las lágrimas ya empiezan a salir de mis ojos mientras la llamo desesperado. No puede hacerme esto, no puede, simplemente no puede, en estos momento está a mi cargo -a escondidas de mamá, que aún no sabe nada- y todo lo que la ocurra será por mi culpa, quedará en mi conciencia para siempre, recordándome a cada segundo que el daño que pueda esstar sufriendo en estos momentos fue por mi idea de que no pasaría nada si se quedaba sola.
Puede que esté exagerando un poco... o tal vez no, ahora mismo no estoy seguro de ello, solo tengo demasiado miedo de perderla, de que se haga más daño del que Niall le ha causado.
Al ver que no da resultado mi llamada, busco algo con lo que forzar la cerradura y poder abrir, pero nada de nada, por lo que me decido a tirar la puerta abajo.

--Ane...-murmuro pegado a la puerta lo suficientemente alto como para que pueda escucharme-Si estás...consciente al otro lado de esta puerta, apártate, porque la pienso tirar abajo, cueste lo que cueste-la aseguro, claramente sin obtener respuesta suya, así que tan solo suspiro antes de alejarme.
Cojo carrerilla y cuando estoy a punto de impactar contra la puerta, no muy seguro de que vaya a ceder, ésta se abre lentamente, dejándome ver a mi pálida hermana salir del baño como un espectro, aún su cara indiferente y sin inmutarse porque haya estado a punto de derribar una puerta porque ella no me abría. Simplemente le da igual, o tan solo no se ha dado cuenta. Empiezo a pensar que no me escucha, definitivamente.
Siento el aire volver a mis pulmones al ver que por lo menos, tiene una apariencia... no buena, pero al menos, no peor que estos últimos días.

--Ane, Ane-la llamo angustiado, colocándome frente a ella para inspeccionarla y saber si se ha hecho daño de alguna manera-¿Estás bien? ¿Te duele algo?-pregunto preocupado, sabiendo que puede que no me responda.

Clava sus vacíos ojos en los míos, sin saber quién de los dos está más destrozado... y con más ojeras, aunque puede que yo sea el ganador a la segunda cosa, porque ella está claro que duerme más que yo, que la vigilo veinticuatro horas prácticamente.
Su rostro aún sin mostrar ninguna clase de sentimiento.
Conmigo sus mejorías están desaparecidas, y la alocada idea de que todo puede estar ocurriendo por mi culpa deja de verse tan alocada, pero decido no pensar en ello y simplemente seguir observando en busca de algún daño, con la respiración jadeante causada por la adrenalina que corre por mis venas en estos instantes.

--Hacía pis-murmura sin más, antes de darse media vuelta, sin importarle lo más mínimo que esté apunto de darme un paro cardíaco.

Se va a paso lento hasta su cama, que ha sido proclamada suya después de que ha pasado ahí todo este tiempo que parece no acabar.
Juro por lo que sea que están siendo las dos semanas más largas de toda mi existencia.
Respiro bien hondo, cerrando los ojos con fuerza mientras me repito a mí mismo una y otra vez que lo que voy a hacer es lo que debo, que es lo que haría cualquier hermano, que es por su bien, únicamente por su bien...
Camino pegado a ella, quedándome sentado en la orilla de la cama mientras ella se acurruca entre las sábanas con intenciones de echar su siesta número... bueno, ya ha dormido tanto que no sé cuántas veces se ha echado a dormir, pero no creo que eso sea lo importante.
De nuevo suspiro, con la mirada puesta en el suelo y la verdad, rezando porque en estos momentos el timbre suene y sea Niall con un ramo de flores y su cara de "Lo siento mucho" ... o tan solo que esté aquí con intenciones de verla y así que yo no tenga que hacer lo que tengo que hacer, pero... nada, el timbre no suena, el móvil no suena, no hay ni un ruido, tan solo uno que parece el de una persona sufriendo un ataque de asma... ah no, que soy yo casi hiperventilando por saber lo que ahora viene.

--Ane...-la llamo en un susurro, obteniendo la respuesta obvia: ninguna-Vamos, Ane, necesito hablar contigo-digo cogiendo sus manos con cuidado para tratar que se levante, pero solo se mantiene tumbada en la cama con las manos agarradas por las mías-Por favor, es importante para mí...-insisto sintiendo como un nudo comienza a formarse en mi garganta-Solo quiero que estés bien...

Y de repente, un timbre se escucha, y por tanto yo pego un salto de la cama que no tiene ninguna clase de reacción en ella, pero eso no importa, el que esté tras esa puerta puede ser el que solucione todo.
Salgo de la habitación como alma que lleva el diablo y bajo los escalones a tal velocidad que por poco me caigo rodando, llevándome por delante varios muebles, pero finalmente llego a la puerta, notando mi corazón golpear mi pecho con fuerza mientras siento una sonrisa formarse en mi cara y las lágrimas querer salir de mis ojos, solo que esta vez de pura felicidad. Felicidad que se esfuma en cuanto veo quién está frente a la puerta.

--Lo siento, se me olvidaron las llaves-comenta Louis con diversión pasando dentro de casa con tranquilidad-Es la última vez, ya las cojo, lo prometo-sigue comentando divertido mientras coge a las mencionadas olvidadas-Por cierto, ¿necesitas algo de mí aquí?-pregunta subiendo un par de escalones de espaldas.
--N-No-contesto en un susurro cerrando la puerta lentamente.

No podía ser Niall, tenía que ser el olvidadizo de Louis. No podía simplemente arreglarse todo sin llegar a los extremos. Simplemente Dios, el destino, el karma o mi suerte no lo quieren. Parece -sea lo que sea que me observa y define mi futuro- que no quiere verme feliz.
Me doy media vuelta, mirando hacia mi amigo, que rápidamente torna su mirada jocosa y alegre a una triste y preocupada, justo antes de bajar los escalones y venir hasta a mí rápidamente.

--¿Qué ocurre, Hazza?-pregunta en tono bajo y tratando de sonar tranquilo-¿Ha pasado algo malo? ¿Ane se encuentra peor?
--Se va a ir-contesto sintiendo mi voz quebrarse, por lo que toso un poco mientras acaricio mi brazo-Es lo mejor para ella.
--¿A dónde se va?-pregunta mi amigo, algo confuso y perdido en esta conversación.

Clavo mis ojos verdes en los suyos azules, viendo la incertudumbre y el miedo en ellos, inspeccionándome, buscando qué es lo que causa que mi voz se rompa.
Sin poder evitarlo, suelto un jadeo, agachando mi mirada hasta que llega al suelo, donde puedo ver como a Louis le falta un calcetín, cosa que me preocuparía si fuera el momento de preocupaciones por cosas simples...o si no fuera obvio que ha estado por ahí con Lucía, o si simplemente no fuera normal en Louis olvidarse de poner un solo calcetín.
Noto su mano pequeña colocarse en mi hombro, apretando débilmente, haciendo que alce mi mirada hasta llegar a la suya y ver un intento de sonrisa en ella, intentando animarme de algo de lo que no está seguro.
Muerdo mis labios tratando de no echarme a llorar. No otra vez. Por hoy ya ha sido bastante, y eso que solo son las doce del mediodía.

--A... una clínica-admito sintiendo ese infernal nudo en mi garganta de nuevo.

Ante mis palabras, Louis se queda por un momento sorprendido, pero acto seguido me mira con seriedad, aunque se ve algo de ternura y lástima en sus ojos antes de rodearme el cuello y apretarme contra él, con lo que tengo que agachar mi cabeza para poder llegar a su hombro.
Le devuelvo el abrazo sintiendo como las lágrimas no me hacen caso, y un par de ellas terminan por salir y caer en su camiseta mientras escondo mi cabeza su cuello.
Realmente no sé qué haría sin él

--Es lo mejor para ella-dice en voz calma, acariciando mi espalda con lentitud-Ya verás como así se recupera...

Asiento con la cabeza, separándome de él y secándome las mejillas con el dorso de la mano, sintiendo los ojos de Louis puestos en mí, como si temiera que yo fuera el siguiente en ir a una clínica psquiátrica, pero no, no puedo, mientras ella esté mal, yo debo ser el fuerte, uno de los dos debe serlo, solo para mantenernos a flote.

--¿Quieres que te acompañe?-pregunta Louis rebuscando algo en sus vaqueros.
--No hace falta, si quieres irte con Lucía estás en tu derecho-respondo sin más con un movimiento de mano para quitarle importancia.
--Enserio Harry, puedo ir contigo, no me importa-dice con seguridad mientras parece sacar de sus bolsillos traseros un paquete de pañuelos de papel que apuesto lo que sea a que llevan lavándose en esos vaqueros no sé cuánto tiempo-puedo quedar con Lucía otro día-añade entregándome dicho paquete.
--Da igual, Lou...-digo cogiendo sus pañuelos, que miro por un momento antes de sacar uno, sintiendo como están más tiesos que una estaca, y por tanto inutilizables.
--Está bien...-dice con su voz tranquila antes de darse media vuelta e irse a la cocina.

Subo las escaleras de manera lenta, sintiendo como mis huesos pesan y cómo pido a Dios que por favor, haga entrar en razón a Niall, porque yo ya no sé qué más hacer, y realmente no quiero llevarla a ese sitio, por muy pijo, caro y estupendo que sea, en el fondo solo sigue siendo una clínica psiquiátrica, un lugar para personas con problemas mentales, una clínica para personas como ella en estos momentos...
Fue la primera clínica psiquiátrica de Londres, es la más antigua y la que tiene más experencia, es simplemente lo mejor que la puedo ofrecer porque es lo mejor que hay, solo por tratar de que se ponga bien en el menor tiempo posible.
Llego a la habitación, abriendo sin llamar ni preguntar, encontrándome con que ella no está acurrucada en la cama, sino sentada en el borde de ésta, dándome la espalda encorvada, parece que mirando por la ventana. Me acerco lentamente para poder observar eso que tanto le llama la atención, dando con mamá en la cocina, preparando algo de comer mientras canta alguna canción de hace años, lo cual me hace sonreír, pese a que sienta una presión en la mitad de mi pecho, ya que no sé ni cuándo, ni cómo ni dónde voy a descubrirle a mamá todo lo que está ocurriendo, pues se mantiene al margen, feliz en la ignorancia como se suele decir.
Pero eso no es lo que mi hermana observa.
Con el ceño fruncido observo como tiene entre sus dedos  un trozo de papel a cuadros y arrugado, escrito con una letra -y bastante mala- que... es de Niall, sin duda alguna, hay un par de líneas escritas: 


Cause no one ever looked so good
In a dress and it hurts, cause I know you wont be mine tonight
No one ever makes me feel like you do when you smile,
Baby tell me how to make it right

Now all of my friends say it's not really worth it, but even if thats true,
No one in the world could stop me from not moving on
Baby even if I wanted to, nobody compares to you...

Ella no llora, no se lamenta, no parece que la afecte negativamente que eso sea de Nial... y que ella lo tenga entre sus manos, acariciando los trazos con la yema de sus dedos.

--Es bonito-murmuro, haciendo que ella gire la cabeza débilmente-Él aún piensa esas cosas-la aseguro-La escribió para ti ¿verdad?-pregunto colocándome a su lado, a una distancia prudente, obteniendo como respuesta un leve asentimiento de cabeza mientras sigue observándolo-¿Hace...cuánto tiempo?-pregunto dudoso de si me responderá a algo tan concreto.
--Casi un año-dice en voz baja para mi sorpresa-Me la cantó cuando estuve en casa de su familia, la segunda vez-explica, sorprendiéndome a cada instante más y más. No sabía que hablar de Niall era bueno para ella-Después me la escribió en un cuaderno cuando os fuisteis de gira, para que siempre la recordara...y le llevara conmigo-aún ni las lágrimas ni el dolor salen de ella, lo cual no sé si es bueno malo-al día siguiente de que me la cantara...-baja la voz al final de la frase, quedándose callada, mordiendo su labio. La mirada en el suelo en vez de en el trocito de papel.
--¿Qué ocurrió al día siguiente?-pregunto ya curioso.
--Nada-murmura negando con la cabeza-Nada suficientemente importante para él...

Frunzo el ceño, pensando en lo que pudo ser importante para ella y no para él, pero simplemente no doy con ello. Ellos han hecho tantas cosas juntos, tantas cursis, tantas divertidas, tantas simplemente inimaginables, y pensar que ahora él no quiere saber nada de todo lo que le rodea a mi pobre hermana.
Sigo mirando hacia la nota, intentando encontrar algo en ella, y como acto reflejo, trato de coger el papel para leerla más de cerca. Ella aparta el papel rápidamemte de mí, pegándolo a su pecho y apartándose de mí, claramente disgustada con el hecho de que haya tratado de arrebatárselo.

--No...no, tranquila-digo alejándome de ella para que vea que no la quiero quitar nada-Solo...quería mirar...-admito


De nuevo pasamos a los asentimientos de cabeza, su voz desaparecida otra vez.
Supongo que no puedo hacer nada por evitar tal cosa , y que por tanto, es necesario que la lleve a que la...reparen, ya que Niall no parece por la labor de reconstruir lo que él mismo rompió hace semanas.
El papel pegado a su pecho, su ceño fruncido mirando hacia el suelo.
Me levanto de la cama lentamente, quedándome a un par de pasos de ella, dudando en las palabras que usar, sintiendo dolor de cabeza por los nervios, pero simplemente hago como si todo estuviera bien.

--Necesito que vengas conmigo-digo forzando una sonrisa, haciendo que ella niegue con la cabeza, el papel aún en su pecho-Venga, será sólo un momento-de nuevo la negativa con su cabeza-S-Será divertido-miento aún con una sonrisa en mi cara.

Eso hace que ella relaje sus manos, mirándome extrañada por mis palabras, parece curiosa por eso de "divertido", por lo que sigo con mi enorme y horrible mentira para poder llevarla y que se ponga bien de nuevo.

--Pasaremos un...buen rato-digo reuniendo cada pedazo de entusiasmo que hay alojado en lo más profundo de mi ser-y...seguro que tú te encuentras...mucho mejor-digo sintiendo como me sale un gallo al hablar con ese nudo ahogándome.

Ella frunce su ceño un poco más por la curiosidad de mis palabras. Sus manos relajándose poco a poco, alejándolo de su pecho lentamente, parece que con intenciones de venir conmigo en cualquier momento, de confiar en mí, de dejarse hacer por mí porque sabe que nunca haría nada que la hiciera daño...
Debo seguir con esto. Debo seguir pienso para mis adentros al ver como esto se me está haciendo imposible de soportar.

--Venga, seguro que nos lo pasaremos bien-insisto acercándome a ella.

Ella duda por un largo y tedioso minuto en el que siento que empiezo a sudar...ginebra por lo menos, de los nervios que siento, pero finalmente se levanta de la cama. Me mira, mira su nota, la guarda en un pequeño bolsillo de sus vaqueros y se acerca a mí lentamente, hasta que queda frente a mí.
Me gustaría coger su mano para llevarla conmigo este último trecho, sintiéndola junto a mí, hasta dentro de...no sé cuánto tiempo exactamente, pero si ella no lo quiere no debo obligarla.
Camina despacio hasta llegar a la puerta, donde se detiene y se gira, mirándome con su cara indiferente de nuevo, por lo que me quedo quieto sin saber qué es lo que quiere que haga, ya que hay un gran abanico de posibilidades y apuesto a que no seré capaz de adivinarlo sin hacerla daño de alguna manera, por lo que solo permanezco en el sitio, esperando a que ella dé el primer paso, que es volver hasta mí, mirarme con un pequeño gesto de duda, antes de coger mi mano en la suya y parece que tirar de mí para que salga junto a ella hacia ese "lugar divertido"
Una parte de mí quiere que se vaya y se ponga bien, pero por otra no quiero alejarme de ella...ni que me odie por dejarla encerrada, pero es solo por su bien...
Salimos de casa lentamente, dejando un "Hasta luego, Lou" dentro de casa que no es respondido, pero que tampoco me importa en estos momentos en los que me empiezo a sentir un poco miserable por hacer esto a mi hermana.
Caminamos hasta el coche, donde sin yo hacer nada, se oye como el seguro se quita, dejándome sorprendido, cuando Louis asoma su cabeza por la ventanilla.

--¿Estamos?-pregunta con su sonrisa amable.
--¿Louis?-es mi respuesta/pregunta confusa-¿Qué haces aquí?
--Voy a...acompañaros-contesta con delicadeza, sabiendo que la palabra "Clínica" debe de estar fuera de la conversación frente a ella.
--Pero...te dije que fueras con Lucía si es que habías quedado con ella-digo algo confuso, Ane aún cogiendo mi mano sin enterarse de lo que hablamos o, al menos sin prestar atención, mirando con detalle todo a su alrededor.

Hace semanas que no sale a la calle, es normal que quiera admirar lo que se ha estado perdiendo...antes de volver a quedarse aislada.
Mira como las hojas de color ocre se caen al suelo con la mínima brizna de aire frío que corre entre nosotros. Observa con curiosidad a la gente pasear de un lado al otro de la calle, riendo y charlando, a los niños corretera y jugar, parece como si el simple hecho de la felicidad le resultase difícil de comprender. Es como si ella ya no supiera lo que es ser feliz.

--Pero yo quiero ir con vosotros -dice encogiéndose de hombros.

Voy a decirle que realmente no hacía falta...pero que se lo agradezco de verdad, porque no creo que pueda aguantar tener que dejarla yo solo y porque en el fondo quería que alguien viniera conmigo, pero entonces se escucha una voz que no debería escucharse...solo para no estropear más las cosas.

--¡Cariños!

Me giro de inmediato para ver ese pelo castaño que cae por el pecho de la mujer que me dio la vida, sus ojos verdes chispeantes de emoción al volver a ver a su hija después de todo el tiempo en en que se supone que Ane estaba conmigo porque simplemente quería pasar conmigo más tiempo antes de que volviéramos de gira...o algo así, realmente no recuerdo qué es lo que le dije.
Su cara pasa de una enorme felicidad al ver a su hija al terror absoluto al ver a ésta sin reaccionar, mirándola sin expresión, haciendo que yo entre en pánico, pero me lo guardo para no empeorar las cosas.

--Hola mamá-murmuro tratando de mantener la calma.
--Harry ¿qué le pasa?-pregunta con la mirada llena de horror puesta en su hija-Ane, cariño ¿qué te ocurre?-pregunta con voz temblorosa acercándose a ella sin obtener nada por su parte, quien se agacha al suelo, quedando en cuclillas para recoger una hoja que acaba de caer de un árbol cercano, ignorando por completo la pregunta de su propia madre. Es simplemente como hablar a una pared.
--Mamá, no creo que sea el mejor momento-admito poniéndome entre ambas, acercándome a laaludida y empujándola un poco hacia atrás para que podamos hablar sin que Ane nos escuche.
--Harry dime qué está pasando-me dice en tono de advertencia. Sus ojos reflejando su nerviosismo-¿Por qué no me responde? ¿Por qué está tan pálida? ¿Por qué está tan delgada? ¿¡Qué demonios la ocurre?!-simplemente estalla, llevada por la histeria.
--Anne-la llamo tomándola de los hombros, tratando de hacer que se relaje y no haga las cosas más difíciles-puedo explicártelo-la aseguro.
--Hazlo-me corta, aún histérica-Joder, Harry, explícamelo. ¿Qué le has hecho a tu hermana?-su voz a putno de romperse en mil pedazos por el dolor de la indiferencia de su hija.
--Ahora no-contesto mirándola fijamente a los ojos, viendo las lágrimas acumularse en ellos-en cuanto vuelva ¿vale?
--¿A dónde vais?-me pregunta sin hacer caso a mi petición.
--Mamá...por favor-la suplico-Solo...espera aquí.
--Vais a volver ¿verdad?

Realmente miento que da pena, porque ya se ha dado cuenta de que puede que no vaya a ver a su hija en tiempo.
No respondo, porque no puedo mentirla más, y sé que en cuanto vuelva aquí sin ella, todo se pondrá más histérico y nervioso, y ella querrá sacar a Ane y yo tendré que explicarle todo detalladamente y con muchas tilas para que se relaje lo suficiente como para entender el porqué de mis actos.
Beso su frente y la abrazo con fuerza, haciendo que se acomode en mi pecho, y ella, sin realmente querer saber de qué va todo esto, me devuelve el abrazo con fuerza, parece que tratando de controlarse.

--Volverá-la prometo besando su frente, en un susurro para que Ane no nos escuche-pero en un tiempo y estará mejor-añado antes de separarme de mi madre con lentitud-estará bien-digo por enésima vez, no sé si para convencerla a ella o a mí mismo.

Asiente con la cabeza antes de rodearme rápidamente y abrazar a mi hermana con fuerza, besando sus mejillas con cariño y miedo de que no cumpla mi promesa de que volverá en un tiempo.
Ane no se ve incómoda, pero tampoco cómoda, sólo se queda quieta mientras se deja hacer, hasta que mamá decide separarse y simplemente dejarnos marchar en el coche junto a Louis, quien ha estado observando la escena en silencio desde el coche.
Sin una palabra, nos dirigimos hacia la clínica que le he indicado a Louis mediante mensaje para que mi hermana no se entere. 
Ella está colocada en mi costado, con un brazo puesto por encima de sus hombros para que no se separe de mí, sintiendo su calor, su presencia, su cariño prácticamente inexistente, su...todo.
Louis no dice ni hace nada, sólo se limita a conducir hasta que llegamos al dicho lugar, deteniéndonos en la puerta, lo cual hace que sienta como a partir de ahora todo puede ir rápido y sencillo...o complicado e imposible.
Lamentablemente es la segunda opción.
Ella se acerca a la ventana, frunciendo el ceño al ver el letrero de "Clínica psiquiátrica Bethlem". Me mira por unos segundos, buscando la respuesta a la razón de estar aquí cuando la he dicho que nos lo íbamos a pasar bien, cuando definitivamente va a ser un mal momento. Uno de los peores de toda mi existencia.

--Es por tu bien-murmuro quitando su cinturón con precaución de como pueda reaccionar.

No parece con intenciones de oponerse, lo cual agradezco mientras me bajo del coche y lo rodeo para poder abrir su puerta y que salga, pero ella se ha movido al lado contrario.
Está claro que no me lo podía poner fácil.
Dejo esa puerta abierta y me apoyo en el marco, mis manos llegan a mis ojos para tallarlos y tratar de mantener la tranquilidad.
De nuevo me doy media vuelta, pidiendo porque no se haya vuelto a mover, pero está claro que lo ha hecho, por lo cual me veo obligado a entrar directamente en el coche y tratar de sacarla en brazos. Para mi sorpresa, y parece que también para la de Louis, por su cara de alucinación, ella parece defenderse golpeando mis brazos con sus manos y piernas para que me aleje y no la saque, pero no puedo hacer eso.

--Ane, por favor...-la suplico quedándome de rodillas en el asiento opuesto al de ella-es solo por tu bien...sólo lo hago por ti-la aseguro.
--¡No quiero ir!-chilla-¡NO QUIERO! ¡NO QUIERO!-grita pataleando como una niña evitando así que pueda acercarme.
--Ane...-murmuro sin evitar un sollozo-Hazlo por mí, por favor... No te pediré nada nunca más en la vida... Solo quiero que estés bien...
--No quiero-dice ella en tono bajo, pegándose a la puerta de su lado, quedándose lo más alejada de mí que puede-Quiero quedarme contigo...
--Pero conmigo no mejoras...-admito en un hilo de voz, destrozado por el dato.
--No quiero-insiste.

Muerdo mi labio, quedándome de rodillas sobre el asiento, agachando la cabeza por la derrota de saber que ella nunca mejorará, solo porque no quiere quedarse aquí.

--Harry-habla la aguda voz de Louis, que se ha mantenido apartado de todo esto, tan solo sentado al volante-Dejame hablar con ella, por favor-me pide mirándome serio.

Dubitativo, miro a mi amigo y a mi hermana, antes de asentir con la cabeza y salir del coche lentamente, dejando la puerta cerrada al hacerlo, quedándome afuera, esperando a lo que sea que planea Louis.
Por último acto de desesperación por evitar que Ane se quede en este lugar, llamo a Niall. Le llamo una y otra vez, pero no me lo coge ni la primera, ni la segunda ni la tercera vez.
Cuando estoy a punto de darme por vencido, oigo una voz ronca que indica que se acaba de levantar, que está borracho, que se está levantándose de una resaca o...bueno, ni quiero saber qué más cosas pueden darle una voz ronca.


--¿Qué?-pregunta seco.
--Niall, soy...
--Lo sé-me corta-por eso mi alegría de hablar contigo-ironiza con claro malhumor-¿Qué ocurre?
--Perdonala...por favor-le suplico.
--¿Eso es todo?-pregunta tras un largo minuto.
--Sí.
--Que venga ella a verme y a pedirme perdón cara a cara y me lo pienso.
--Ella no pued...-y la llamada se corta.

Miro mi móvil para ver cómo efectivamente me ha colgado, sin importale lo más mínimo nada de ella, solo manteniendo su orgullo bien alto, inalcanzable para todo el mundo, incluso para mí con mi metro ochenta.
Las lágrimas vuelven a mis ojos mientras echo una mirada al coche y ver cómo no se escuchan gritos ni llantos. Parece que Louis sabe muy bien lo que se está haciendo.
Siento rabia e ira hacia Niall, solo por no querer escucharme tres jodidos minutos va a dejar que su novia se quede en un psiquiátrico, y estoy seguro, de que cuando se entere, se hundirá en una depresión de caballo, pero si él no me quiere escuchar, yo no puedo hacer nada porque lo remedie.
Por otra parte, siento esa misma rabia hacia mí mismo, porque si de primeras yo no hubiera tenido con ella nada más que amistad, que una relación de hermanos, aunque no fuéramos conscientes de ello, Niall no se habría puesto celoso -con razón- y no hubiera cortado con ella -eso también con un poco de razón.
Puede que incluso esté un poco enfadado por Liam, puesto que fue él el que se puso a reprochárselo en la cara, aunque solo fuera por el enfado del momento, igualmente no estuvo bien, pero de todas maneras, con él es con el que menos estoy enfadado.
Mis ojos se abren de sorpresa al ver como Ane sale del coche voluntariamente, sin gritar, sin oponerse y con Louis saliendo poco después que ella, dedicándome una mirada tranquila y sosegada para que esos sentimientos se me contagien, pero los únicos que siento son esa rabia hacia el rubio, hacia mí mismo y la sorpresa.
Ella camina a paso lento los pocos metros que nos separan, con sus brazos rodeando su cuerpo por encima de su chaqueta. Sus rizos castaños vuelan por todas partes al llevarlo suelto dado el aire que hace. Sus ojos verdes y apagados están clavados en mí, sin enfado, sin odio, sin rencor, pero tampoco indiferentes y vacíos, sino que tristes, asustados, llenos de miedo y de pena. Su cuerpo más delgado que hace dos semanas, se ve frágil y apunto de romperse mientras sigue su paso lento.
Se detiene frente a mí, sus ojos aún puestos en los míos. Me mantengo muy quieto sin saber cuál va a ser su reacción.
Ella estira sus brazos débilmente hasta que quedan en mi cuello y me abraza con todas las fuerzas que tiene, que son pocas, quedando su cabeza en mi cuello, dejándome la única muestra de cariño en semanas. 
La devuelvo el abrazo con todo el amor y cuidado que tengo en ni cuerpo, arrullándola con cariño y depositando un último beso en la cima de su cabeza, sintiendo como mis ojos vuelven a pedir pista libre para salir, pero no se lo permito...salvo a un par que caen sin permiso, rozando mis mejillas frías y posiblemente sonrosadas del frío. Entierro mi nariz entre sus rizos, sintiendo como su dulce olor a jazmín se cuela en nos fosas nasales mientras mis labios siguen sobre ella.

--No es tu culpa-es lo único que murmura ella antes de separarse de mí.

Me sigue mirando con esos grandes ojos y acto seguido coge mi mano con cuidado, esperando a que yo esté listo para guiarla hasta dentro y allí dejarla para que se recupere, cosa que me lleva varios minutos en los que respiro profundamente, acariciando el dorso de su mano con mi pulgar al tiempo que ella me coge la mano con delicadeza, tan solo aguardando junto a mí hasta que finalmente me atrevo a dar un paso, y seguido de ese otro y otro más mientras en mi cabeza solo me imagino la voz de Niall tras de nosotros, llamándola y evitando todo esto, pero llegamos a la recepción de la clínica y a nadie se escucha.

--Hola, buenas tardes ¿qué es lo que desea?-pregunta una amable mujer de tez morena y algo arrugada por la edad, con unas pequeñas gafas cayendo por el puente de nariz.
--Hola-respondo cogiendo toda mi fuerza de voluntad para sonreír aunque sea un poco y que no me tome por borde-Me...gustaría...me gustaría...dejar...ingresada...a...bueno, mi hermana-balbuceo en voz baja, sintiendo en ese momento un apretón en mi mano por parte de la aludida, lo cual hace que gire la cabeza algo sorprendido por ese intento de 'apoyo' hacia mí, cuando es ella la que se va a quedar, pero en su cara no hay rastro de sentimientos, la mirada puesta en el suelo.
--Oh sí, el señor Styles-asiente la mujer con una sonrisa-Fue usted el que llamó antes ¿verdad? Sí, reconocería esa voz en cualquier lugar-se responde a sí misma mientras teclea en el ordenador con rapidez, con una risita, como si tratara de relajar el ambiente y hacer todo esto más ameno y relajado, aunque dudo mucho que lo consiga-Entonces esta es la señorita Cox, ¿cómo se encuentra?-añade mirando a la chica que hay junto a mí, quien no la brinda la respuesta que desea, aunque la mujer no parece molestarse por ello, ya que está al tanto de mi hermana y debe de estar acostumbrada a las personas que se quedan por aquí-Me alegro de que esté bien-contesta ella volviendo la mirada a mí, esta vez mostrando algo de lástima-Pues dado que ya tenemos todos los papeles necesarios-continúa con su monólogo mientras mira en la pantalla de su ordenador-pues todo está listo y preparado. Espere un momento que ahora mismo llega enfermero y la lleva a su habitación. ¿Ha traído maleta?
--Eh...sí, está en elcoche-admito-Ahora mismo la traig...
--Aquí está-me interrumpe una voz de pito que hace que me gire 180° a una velocidad de vértigo, para dar con los azules y amables ojos de Louis quien me tiende, en efecto, la pequeña maleta que le he prestado a mi hermana, con toda la ropa que cabía, espero que suficiente para ella.
--Lou...-susurro algo alucinado cogiendo la maleta.
--Se os olvidó-contesta encogiéndose de hombros antes de acariciar el brazo de mi hermana como gesto de que ella acepta.

En ese momento llega un chico alto, de pelo negro y ojos azules, con una sonrisa llena de dulzura, vestido con camiseta y pantalones de color azul, como los enfermeros un hospital, hasta que queda delante de mi hermana.

--Hola-saluda sin borrar esa sonrisa-Tú debes de ser Annie-habla dirigiéndose a mi hermana, que frunce el ceño ante la equivocación de su nombre, pero sus labios siguen sellados.
--Ane-le corrijo yo, haciendo que el muchacho me mire sorprendido y acto seguido algo avergonzado, asintiendo con la cabeza arrepentido.
--Sí, Ane, lo siento-responde el muchacho-Y usted es entonces el señor...
--Harry-le interrumpo-Solo Harry, señor nada-añado tratando de no sonar malhumorado.
--Está bien Harry, yo soy Will, me ocuparé de tu hermana-contesta con calidez-Aparte de todo lo que ya aparece en su informe ¿hay algo que deba saber de ella?
--Le gusta agarrar mis camisetas-respondo sin dudarlo-a veces se las pone, otras veces solo las coge y duerme con ella. Lleva un par de ellas en la maleta.
--Está bien, sin problemas-contesta el muchacho, tendiéndome la mano, haciendo que le mire confundido-La...maleta-me recuerda él.
--Oh sí, claro-contesto dándole la susodicha.
--Bien Ane, ¿te has despedido ya de tu hermano?-pregunta con un tono que se asemeja al que se usa para hablar con bebés.

Los bebés no comprenden, les dices algo y no saben de lo que hablas porque no conocen las palabras, pero ella no es un bebé, ella sabe lo que significan las cosas y lo que laZ están diciendo, y si no contesta es por su problema, no porque no comprenda.
Frunzo el ceño algo molesto por ello, pero me callo, ya que él es el enfermero y el que sabe cómo debe hablar.
Por su parte ella no dice nada, mira a Will con indiferencia y de la nada se gira y me besa los labios con cariño.
No un beso de amor, ni de pasión, ni siquiera hay lengua, solo es un roce de labios con el que quiere despedirse de mí, haciéndome saber que no tengo que sentirme culpable porque no es mi culpa -según ella-, que no me preocupe, que estará bien, que me quiere.
Se separa de mí lentamente, haciendo así que pueda ver al enfermero Will y a la recepcionista claramente alucinados, pero sin decir nada.

--Te veré en muy poco tiempo-la aseguro acariciando su mejilla con el dorso de mi mano.

Ella asiente con la cabeza y simplemente se da media vuelta y comienza a caminar junto a Will, quien coge su mano, mano que ella retira y que me hace reír entre dientes al ver que algo de su malhumor sigue ahí.
El chico de pelo negro se va junto a mi hermana y...ya está.
De repente siento mi pecho caer al suelo y hacerse trizas, haciendo así que al instante pida que el dolor de verla indiferente y tan distante durante estas semanas, vuelva, porque este sentimiento de abandono es muchísimo peor.

--¿Harry?-me pregunta Louis con voz preocupada, haciendo que me gire a verle-¿Estás bien?
--Sí-miento antes de ponerme a caminar en dirección a la salida, sintiendo los pasos de mi amigo tras de mí.

Y en el momento en el que pongo un pie fuera de la clínica, mis piernas ceden de repente, provocando que caiga al suelo de rodillas y que escuche a Louis preocupado preguntarme qué me pasa y si estoy bien, pero yo solo mantengo de rodillas, con las manos sobre mi cara mientras siento una cantidad imposible de lágrimas salir de mí, acompañados de sollozos.
La voz de mi amigo se escucha de fondo mientras yo pienso con todo mi egoísmo que cada vez me voy quedando más solo, que pierdo a más personas de las que gano y que finalmente mi fin será la absoluta soledad.

Narra Zayn.

--Siento que estoy...muy...muy...muy...¡cerca!-exclamo mirando tras de las cortinas del salón-Podéis esconderos...pero os encontraré-les aseguro mientras miro debajo de la mesa de un movimiento rápido.

Soy penoso, soy absolutamente penoso jugando al escondite, y más con ellos dos, que llevo media hora sin encontrar a ninguno. Es que ni siquiera se les oye murmurar y me empiezo a enfadar porque ya he mirado en absolutamente todos lados y me niego a rendirme por cuarta vez seguida, tengo que encontrar al menos a uno los dos diablillos que me están toreando.
Abandono el salón después de haber mirado hasta en los lugares más estúpidos y me muevo hasta la cocina otra vez, pero es que aquí hay menos sitios en los que esconderse: debajo de la mesa, que se ve que no hay nadie, los armarios, que son demasiado pequeños y dudo que ninguno se haya metido ahí, porque entonces habría comida fuera de su sitio y no la hay, en el frigorífico ni de coña... Es que no hay sitio posible en el esconderse.
Me doy media vuelta resoplando y dispuesto a volver a revisar las habitaciones, cuando escucho una débil carcajada que hace que alce una ceja, volviendo a entrar en la cocina y sintiéndome un idiota absoluto al no haber caído en la alacena.
Idiota. Idiota. Idiota.
De puntillas para que no me escuchen, abro la puerta del lugar, absolutamente en silencio, escuchando así un par de voces hablar en susurros.

--Seguro que ha vuelto a las habitaciones-habla mi pequeño antes de reír de nuevo en voz baja.
--Es malísimo, pero malísimo jugando a esto-se burla Mary también riendo.
--Como no se rinda nos quedaremos aquí hasta la hora de cenar-se ríe M-¿Qué crees que habrá de cenar?
--Espero que no sea pescado-se queja ella
--Estoy pensando...-hablo en voz alta como si aún los buscara-que hoy podríamos cenar...pescado..pero una muy buena ración de esas que le gustan a María...
--¡NO!-chilla de repente, saliendo de inmediato entre las galletas-No Zayn, otra vez pescado no-me pide con un puchero-Pasta, pasta mejor ¿verdad?
--Mmm...no, creo mejor pescado-respondo divertido, llevando mis manos a su cintura para abrazarla-porque como Malcom no está...pues estamos en empate y como es la noche de pescado pues...no se puede hacer nada para evitarlo-digo con una sonrisa antes de besar la frente arrugada por la desaprobación de mi novia.
--No papi-esa fina voz se defiende-yo también quiero pasta-añade saliendo a gatas de entre un par de bolsas-de esa con salchichas.
--¡Pasta con salchichas!-exclama Mary como una cría-Dos contra uno, ganamos-dice muy convencida antes de dar un beso en mis labios-El equipo Marcom siempre gana-confirma ella antes de alejarse de mí para coger al niño en brazos, los tres aún en la alacena.
--Pero porque sois los dos contra mí-les aseguro mientras acaricio el pelo revoltoso de M-si estuviera aquí Liam, me apoyaría.

María mira hacia Malcom y él le devuelve la mirada, como si estuvieran hablando cosas que yo no comprendo.
Ella asiente con la cabeza antes de volverse a mí y decir:

--¡ABURIIIIIIIIIIDOS!-me saca la lengua y se va con Malcom colocado en su cadera, riendo como loco.

No puedo evitar contagiarme de su risa mientras me agacho y recojo lo que han desordenado antes de salir y encontrármelos en la cocina, M sentado sobre la mesa, con sus piernas balanceándose mientras mira como María saca la pasta, un cazo, los platos y las más adoradas por esta casa.

--¡SALCHICHAS!-gritan ambos como si fuera lo más increíble del mundo.

Río mientras lleno el cazo de agua para empezar a hace la cena aunque solo sean las ocho, pero entre que cuece la pasta y hacemos el tomate nos llevará un rato.
Les oigo murmurar a mis espaldas sobre comerse algunas salchichas antes de cenar, como si yo no les escuchara, manteniéndome de espaldas a ellos con una sonrisa mientras cazo se termina de llenar.

--Luego no tendréis hambre-les reprendo con diversión.
--¿De qué nos hablas, Zayn?-habla María con voz inocente.
--Dejad las salchichas ya, anda-digo encendiendo la vitro cerámica para poner a cocer el agua.

Me giro para ver como ambos dos esconden detrás de su espalda su tesoro, poniéndome sonrisas de niños buenos, pero ya veo el paquete de salchichas abierto y con dos de ellas ya desaparecidas.
Río entre dientes negando con la cabeza, dispuesto a seguir con la cena, cuando el timbre suena.
Frunzo el ceño haciendo memoria de quién puede ser, pero no doy con nadie salvo con los chicos, por lo que dejo la comida, viendo así a esos dos devorar salchichas, haciendo de nuevo que ría mientras me dirijo a la entrada.
Antes de abrir la puerta pienso de nuevo en quién puede ser, y una parte de mí piensa en Kate, pero aparto esa idea, ya que debe de estar suficientemente feliz con el hecho de haberme denunciado.
Abro la puerta sin más y antes de que pueda si quiera preguntar quién es, alguien que no esperaba me llama por mi nombre completo.

--¡ZAYN JAVADD MALIK!-la última mujer que me esperaba encontrar, puesto que hace mucho que no la veo...y que causalmente fue la que me dio la vida, es la responsable del grito-¡ME PARECE INCREÍBLE QUE NOS HAYAS HECHO VENIR!

Acto seguido dos pequeñas de catorce y diez años se tiran a mis brazos mientras chillan mi nombre y una tercera ríe junto a mi único apoyo masculino por años en la misma casa.
Oh sí, esto me trae muchos recuerdos.

--¡Zayn! ¡Zayn! ¡Waliyha tiene novio!
--¡Safaa eres una bocazas! ¡No es cierto, Zayn!
--¡Sí que lo es!
--¡No lo es!
--¡YA!-mi madre interrumpe la discusión de mis dos hermanas menores-¡Siempre igual, Dios mío!
--¡Pero mamá!-se quejan las dos al unísono.
--¡Pero nada!-responde ella poniéndose colorada de los gritos-Esto es por tu culpa, señorito-me asegura señalándome con el dedo índice.
--Yo también te he echado de menos, mami-digo divertido-Y a vosotras también pequeños monstruitos-les aseguro a mis hermanas antes de agacharme para que ambas puedan abrazarme.
--No me vengas con esas que me has obligado a soportar horas y horas de "¿Cuánto queda?" "¿Falta mucho?" solo por no venir tú, así que ahora mismo me das un beso, un abrazo y una explicación.

Sí, mi madre siempre ha sido así. Parece quejida y reunfuñona, pero el que tenga cuatro hijos y no lo sea es todo un superhéroe, o la madre de Louis, una de dos.
Y sin embargo, me parezco más a ella que a mi padre, al igual que Waliyha y al contrario que Safaa y Doniya, la mayor y la pequeña de la familia.
Me acerco a mi madre y la doy un abrazo, porque aunque haya venido de sopetón y por lo tanto no esperara su visita y mucho menos que viniera con todos, le agradezco que esté aquí con toda esta marabunta, porque les echaba verdaderamente de menos, porque necesito su apoyo, y sobre todo la opinión de mi madre. Además, ninguno de ellos conoce ni a María ni a Malcom.
También abrazo a mi padre con fuerza y acto seguido a mi hermana mayor, quien me mira algo confusa antes depreguntar:

--¿Es verdad lo de...tu hijo?

Sonrío ampliamente ante esa pregunta, porque es una de las que más ilusión me hace responderles.

--¡Sí Zayn!-chilla Safaa emocionada-¿¡Tienes un bebé?! 
--¿Es niña o niño?-pregunta esta vez Waliyha, con ojos curiosos.
--¿Se parece a ti?
--¿Cuántos meses tiene?
--¿Puede hablar?
--¿Sabe caminar?

Y de repente el silencio se hace en la sala. Noto todas las miradas puestas en algo o alguien detrás de mí, lo cuál hace que me gire para ver a una confusa y hermosa María observando todo y a un pequeño y asustado Malcom detrás de sus piernas, observando asomado qué es lo que pasa, y parece que con un pequeño puchero en los labios al ver a tanta gente ruidosa en casa.
Me acerco despacio hasta Mary, articulando un "Mi familia" que hace que ella abra los ojos mientras sus mejillas se ponen coloradas por la vergüenza de conocer a mi familia así de golpe. Beso sus labios de manera corta para tranquilizarla antes de agacharme a la altura de mi pequeño y asustado niño.

--No tienes que asustarte, pequeño-susurro cogiendo su mano con cuidado-Solo es mi familia...y ellos nunca te harían daño-le aseguro, pero de igual manera él no se ve convencido y mira con desconfianza a las personas que se encuentran a mi espalda, posiblemente mirándole con curiosidad y alucinación.

Decido cogerle en mis brazos sabiendo que será la única manera de que se sienta sano y salvo, y con mi mano libre cojo la de Mary mientras los brazos de Malcom se enrollan en mi cuello con fuerza.

--Mamá, papá-hablo con seguridad, colocándome frente a ellos-pequeñas... Ella es María-la presento acariciando su mano con dulzura-es mi novia.
--Encantada-responde ella algo cortada, claramente encogida por la vergüenza, por lo que beso su mejilla en un intento de tranquilizarla, antes de seguir hablando.
--Y él...-digo mirando a los castaños y atemorizados ojos de mi niño-es el mejor hijo de todo el universos-confirmo antes de besar su frente con cariño-Malcom Malik.