Narra Lucía.
--No te metas en líos, Boo-le repito.
--Sabes que no te prometo nada-contesta él con el ceño fruncido y la mirad apuesta en un solo punto; la puerta delante de él.
No sé cómo, ni cuándo ni por qué, pero me ha acabado por convencer para que le traiga a casa de Jason y la verdad, ahora me estoy dando cuenta de que no ha sido la mejor idea que he tenido hasta el día de hoy, pero me parece que ya no hay vuelta atrás, por lo que aquí nos encontramos, a la una de la mañana, frente a la puerta de este tipo que una vez nos habló con lascivia, pero que minutos después se arrepintió gracia a Alejandra, de la cual descubrimos una parte completamente opuesta a la que mostraba llena de dulzura y cariño, pero que nunca cambió para nosotras, ya que simplemente parecía tener una fachada de tipa dura y peligrosa dependiendo de con quién tratar.
--Será mejor que te quedes aquí, pequeña, no quiero que estés involucrada y tampoco que te vayas sola a casa a estas horas-habla mi Boo Bear, en voz baja y con la mirada aún puesta en esa casa.
--Ten cuidado, por favor, y no armes ningún lío-le pido, le suplico mejor dicho.
Él se vuelve a mirarme, dulcificando su mirada por completo, mostrándome una de sus pequeñas sonrisas Tomlinson, esas que te roban el aire como si te dieran un puñetazo en el estómago, solo que no es algo desagradable como un puñetazo, ni mucho menos, es simplemente... es simplemente Louis y su sonrisa capaz de hacerme sentir tranquila aunque sepa que se va a meter en una casa buscando problemas.
Sus brazos rodean mi cintura por unos instantes, dejándome pegada a él mientras sus labios acarician los míos con ternura, haciendo así que parte de mi temor se vaya, solo por su tranquilo y perfecto beso.
--Estaré bien, te lo prometo-dice de nuevo con esa hermosa curvatura de labios en su cara-No tardaré-añade antes de besar mi frente con ese mismo cariño.
Asiento con la cabeza lentamente, sabiendo que la va a armar, pero tratando de no pensar en ello. Él simplemente se da media vuelta y camina con paso decidido hacia esa casa, haciendo que a cada paso que da mi corazón se acelere y pida a Dios porque no acabe mal parado, aunque también porque nadie lo acabe o acabemos todos en la cárcel o algo de eso.
Recuerdo mi imagen de él antes de conocerle personalmente. No es que pensara que fuera un arrogante, ni un borde, simplemente que lo veía como una de esas personas a las que no les gustan los abrazos, ni los arrumacos ni los mimos, simplemente le veía... un poco frío (dentro de la frialdad natural británica, que contra eso no podemos hacer nada ninguno de nosotros), y era mi ídolo, claro que lo era, y era mi crush, sin dudarlo que así era, y lo amaba, por supuesto que lo hacía, pero igualmente lo veía frío, y sin embargo, ahora que lo tengo aquí, que está solo para mí, que tiene cada detalle y cada palabra bonita reservada a mí, me doy cuenta de que por mucho que a veces parezca lo más extrovertido que hay en este mundo, simplemente es vergonzoso y por eso tal vez se viera un poco frío dependiendo del día, y ahora simplemente me da miedo. No él en sí, sino de lo que sea capaz o de lo que le vayan a poder hacer.
Veo como llama al timbre, mientras yo acaricio mis brazos para no perder el calor.
Se ve como una luz de la casa se enciende y acto seguido como la puerta se abre, haciendo que pueda ver desde lo lejos de la acera a ese chico que una vez me llamó "Blancanieves" solo porque le gustaban las princesas o algo parecido, no lo sé.
El muchacho medio dormido mira confundido a Louis antes de hablar.
--¿Pero quién cojones eres t...?
Y antes de que pueda decir nada más, Louis lo tumba de un puñetazo, haciendo que lleve mis manos a la boca para reprimir un grito escandalizado.
No es que no me esperara que Lou le pegara, que era más que obvio que lo iba a hacer, pero primero pensé que discutirían, no que simplemente llegara y lo pegara así como así, aunque la verdad Louis a veces es un poco demasiado impulsivo.
--Vuelve a acercarte a mi hermana y pensarás en esto como una pequeña caricia-Louis amenaza en tono duro.
Jason se pone en pie rápidamente, acariciando su mejilla algo alucinando por el golpe que se acaba de llevar de manera más que gratuita y sin previo aviso, y antes de que Lou se pueda apartar o ninguno de nosotros pueda preverlo, Jason le devuelve el golpe, solo que Louis no se cae al suelo, por lo que toma esos segundo que Jason parecía haber pensado como ventaja, para darle de nuevo.
En el momento en el que veo sangre por alguno de los dos, ya que la verdad no sé realmente de quién es, porque se están zurrando ambos de lo lindo, decido poner fin a esta pelea antes de que alguno de los dos acabe demasiado mal.
Me muevo con una seguridad que no sabía que tenía hasta ellos dos y trato de tirar de Louis para que se aleje de él, cosa que no consigo, aunque la realidad es que lo que consigo es llevarte un más que buen golpe de parte de Louis, obviamente accidentado, ya que él solo estaba demasiado metido en la pelea como para ver a quién tenía detrás, pero de igual manera acabo sentada en el suelo dando un culetazo y sintiendo como mi ojo mañana estará más que morado, ya que me duele de lo lindo.
--¡Louis! ¡Jason!-chilla una voz femenina proveniente de alguien a quien no veo ya que los dos chicos siguen pegándose delante de la puerta de casa-¡PARAD YA!-grita aún más alto.
Ambos chicos la prestan atención de un plumazo, cosa que me sorprende la verdad.
Entre ellos se miran, se lanzan miradas de asco pero se separan lentamente, como si el árbitro hubiera marcado una falta, aunque la verdad creo que la falta en este combate ha sido el golpe hacia una persona del público; es decir, a mí.
Gracias a que ellos dos se separan puedo ver a la causante de que ellos se separen, dando con aquella a quien no esperaba encontrarme nunca cara a cara, ya que la verdad la tengo cierta envidia, o tal vez mucha envidia, y no por algo que me haya hecho directamente, sino por lo que hizo en su momento, que fue estar saliendo con Louis.
Me encuentro tirada en el suelo frente a la casa de un tipo que violó a mi amiga, con el susodicho acariciando su labio con cuidado, llevándose sangre, ya que parece que Louis se lo ha partido, aunque tampoco éste ha quedado indemne. Ambos separándose de una pelea que parecía más que imposible de detenerse gracias a Eleanor Calder, a la cual tenía por enemiga cuando era la novia de Louis.
La situación es ciertamente extraña y sorprendente para cualquiera que pudiera verlo.
--¿Es que no os dais cuenta de lo idiotas que estáis siendo en este momento?-habla de nuevo ella, como si estuviera regañando a dos niños pequeños-Es la una de la mañana, por el amor de Dios, ¿no tenéis otro momento para hacer el imbécil en medio de la calle?-dice con cierto enfado y reproche hacia los dos chicos, el cual parece esfumarse de su cara cuando sus ojos se encuentran con los míos, o más bien con el mío y medio, ya que empiezo a notar como se me hincha y me resulta más difícil ver con el izquierdo, el golpeado accidentalmente por Lou-Dios... mirad lo que habéis hecho...-dice dolida sin apartar la mirad de mí.
Puedo ver desde el suelo aún, como Louis la mira extrañada y acto seguido se gira para verme, mostrándome una cara llena de pánico y temor al verme así, ya que parece que ni siquiera él se ha dado cuenta de que me ha golpeado.
Se acerca a mí en un par de pasos, arrodillándose a mi lado y mirándome muy de cerca, con la preocupación clara en todas y cada una de las facciones de su cara.
--Lulu...-habla preocupado-¿Qué ha...? ¿Cuándo...? ¿Solo cómo...? ¡Hijo de puta! ¡Mira lo que la has hecho!-grita girando su cabeza hacia Jason, el cual parece escupir al suelo tratando de eliminar la sangre de su labio partido.
--Louis...-le interrumpo, haciendo que su mirada vuelva a clavarse en la mía con total dolor y preocupación-Has sido tú quien me ha dado-explico en voz baja.
Él se me queda mirando sorprendido, sus pequeños ojos azules abiertos de par en par, observándome a mí y sobre todo a mi ojo, el cual comienza a dolerme de verdad.
--Pe-pero...-balbucea atónito-yo no...yo nunca...yo...yo...-trata de decir sin poder creerse lo que acaba de hacerme sin darse cuenta y accidentalmente.
Yo asiento con la cabeza lentamente, confirmándole que ha sido él y no Jason el que me ha golpeado.
Y de nuego, aparece ante mí ese Louis Tomlinson al que nunca imaginé: su piel empalidece y puedo ver como sus ojos azules se cristalizan en apenas unos segundos.
Coge mi cara con su mano derecha, acomodándola con cuidado sin apartar sus ojos al borde de desbordar lágrimas, de los míos, y pasa su dedo pulgar por mi pómulo, el cual me doy cuenta de que duele y de que quizás no me haya dado en el ojo como tal, sino simplemente bajo él.
Su suave y delicado tacto hace que me aparte de él como acto reflejo, quejándome por lo bajo y apretando los dientes para que mi queja se quede en ese volumen.
Ante eso, aleja su mano de mi cara y agacha la mirada, claramente dolido de que me haya apartado de él, o tal vez por lo que me ha hecho, quizás por ambas cosas, haciénde sentir culpable por el hecho de haberme alejado sin ni siquiera consciencia.
Intento decirle algo, consolarle, decirle que no se preocupe, que no pasa nada, pero antes de que pueda abrir la boca, veo un par de lágrimas resbalar por sus mejillas lentamente antes de oír como suelta un jadeo entrecortado, sintiendo así como algo dentro de mí se rompe al verlo así.
--Lou...-susurro con un hilo de voz.
--Lo siento...-es lo único que me responde, apenas en un sonido audible y sin dirigirme la mirada-Lo siento...yo no quería...sabes que yo nunca lo haría...yo no soy como él...
Siento como todo se detiene, como mi boca no articula palabra, como mi cuerpo no reacciona y como mi estómago se encoje provocándome náuseas, solo por verle así, solo por escuchar lo que dice, como me suplica perdón y como piensa que yo opino que lo ha hecho a propósito, como si él fuera capaz de hacerme daño aposta.
Realmente piensa que le veo capaz de hacerme daño, realmente piensa que le tendré miedo, que temeré que me pegue, que huya de él, que piense que es como Jason.
Alzo la cabeza para dar con Eleanor y ver cómo ésta agacha la mirada, sabiendo que la repentina y extraña actitud de Lou se debe a Jason, o sea sé, a la persona de la que ella está enamorada, y a quien está pegada en un semiabrazo, con los brazos de Jason entorno a su cintura, mirándola dolido.
Veo como éste gira ligeramente la cabeza hasta encontrar mis ojos, mostrándome algo que no esperaba ver nunca en ese chico: arrepentimiento.
Me clava sus ojos castaños en los míos, suplicándome con la mirada que le perdone, aunque no estoy realmente segura por lo que me está pidiendo perdón, tal vez por provocar que Louis se sienta tan asustado de que yo le tema, quizás porque se han pegado, puede que por la manera en la que una vez me trató o por lo que le hizo a María, simplemente puede que tan solo me pida que le perdone por todo lo que ha hecho hasta el momento.
Dudo por un largo minuto que parecer durar más de sesenta segundos, y finalmente asiento ligeramente con la cabeza, accediendo a su petición y provocando así una minúscula sonrisa en sus labios, antes de articular un "Gracias" y volver su vista a Eleanor, quien se acurruca en su pecho buscando un apoyo que puede que ni ella se dé cuenta de que necesita, pero está claro que el ver a su novio -el violador/secuestrador- y a su ex peleándose y que encima éste último se muestre tan vulnerable, la provoca buscar alguien a quien abrazarse.
Decido poner de nuevo mi vista en Lou para ver como sigue con la cabeza gacha, apartándose las lágrimas con cuidado y esperando a que yo le crea en cuando a que nunca me haría daño, cosa de la que no me tiene que convencer, ya que en ningún momento dudé de ello, así que pongo una mano sobre la suya en el suelo, haciendo así que él alce esa mirada azulada y llorosa del suelo hasta dar con la mía ya fuera de ese pequeño shock.
Él me mira confuso y dubitativo, asustado y aún dolido, esperando a ver cuál es mi reacción, la cual es sonreír para hacerle ver que, ni estoy enfadada con él ni le temo.
--Creo que ya es hora de volver a casa.
Narra Ane.
Muerdo mi labio, dudosa y tal vez algo asustada, bueno no, no es asustada es solo... nerviosa y algo confundida, pero debo preguntárselo, solo para saber que es verdad o para que me lo explique, no para enfadarme con él ni nada de eso, por favor, eso nunca lo haría, y menos con algo así, que estamos en el siglo veintiuno y mi mente está acorde con la época actual y moderna.
Le miro de nuevo, viendo como él solo tiene la vista fija en la televisión, bastante interesado en los anuncios solo por el hecho de que en cuanto se acaben comenzará una de las mejores películas del mundo (al menos para él y para mí lo es), por lo que apenas parpadea.
--Hazz-me decido a decirle en voz baja.
--¿Qué?-pregunta aún mirando a la pantalla.
--¿Puedo preguntarte algo ahora que estamos solos?
El nerviosismo está demasiado presente en mi voz y tal vez es eso lo que hace que él deje de mirar el anuncio de detergente tan (pero tan) interesante, para mirarme a mí con el ceño algo fruncido por la confusión.
--Claro-contesta en un tono precavido.
--No quiero que te sientas incómodo ni molesto, solo es curiosidad...-añado apartando la mirada de sus ojos.
--Puedes preguntarme lo que quieras-insiste alargando el brazo para llegar hasta la mesa y poder coger la botella de agua.
Parece que no llega a ella desde el sofá, por lo que se pone de rodillas en éste para tratar de llegar más lejos, cosa que me da un par de segundos para pensar la manera más delicada y dulce de decírselo para que no se sienta incómodo ni molesto conmigo.
--¿Eres gay?
Y simplemente se cae al suelo, ni ha llegado a la mesa ni ha cogido la botella, ha perdido el equilibrio y simplemente ha caído en plancha contra el suelo de su salón, haciendo que yo pegue un salto asustada por el increíble golpe que se acaba de llevar y que ha retumbado en toda la casa.
--Oh, Dios, Harry ¿estás bien?-pregunto colocándome de rodillas a su lado.
--Sí, tranquila-responde levantándose lentamente con cara de fastidio-solo me acabo de romper la cara contra el suelo. Nada preocupante-añade llevándose una mano a la nariz, de la cual sale sangre como es más que obvio.
--Eso tiene pinta de doler-murmuro mirándole preocupada.
Trato de tocar su nariz para saber si se la ha roto, pero él niega con la cabeza echando la cabeza hacia atrás mientras se acaricia el tabique nasal.
Decido coger un par de pañuelos para que al menos deje de sangrar, pero no parece por la labor de que le deje, cosa que me empieza a molestar.
--Déjame ver-le pido/ordeno.
--No, que me duele-se queja.
--Por eso, tengo que ver si te la has roto.
--¿Y tú qué sabes de medicina?-pregunta aún con ese tono de molestia, supongo que sigue siendo por el golpe que se ha pegado.
--¿Me quieres dejar ver y punto?
--Que no, que me haces daño-se queja antes de levantarse del suelo de un salto.
--¿Cómo te voy a hacer daño? ¿Eres tonto o qué?-pregunto molesta levantándome con más lentitud que él.
--Au... duele-se queja como un niño pequeño.
--Déjame ver-insisto.
--¡Que no! ¡Que me duele!
--¡Si solo quiero ver!
--¡Que no! ¡Que vas a tocar y me duele!
Me llevo la mano derecha a los ojos y acto seguido la muevo hasta mi propio tabique nasal, respirando tranquilamente para no matarlo por cabezota.
--¿Puedo al menos ayudarte a quitarte toda la sangre que te está chorreando en la camiseta?-pregunto tratando de sonar calmada.
--Esto ya no sale-responde él sin más, echando una ojeada a su camiseta azul claro, llena de sangre por todas partes.
--Dios mío... Eres un desastre-le reprocho acercándome a él en dos grandes pasos.
Pongo mi mano en su cuello y le obligo a que mire hacia arriba para que deje de poner todo perdido, haciendo que él se queje molesto porque finalmente me haya salido con la mía, pero oye, soy la hermana mayor, algún derecho tengo que tener sobre él ¿o no?
--Vamos a ver si se puede arreglar-digo en un resoplo.
Él se queja por lo bajo, pero no le hago caso y simplemente cojo su mano izquierda para guiarle hasta el baño mientras él aún tiene la cabeza echada hacia arriba y dos dedos presionando su tabique nasal para que pare de sangrar o al menos para intentarlo.
Al llegar al baño le obligo a sentarse en el borde de la bañera para que así pueda verme mejor la cara, la cual tiene aún el ceño fruncido, y realmente no si es por el golpe o porque no le he hecho caso y me estoy ocupando de su golpe.
--La gente normal suele levantarse del sofá para coger las cosas-comento divertida cogiendo su cara entre mis manos para poder ver mejor su nariz-¡Dios mío, Harry!-exclamo con un fingido miedo.
--¿Qué pasa?-pregunta él con cara de espanto.
--¡Tu nariz!-me burlo de él, pero me parece que no está cogiendo la broma, ya que se ve realmente asustado.
--¿¡Qué la pasa?!
--Ah nada, tu nariz ya era así de antes-contesto antes de echarme a reír.
--Eres imbécil-murmura con el ceño aún más fruncido.
--Lo sé-me encojo de hombros junto con mi respuesta-Si estás tanto tiempo con el ceño fruncido se te van a quedar arrugas-comento acariciando su entrecejo con uno de mis dedos, tratando de alisarlo sin mucho éxito.
--Me acabo de estampar contra el suelo. Me duele la cara. Mi hermana me ha preguntado si soy gay así por las buenas. Me parece que no estoy para irme de fiesta a celebrar nada-contesta malhumorado.
Él se queja más y más mientras yo sigo mirando su nariz golpeada, de la cual afortunadamente ya no sale más sangre, pero aún así ha montado un gran estropicio y realmente no sé si podremos salvar su camiseta, porque la verdad me gusta como le quedaba.
Sus quejas quedan interrumpidas cuando me atrevo a tocar la parte derecha de su nariz, la cual se ve que comienza a inflamarse por el golpe, y con lo que él reaccione con un grito tratando de apartarme de él.
--¡DUELE!
--Perdona, quejica-ruedo mis ojos mientras me dirijo al lavabo-Creo que no está rota.
Me dedico a buscar algo de algodón en la parte baja del lavabo, donde hay cajones y en los cuales encuentro de todo salvo lo que busco. Dios mío, si son hombres, ¿para qué necesitan tantas cosas? Mejor dicho, este es el baño de Harry, ¿para qué necesita él todo esto? si tiene más cachivaches que yo...
--¿Qué se supone que haces?
--Buscar-respondo agachada revolviendo entre sus cosas.
--¿El qué? Dios mío, deja de toquetear todo, que lo estás dejando hecho un desastre-se queja como un crío, pero yo le ignoro y sigo buscando.
--Algodón y desinfectante-respondo sin más.
--Eso está en el botiquín-responde como si fuera lo más obvio del mundo.
Me giro para mirarle con cara de que no me da muchas pista de dónde encontrarlo y él tan solo rueda los ojos, como si fuera yo la idiota que se cae de un sofá y se parte la cara contra el suelo por no querer levantarme del sofá.
--Detrás de la puerta-dice resoplando.
Me levanto haciéndole una pequeña burla, ya que está ciertamente insoportable, y me muevo hasta detrás de la puerta, la cual debo cerrar para poder sacar bien las cosas, antes de moverme de nuevo hasta él, dejando el algodón y el bote de desinfectante en el lavabo para poder observar de nuevo su nariz, la cual se ve más hinchada a cada segundo mientras sigue chorreando sangre. Sí que se ha dado un buen piñazo, sí...
--Esto no se te corta-admito con el ceño fruncido, alzando su cabeza con mi mano bajo su cuello.
--No me digas-contesta rodando los ojos, con clara ironía.
--Como no dejes de ser un gilipollas te vas a tragar el bote de champú-le aviso soltando su cara con brusquedad.
Oigo como resopla y gruñe por lo bajo, pero decido no mandarlo a la mierda hasta que no tenga la nariz curada, o al menos sin sangrar.
Me muevo hasta el rollo de papel higiénico y cojo un trozo que enrollo hasta dejar compacto, tratando de que esta sea la solución para que le deje de sangrar y deje de poner el baño como si estuviéramos matando a alguien.
--Toma-digo tendiéndoselo.
Como un buen chico lo coge, lo mira por un momento, parece dispuesto a ponérselo a modo de tapón en la nariz para que al menos la sangre no vaya al suelo, pero ese no es el remedio que yo estaba pensando.
--Ahí no-digo parando su mano antes de que lo manche.
--¿Dónde sino?-pregunta confundido.
--En la boca.
--¿Qué?-pregunta como si estuviera viendo un unicornio verde fosforito bailando el hula-hula con tenedores de plástico enredados en la crin.
--Si es que...-murmuro quitándoselo de la mano.
Él me mira aún como si estuviera chiflada, pero yo tan solo niego con la cabeza antes de acercarme a él, abro su boca ya que no parece muy por la labor de hacerme caso y pongo el trozo de papel abultado bajo su labio superior antes de hacer que cierre la boca.
--¿Fero qué...?-trata de decir, pero hago que cierre la boca de nuevo.
--Quítate la camiseta, a ver si la podemos salvar.
De nuevo su mirada confusa, solo que esta vez me hace caso y se la saca por la cabeza con rapidez antes de tendérmela, dejándome ver como se han quedado restos de su propia sangre en su pecho al haber dejado que ésta se empapara en la camiseta.
Abro el grifo de agua caliente y con algo de jabón de manos froto las manchas más grandes, haciendo que ese vayan poco a poco, pero que al menos se vayan, sintiéndome satisfecha conmigo misma porque haya podido salvar a esta camiseta tan bonita de la basura.
Por el rabillo del ojo veo como la sangre de su nariz ha parado, dándome de nuevo ese orgullo por estos trucos que he ido aprendido de mi madre.
--Fe ha farado-me informa de lo que supongo que quiere decir que "Se ha parado" refiriéndose a la sangre.
--Lo sé-contesto aclarando la camiseta-Y también han salido las manchas-confirmo.
--¿Cómo lo haf hefo?-pregunta asomándose al lavabo para confirmar que su camiseta está limpia.
--Tengo mis trucos-confirmo divertida-Ahora vamos a ver cómo está esto-añado una vez escurro la camiseta y la dejo en el lavabo para llevarla a la lavadora cuando acabemos.
Me coloco de nuevo frente a él, abro su boca, saco el pañuelo y hago que cierre la boca. Como si estuviera frente a un niño pequeño, igualito, solo que de niño ya tiene poco, aunque la verdad apenas me había dado cuenta del enorme cambio que ha pegado desde que lo conocí.
--¿Estás yendo mucho al gimnasio?-pregunto clavando mi dedo índice en uno de sus pectorales para comprobar que están más ejercitados de lo que yo recordaba y eso que le veo casi todos los días.
--Lo normal-responde encogiéndose de hombros-¿Se nota?-pregunta esta vez con una sonrisa similar a la de un niño cuando te das cuenta de que lleva ropa nueva.
--Un poco-contesto con diversión antes de acercarme a coger una esponja.
La mojo en el lavabo y me dispongo a acercarme de nuevo a él, sabiendo que se me va a resistir, ya que su cara adornada con un ceño fruncido me confirma que no quiere que le toque más la nariz, pero me parece que no va a salirse con la suya.
Con la mano que tengo libre abro sus piernas y me coloco entre éstas, quedando así más cerca de él para poder controlarlo.
--Va a doler un poco-le advierto con cierta dolencia solo por saber lo que va a sentir.
Él tan solo suspira y asiente con la cabeza, resignado a que mejor que lo haga yo a que no lo haga nadie y se ponga peor.
Con todo el cuidado y cariño que puedo llegar a tener, acaricio muy lentamente la nariz de Harry, tratando de quitarle los restos de sangre que hay y viendo como de vez en cuando sisea dolorido frunciendo el ceño, haciendo que yo responda con diversos "Lo siento"
--¿Me vas a explicar a qué ha venido esa pregunta?-habla de repente, aún con los ojos cerrados mientras yo sigo limpiando por su barbilla.
Tal vez no debería decírselo, puede que me tome por una cotilla aunque la verdad no fue mi intención ver lo que vi y enterarme así de algo que pensé que él me contaría, ya que bueno... somos hermanos, somos amigos, tenemos confianza ¿no?
--Yo... bueno... el otro día-comento como si le estuviera quitando importancia al asunto, bajando la esponja por su cuello sin mirarle a los ojos para que esto no se vuelva más incómodo aún, si es que cabe esa posibilidad.
--¿El otro día...?-me incita él a que siga.
--Estaba en mi cuarto y bueno, te vi en el tuyo...
--Eso parece lo común dado que ninguno de los dos cerramos las persianas-comenta con cierta diversión.
--Y es caso es que... bueno...
--Y se supone que era yo el que se andaba por las ramas y hablaba como una tortuga-murmura tratando de no reír.
--Te vi con Liam.
Eso hace que sienta los músculos endurecerse bajo mi tacto. Supongo que no era nada de lo que se esperara oírme decir, aunque... bueno, esa es la realidad; fui una espectadora espía de aquel beso y aquel manoseo que ocurrió ante mis ojos mientras yo tan solo ordenaba mi cuarto, y la verdad es que nunca me esperaba llegar a ver algo así, porque simplemente nunca me imaginé que pudiera llegar a pasar.
No es que sea imposible, no sé, se pasan los cinco solos mucho tiempo, cualquier percance tipo beso accidentado o toque donde no se debe, podría ocurrir, pero... bueno, no me esperaba ver a mi hermano liarse con Liam.
--¿Qué es lo que viste exactamente?-pregunta con la voz tensa.
Me decido a levantar la vista para poder verle a los ojos y encontrarme con ellos, tan bellos, tan grandes y verdes como siempre, solo que ahora se ve la dolencia y el arrepentimiento en ellos, junto con el dolor y la tristeza, el abandono y al engaño, todos ellos producidos por diferentes motivos, pero de igual manera ahí están, encerrados en mi pobre hermanito.
--Os besabais y... acariciabais, ya sabes...-comento como si no fuera gran cosa, porque la realidad es que tampoco es que sea algo que me haya dejado un trauma o algo de eso-No es que me importe, ni nada de eso-me apresuro a añadir, por si acaso piensa que lo que hago es echárselo en cara, nada más lejos de la realidad-Me dan igual... tus gustos, solo quiero que seas feliz y me da igual quién sea aquel que te haga feliz, pero tan solo... no quiero que te hagan daño...
--Ane...-me dice en tono bajo, aún sin despegar sus ojos de los míos, pero yo sigo con mi explicación.
--Sé que Liam es muy bueno, y que siempre te ha cuidado mucho, a los cuatro, aunque claro no me esperaba que significara esto...
--Oye...-insiste de nuevo, pero quiero terminar de explicarme antes de que me salga tratando de poner excusas.
--Porque además, ¿qué vais a hacer con Alejandra? porque me supongo que ella no lo sabe... ¿o sí lo sabe? Bueno, da igual, como sea, solo quiero que estés bien y...
Mi frase se queda en el aire ya que Harry no me deja acabarla, colocando su gran mano en mi boca para que lo deje hablar a él, por lo que no pongo resistencia a que no me deje hablar.
Sus ojos aún fijos en los míos antes de suspirar cerrándolos momentáneamente, parece que pensando en lo que va a decir.
--No estoy saliendo con Liam. Ni con ningún otro chico, ni chica, ni nadie, aquello que viste fue solo un momento de soledad después de que él llevara tanto tiempo completamente a solas y a mí me hubieran... dejado de manera reciente, pero eso no quiere decir que esté con Liam. Solo fue un desliz ¿vale?
Asiento con la cabeza lentamente, confirmando sus palabras y su explicación, la cual decido creerme porque él es lo que quiere que crea, así que yo como hermana suya me creo que realmente solo fuera un momento de desesperación, porque la verdad, ahora viéndolo de esta manera, suena bastante creíble: Liam tanto tiempo solo, Harry sin saber qué hacer con su vida, ambos solos y abandonados, tampoco es tan raro que se les hubiera ido la pinza y hubieran hecho algo así.
--Solo quise saber-comento mientras sigo bajando la esponja aún húmeda por su pecho.
--Lo sé-confirma en un suspiro-No sabía que lo hubieras visto...-añade.
--Lo sé.
Mi mano danza con suavidad con la esponja sobre el pecho de Harry, repasando todos los milímetros de su torso tratando de eliminar cualquier rastro de sangre y así descubriendo como sus músculos realmente están tonificados. No musculosos como los de un culturista que vive en el gimnasio, pero sí más que antes, además... parece más grande en conjunto ¿es que ha vuelto a crecer sin que yo me dé cuenta? No me extrañaría la verdad, porque pese a que esté sentado en el borde de la bañera no le saco demasiada altura.
--Creo que ya-comento soltando la esponja en el lavabo.
Me paro a mirar con detenimiento su torso desnudo buscando algún indicio de sangre, pero no lo encuentro, y sin quererlo me hallo admirando el cuerpo de mi hermanito pequeño, puesto que es un cuerpo digno de admirar, cualquiera lo duda.
Una vez recorrido su torso llego a su cara para ver cómo hay algo pintado en ella que no consigo saber qué es, pese a que no sea la primera vez que sienta que me observa de esa manera.
Sus grandes ojos me observan con detenimiento, no con diversión o reproche por haber estado mirándole de manera descarada, cosa de la que yo misma me arrepiento, sino que me mira... me mira distinto, me pide algo y realmente no sé lo que es hasta que es él mismo quien coge lo que desea, apretando sus brazos entorno a mis piernas y pegándome más a él, haciendo que yo pase mis brazos por detrás de su cuello y desde ahí seguir mirándole a la cara.
Realmente no sé quién está más confundido de los dos, ya que... bueno, es un abrazo un poco raro ¿verdad? pero tampoco le buscamos importancia, o tampoco nos preocupamos por ello o pensamos que es raro, o nos damos cuenta de que llevamos la misma sangre, hasta que nuestros labios se encuentran, y de manera extraña... nada.
No siento nada, no siento que me guste ni que me excite... nada, simplemente... es como si estuviera besando una piedra. No me transmite sentimientos, y no es simplemente porque sea extraño ni porque la última vez que lo hicimos hubiera tanta tensión con eso del embarazo o no embarazo, es que él tampoco parece estar sintiendo nada, pero aún así insiste y me besa con más posesividad y de manera más insistente, como si estuviera forzando a sentir algo que es obvio que ninguno sentimos.
Se levanta del borde de la bañera de un salto y cambia las posiciones, dejándome a mí sentada y a él de pie, solo que esta vez yo estoy sentada en el lavabo.
Sus caderas se mueven hasta las mías con brusquedad, pero nada, aún nada y me parece que eso es lo que más le está frustrando mientras yo simplemente dejo que lo intente, porque realmente no quiero hacerle más daño del que ya debe de estar sintiendo.
--Joder-masculla molesto.
Un ceño fruncido adorna su cara por completo mientras que jadea tratando de recobrar el aire perdido, mientras que yo solo cierro la boca y espero a ver cuál es su siguiente paso.
Apoya su cabeza en mi hombro y desde ahí murmura más joder una y otra vez, por lo que me veo obligada a acariciar sus rizos con cuidado, tratando de que se tranquilice.
--¿Qué coño me pasa?-pregunta parece que reteniendo un sollozo, aún colocado entre mis piernas.
--Nada, tranquilo, solo te sientes solo...-respondo con tranquilidad en voz baja, aún acariciando sus rizos con las yemas de mis dedos.
--No, joder, eso no-habla malhumorado y profundamente molesto mientras se separa de mí-Me refiero a... ¡mírame!-exclama frustrado.
Me paro a verle detenidamente, observando lo primero sus pies, tapados con deportivas Converse, seguido por sus ya más que conocidos vaqueros negros estrechos parece que con un roto en una rodilla, sigo subiendo sin notar nada extraño hasta llegar a su torso musculado y ver como está aún agitado. Por último llego a su cara, la cual refleja el dolor y la vergüenza por algún motivo, con sus grandes ojos verdes afligidos, su nariz amoratada y sus rizos cayendo desperdigados por ambos lados de su cara.
¿Qué se supone que tengo que mirar?
--Pues... estás bien, no sé-respondo algo dubitativa.
--No, ¡no estoy bien!-me responde cabreado de nuevo acercándose a mí-Solo... solo... joder.
Coge mi mano derecha y de un movimiento rápido del que yo no me doy apenas cuenta, la coloca sobre su entrepierna, haciendo que mi boca caiga abierta porque haya hecho algo así, aunque también sorprendida porque esté como si nada. Me acaba de besar hasta dejarme sin aire, me ha toqueteado como ha querido, se ha restregado contra mí y... nada, como si acabara de entrar al baño, ni una pizca de excitación en su cuerpo, al igual que está el mío de manera sorprendente.
--¿Qué pasa con eso?-pregunto en voz baja quitando mi mano con lentitud.
--¿¡Cómo que qué pasa?!-exclama con clara indignación-¡Que no se me levanta, joder!
--Ya, ya, eso ya lo veo-respondo rodando los ojos-¿Y qué?
--¿¡Cómo que y qué?!-de nuevo la indignación, unida a la frustración y aún a la vergüenza del asunto-¿¡Por qué no lo hace?!
--No lo sé, a veces esas cosas pasan-respondo sin más.
--¡No a mí!-casi chilla alejándose un par de pasos mientras se lleva las manos a la cabeza, resoplando con fuerza-¿¡Qué le pasa?!-añade dando media vuelta para mirarme mientras yo aún estoy sentada en el lavabo.
--No lo sé, yo no entiendo de esas cosas-admito en voz baja y claramente avergonzada por tener que hablar de esto con él-A lo mejor simplemente hay veces que no es el momento y ya está...-añado apartando la mirada para llevarla al suelo.
--No, eso no funciona así-responde en voz baja antes de soltar un suspiro largo y pesado.
La estancia se queda en silencio, supongo que porque.ninguno sabe qué decir, ya que nos acabamos de besar y por encima de ello ha habido manoseo, lo cual es extraño siendo que somos hermanos, aunque supongo que Harry se encuentra lo suficientemente solo como para agarrarse a quien pueda -ya sea su hermana o uno de sus mejores amigos- creo que simplemente la tristeza y el abandono, la soledad y el dolor, le vencen y tan solo necesita que alguien le demuestre que le quiere, aunque sea su hermana de una manera que no corresponde, y por encima de todo, que no le haya provocado excitación aunque lo haya intentado, cosa que me deja ver a mi pobre hermano mucho más triste y solo de lo que me imaginaba tan solo hace cinco minutos antes.
--Vayamos a ver la película-es lo único que suelta sin más.
Asiento con la cabeza antes de bajar de un pequeño salto al suelo, buscando algo que decirle, pero simplemente no hallo palabras, por lo que decido acercarme a él. Coloco mi mano derecha sobre su caliente y firme pecho y simplemente beso sus labios de manera corta sin que signifique absolutamente nada, o tal vez explicando millones de cosas a la vez. No lo sé, ahora yo también me encuentro confusa y opino que lo mejor es ir a ver esa película con la que acabo llorando dos horas por lo menos.
Caminamos de nuevo hasta el comedor sin intercambiar palabra ni buscar significado a nuestros actos, con nuestras manos cogidas con firmeza y sin duda alguna de que no queramos que estén así
Él se vuelve por un momento al piso de arriba y cuando vuelve ya lleva una camiseta blanca sencilla cubriendo su torso. Se sienta junto a mí y simplemente se pone a mirar la película a medio empezar, supongo que tratando de distraerse de todo un poco, mientras yo le observo a él con deteniento, fijándome y memorizando todos y cada uno de sus detalles; sus rizos castaños alborotados y peinados sin ningún orden, sus cejas algo fruncidas por todos esos pensamientos que deben de estar cruzando su mente, sus grandes ojos verdes fijos en la pantalla, su recta y -ahora- amoratada nariz, esos labios que he besado hace un momento por alguna razón desconocida para ambos. Todos sus rasgos, todos sus detalles, todos los lunares que puedo observar desde aquí. Puedo verle plenamente, dando así conmigo misma pensando en lo pura y magníficamente hermoso que es mi hermano, tanto que parece haber bajado del mismo Cielo al poseer tanta perfección en su ser; tanta pureza, tanta perfección sobrehumana.
Pero está claro que nunca le confesaré algo así.
Mientras, pienso en todo aquello que él está tratando de evitar, pero dado que no llego a ninguna respuesta de ninguna de las cientos de preguntas que se podrían formular, decido apagar la luz de la lámpara y acomodarme junto a él, colocando mi cara en su pecho, sintiendo así su irradiante calor y au palpitante corazón en mi oreja, haciendo así que no preste ni la más mínima atención a la película y que sienta como todas las preguntas se evaporan al sentir esa fuerte tranquilidad que transmite, sientiendo como el hecho de que sea la una de la madrugada empiece a afectarme y sienta mis párpados cerrarse lentamente.
Y justo antes de perder la consciencia por el sueño, siento su brazo rodear mi cintura y pegarme hacia él, sintiendo como deja un beso sobre mi cabeza antes de decir:
--Te quiero, hermanita.
--------
Holis hermosuras :3
Siento si el capítulo me ha quedado muy corto, pero es que aún me tengo que acostumbrar a escribir desde el móvil :'c. De igual manera espero que os guste ^^
También siento no haber respondido a vuestros comentarios aún. Mañana lo haré, lo prometo :3.
Love you all xoxo